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Mary Oliver – Es infinitamente creativa la v...

Mary Oliver – Es infinitamente creativa la vida

texto y traducciones de Eleonora González Capria

Traducir a Mary Oliver en estos días fue una tarea difícil, obligada, una forma de agradecer y seguir escuchando su voz a través del tiempo y el espacio.

            Desde su muerte, volví al libro que, por razones caprichosas, es mi favorito, American Primitive de 1983. Todo lo que se puede encontrar en la vasta producción de Oliver está en ese libro que le valió el premio Pulitzer de poesía en 1984. El título es la clave: la estadounidense primitiva. Esa me parece una buena manera de leer la voz que Oliver va desplegando a través de su obra, la de la inocencia originaria, la de la fusión con el mundo natural, incluso la metamorfosis, la que parece enunciar desde un tiempo anterior al mito de la caída, sea cual sea la versión que elijamos. Si Oliver es una poeta de la naturaleza, entonces, está claro que su mirada no es la de la naturalista. Es más bien la de una humanidad que se percibe todavía en continuidad con su entorno, en pie de igualdad con los elementos, que reconoce con humildad su lugar en un ciclo superior. En ese reconocimiento Oliver renuncia a todo antropocentrismo, disuelve las categorías tradicionales de objeto y sujeto, desdibuja las fronteras que la mirada suele levantar entre lo humano y lo natural.

            De su vida hay muchas cosas para decir, además de que nació en Maple Heights, Ohio, el 10 de septiembre de 1935 y que murió el 17 de enero de 2019 en Hobe Sound, Florida. Lo mejor por decir es cómo eligió vivirla. En las conclusiones de A Poetry Handbook, hay algunos párrafos que iluminan sus años y que traduzco a continuación:


Ya de joven decidí que no iba a dedicarme a enseñar porque me gustaba mucho enseñar. Pensé que si quería convertirme en una poeta
de verdad ­­(es decir, escribir los mejores poemas que pudiera) tenía que reservar mi tiempo y energía para esa tarea, y por lo tanto no debía hacer ninguna otra cosa que me resultara interesante como ocupación cotidiana. Por necesidad trabajé durante muchos años haciendo tareas muy diversas. Ninguna de ellas, para cumplir con mi promesa, me resultó interesante.

         Entre las cosas que aprendí durante esos años, hubo dos de especial interés para los poetas. La primera, que es posible levantarse temprano por la mañana y tener tiempo para escribir (o, incluso, dar un paseo y después escribir) antes de ocuparse de la agenda del mundo. La otra, que para vivir con sencillez y honradamente alcanza con tener dinero para criar una gallina, y además es posible hacerlo con alegría.

         Hay algo que siempre supe: que si no vivía mi vida inmersa en la única actividad que siento propia, y que además, para ser honesta, me inspira total felicidad y curiosidad, algún día iba a llegar el arrepentimiento amargo y mortal.

           

        Para el resto, nos queda su poesía.


EL GATITO

Ante todo asombrada
tomé al gatito que nació
muerto completamente negro
con un solo ojo grande
en la mitad de su pequeña frente
del moisés de la gata
y lo enterré en un campo
a espaldas de la casa.

Tal vez se lo podría haber donado
a algún museo,
podría haber llamado al diario
de la zona.

Pero en vez lo llevé hasta el campo
y abrí la tierra
y se lo devolví
diciendo: era real,
diciendo: es infinitamente creativa la vida,
diciendo: cuántas otras maravillas
yacen en la simiente oscura de la tierra,

sí, creo que hice bien en salir sola
y regresarlo en paz, y cubrir el lugar
con las flores audaces de los yuyos.


THE KITTEN
 

More amazed than anything
I took the perfectly black
stillborn kitten
with the one large eye
in the center of its small forehead
from the house cat’s bed
and buried it in a field
behind the house.  

I suppose I could have given it
to a museum,
I could have called the local
newspaper.  

But instead I took it out into the field
and opened the earth
and put it back
saying, it was real,
saying, life is infinitely inventive,
saying, what other amazements
lie in the dark seed of the earth, yes,  

I think I did right to go out alone
and give it back peacefully, and cover the place
with the reckless blossoms of weeds. 

 

***


SETAS

Lluvia, y después
los labios apretados
y fríos del viento
las impulsan
a emerger del suelo:
calaveras en rojo y amarillo
que se abren paso a la fuerza
a través de las hojas,
a través de los pastos,
a través de la arena; sorprendentes
en su urgencia,
su calma,
su humedad, surgen
por las mañanas del otoño, unas
se balancean en la tierra
en pezuñas
repletas de veneno,
otras se van inflando,
suculentas y deliciosas:
los conocedores
salen a recogerlas, saben
distinguir las inocuas entre montones
de resplandecientes, hechiceras,
russulas,
amanitas pantera,
ángeles de la muerte
en sus velos de pueblo
con la apariencia dulce del azúcar
pero llenas de parálisis:
comer
es derrumbarse
así de rápido como las setas mismas
cuando cansadas ya de ser perfectas
y de la noche a la mañana
vuelven a hundirse bajo los luminosos
campos de la lluvia.

 

MUSHROOMS

Rain, and then
the cool pursed
lips of the wind
draw them
out of the ground –
red and yellow skulls
pummeling upward
through leaves, 
through grasses, 
through sand; astonishing
in their suddenness, 
their quietude, 
their wetness, they appear
on fall mornings, some
balancing in the earth
on one hoof
packed with poison, 
others billowing
chunkily, and delicious –
those who know
walk out to gather, choosing
the benign from flocks
of glitterers, sorcerers, 
russulas, 
panther caps, 
shark-white death angels
in their town veils
looking innocent as sugar
but full of paralysis: 
to eat
is to stagger down 
fast as mushrooms themselves
when they are done being perfect
and overnight
slide back under the shining
fields of rain.

