Howe & Myers – Dos poemas

En la edición impresa Hablar de Poesía 47 (julio 2023) hay un artículo que se llama “Cuatro poetas estadounidenses”: las cuatro son poetas vivas, y de las cuatro se presenta, tras una breve introducción, una selección de un libro en particular. A modo de adelanto, compartimos dos poemas: en traducción de Carolina Méndez Alí, “Del debate de Eva” de Marie Howe (Nueva York, 1950), y en traducción de Ezequiel Zaidenwerg, “Primeras lecciones de cuidado” de Robin Myers (Nueva York, 1987).

DEL DEBATE DE EVA

Era igual al momento en que un pájaro decide no comer de tu mano,
y volar, justo antes de volar, al momento en que los ríos parecen aquietarse
y detenerse porque una tormenta está llegando, pero no hay tormenta, o cuando
cien estorninos despegan y se alinean antes de girar y bajar rápido,
muy parecido a cuando manejás sobre hielo resbaladizo, y se te ocurre
que tu auto puede patinar, justo antes de que lentamente empiece a patinar, como
el instante previo a olvidar qué ibas a decir,       
era así, y después era aún así, sólo que
todo el tiempo.

PART OF EVE’S DISCUSSION // It was like the moment when a bird decides not to eat from your hand, / and flies, just before it flies, the moment the rivers seem to still / and stop because a storm is coming, but there is no storm, as when / a hundred starlings lift and bank togheter before they wheel and drop, / very much like the moment, driving on bad ice, when it occurs to you / your car could spin, just before it slowly begins to spin, like / the moment just before you forgot what it was you were about to say, / it was like that, and after that, it was still like that, only / all the time.

 

PRIMERAS LECCIONES DE CUIDADO

Un poroto en un frasco,
          una explosión
de pececitos, una lagartija
que era de toda el aula y que dormía una noche
en cada casa hasta que la
sortearon. Las tiras de neón del uniforme de una agente de tráfico que medía un metro
veinte,

“nomás decí
que no”,
etcétera,
un bebé de plástico
equipado con un microchip,
perturbadoramente
realista en su peso y su forma de puntuar la
angustia.

Fue el año de las dieciséis amenazas
          de bomba,
el año en que me negaba a comer a menos
que estuviera sola, o sea

de noche, tarde; el pollo, frío, grasiento contra el puño
cerrado, y el helado de vainilla
en un vasito para
          shots.

Después fumé un porrito o dos, volví a casa marchando
          a los tumbos por la nieve,
leí un poco de Kierkegaard en la escuela,
quemé unas galletitas en un hornito eléctrico en la otra punta
del mundo, tomé sorbitos de café
          amargo

en el velorio de un
          desconocido,
pasé por muchos puestos de control, me despedí
llorando en una catramina,
legado de un monitor de derechos
humanos catalán, reducida a mi mínima expresión una vez
más

hasta que al fin paré. Y
ahora
estoy sembrando mi vida en el lecho de un lago,
rodeada de volcanes,
con pancita, sintiéndome
querida, precisamente en medio de un estudio planetario sobre el
aire,

y dejo que el pan
          leve
y que haga de sí mismo un recipiente.
Pan significa
aliento, significa placer, no significa nada, está perfecto así y es
          suficiente:

no sabría muy bien qué más
          decir
salvo que, bueno, es
un poroto
          en un frasco.

EARLY LESSONS IN CARE // A bean in a cup, / a burst / of guppies, a lizard / shuffled around / the class for household overnights, / then raffled / off. Neon sashes for a four-foot traffic cop, // just say / no, / et cetera, a plastic infant / embedded with a microchip, / disturbingly / realistic in its weight and punctuation of / distress. // It was the year of the sixteen bomb threats, / the year I wouldn’t eat unless I was / alone, which meant / late at night, cold chicken greasing the heel / of my fist, vanilla / ice cream in a shot / glass. // Then I smoked a joint or two and trudged home in / the snow, / read some Kierkegaard for school, / charred snickerdoodles in a toaster oven on another edge / of the world, sipped / bitter // coffee at a stranger’s / funeral, / slunk through checkpoints, wept / goodbye in the rattletrap / bequeathed by a deported / Catalan human rights monitor, paring myself / down // again until I stopped. And / now, / sowing my life into a lakebed, / volcano-flanked, / belly soft, / loved, smack-dab in the middle of a planetary study on / air, // I let the bread / grow / in the bowl of itself. / The bread means / breath, means pleasure, means nothing, perfect, just / enough– // I don’t even know what else to / say / about it, okay, it’s / a bean / in a cup.

 


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