 

***


EL PEZ

El primer pez
que atrapé en mi vida
no quería quedarse
quieto dentro del balde,
sino que se sacudió y succionó
la abrasadora
extrañeza del aire
hasta morir
con la lenta efusión
de un arcoíris. Luego
corté su cuerpo y separé
la carne de la espina
y lo comí. Ahora el mar
está dentro de mí: yo soy el pez, el pez
reluce en mi interior; juntos nos alzan,
nos enredan, sin duda caeremos
al mar de nuevo. Con dolor
y dolor, y con más dolor
nutrimos esta trama frenética, el misterio
nos alimenta.


THE FISH

The first fish
I ever caught
would not lie down
quiet in the pail
but flailed and sucked
at the burning
amazement of the air
and died
in the slow pouring off
of rainbows. Later
I opened his body and separated
the flesh from the bones
and ate him. Now the sea
is in me: I am the fish, the fish
glitters in me; we are
risen, tangled together, certain to fall
back to the sea. Out of pain,
and pain, and more pain,
we feed this feverish plot, we are nourished
by the mystery. —

 

***


EL SABOR DE LAS UVAS SILVESTRES

La bestia roja
que vive en la ladera de estas colinas
no va a salir por nada que le ofrezcas:
ni dinero ni música. Igualmente, hay momentos
llenos de luz y buena suerte. Si caminás
sin hacer ruido bajo esta vid enmarañada
y prestás atención, una mañana
algo va a explotar bajo tus pies
como rama de fuego; alguna tarde
algo se va a lanzar colina abajo
a plena vista, ¡una manga de músculo color
de octubre entero! Y olvidándolo
todo vas a saltar para nombrarlo
como por vez primera, y encendida tu sangre
se va agolpar buscando no una palabra sino un sonido
de hueso pequeño, rostro fino, a toda prisa,
¡vivaz como la espina oscura de las uvas silvestres
en la lengua desprevenida!
¡El zorro! ¡El zorro!  

 

TASTING THE WILD GRAPES

The red beast
who lives in the side of these hills
won’t come out for anything you have:
money or music. Still, there are moments
heavy with light and good luck. Walk
quietly under these tangled vines
and pay attention, and one morning
something will explode underfoot
like a branch of fire; one afternoon
something will flow down the hill
in plain view, a muscled sleeve the color
of all October! And forgetting
everything you will leap to name it
as though for the first time, your lit blood
rushing not to a word but a sound
small-boned, thin-faced, in a hurry,
lively as the dark thorns of the wild grapes
on the unsuspecting tongue!
The fox! The fox! 

 

***


TELARAÑA

Así que esto es el miedo.
La araña oscura se escabulle
sobre los tablones de abajo.
Miro la gotita de sangre en mi piel
y enseguida pienso:
el último dólar,
el último pedazo de pan,
los relámpagos que crepitan bajo la puerta.
Duela o no
me imagino que sí.
Me acuerdo de un murciélago hace años
en el ático, cómo luchó
entre las escobas al aire,
sin saber que íbamos a soltarlo.
Me levanto para caminar, para ver si puedo.
Así que esto es el miedo.
La trampilla
se abre sola en el crepúsculo
se mueven las cortinas
como si el viento tuviera huesos.


WEB
 

So this is fear.
The dark spider scuttles away
over the underboards.
I watch the blood bead on my skin
and think rapidly;
the last dollar,
the last piece of bread,
lightning sizzling under the door.
Whether it hurts or not
I imagine it does.
in the attic, how he tired
among the swung brooms,
not knowing we would let him go.
I get up to walk, to see if I can.
So this is fear.
The trapdoor
unnails itself in the dusk
the curtains move
as though the wind had bones.

 

***


EL ÁRBOL DE LA MIEL
 

Y entonces finalmente me trepé
al árbol de la miel, comí
manojos de pura luz, comí
el cuerpo de las abejas que no lograron
apartarse del medio, comí
el cabello oscuro de las hojas,
la corteza ondulada,
el duramen. ¡Con tanto
frenesí! Pero, según me dicen,
eso hace la alegría, al principio.
Quizás, después,
vendré tan solo a veces
y hambrienta
a medias. Pero ahora
trepo como una serpiente,
escalo como un oso hasta
el lugar para mi hocico, hasta la luz
que salvaron los muslos
de las abejas y se fue alojando
en el cuerpo del árbol.
¡Ay, es tan fácil ver
cuánto me quiero finalmente,
cuánto quiero al mundo! Trepar
de día o noche
entre el viento, en las hojas, de rodillas
frente al jirón secreto, las cuerdas
de mi cuerpo en tensión
y cantando en los
cielos del apetito.


THE HONEY TREE

And so at last I climbed
the honey tree, ate
chunks of pure light, ate
the bodies of bees that could not
get out of my way, ate
the dark hair of the leaves,
the rippling bark,
the heartwood. Such
frenzy! But joy does that,
I’m told, in the beginning.
Later, maybe,
I’ll come here only
sometimes and with a
middling hunger. But now
I climb like snake,
I clamber like a bear to
the nuzzling place, to the light
salvaged by the thighs
of bees and racked up
in the body of the tree.
Oh, anyone can see
how I love myself at last!
how I love the world! climbing
by day or night
in the wind, in the leaves, kneeling
at the secret rip, the cords
of my body stretching
and singing in the
heaven of appetite.


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