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Algunos libros recientes (junio 2023)

Algunos libros recientes (junio 2023)

TESTAMENTO (SIGUIENDO A FRANÇOIS VILLON) (LEVIATÁN, 2022) de Christophe Manon. Edición bilingüe –Traducción, prólogo y notas de Mariano Rolando Andrade.

(Lucas Margarit)

 

Cuando leemos un testamento sabemos de antemano que es un texto escrito que trata sobre aquellos bienes que se dejan a los vivos, un legado material, de uso y de memoria. Uno de los poemas más importantes y con más influencia de la literatura francesa, influido a su vez por una serie de motivos de la literatura medieval, es Le Testament de François Villon escrito alrededor de 1461.

        Christophe Manon se ha apropiado en esta obra –y tal como señala su título–, de aquel texto publicado a finales del siglo XV. Villon en su poema no sólo se remite a diferentes aspectos de su vida cotidiana, a las relaciones con otros personajes de su tiempo, a sus experiencias amorosas o a su relación con las palabras en el uso de todos los días, sino también se refiere a los distintos objetos que “deja” (o no) a sus conocidos y a los que se refiere el poema como cercanos. Entre estos legados de Le testament hay que destacar las baladas que se dedican a distintos personajes a lo largo de los versos. Quizá podríamos decir que también el poema de Villon es un legado hacia donde se acercan diferentes tradiciones y autores tan disímiles como Victor Hugo, Marcel Schwob o George Brassens.

        En la apropiación que hace Christophe Manon del poema de Villon continúa una tradición donde se busca un uso de una palabra poética que recorra diferentes registros de lo cotidiano, que sea más inmediata en las relaciones con las cosas, colocando, de este modo, este libro en esa serie de influencias a la que hacíamos referencia recién.

        El libro de Manon lleva la experiencia de su contemporaneidad a un juego de relaciones intertextuales con el poema del siglo XV, pero no sólo en lo temático o en relación a los motivos que de despliegan en los versos, sino y sobre todo en la forma en que este Testamento se va desarrollando como un juego de repeticiones, ecos y transformaciones. En el nuevo poema los personajes contemporáneos a Villon devienen en personajes reconocibles para un francés de hoy en día, y el personaje Villon del antiguo poema da paso a una nueva voz poética, Manon, que busca recuperar un tono acorde al siglo XXI en el que habita y coexiste con aquello que conforma su propia época. Uno de los aspectos más interesantes es el continuo eco que se produce entre los poemas, formas y silencios que se van iterando sobre todo a partir del tono y del cambio de referencias tanto para el antiguo poeta como para nuestro contemporáneo. ¿Podríamos hablar de reescritura? Quizá como decía Auden “En cuanto lectores, muchos de nosotros somos, en parte, como esos granujas que dibujan bigotes sobre los rostros de las muchachas que aparecen en los avisos”, es decir sobre-escribimos aquello que se presente ante nuestros ojos. Manon imprime desde varios motivos estos “bigotes” en esta celebración de Villon, quizá para recuperar también otro registro y otra forma de humor y nostalgia. Una escritura que se apoya en lo inmediato de la experiencia de lectura y que se permite una transformación de la tradición con el mismo desparpajo que su antecesor.

        Esta “sobre-escritura” podemos leerla también como una doble traducción o traslación: por un lado, la más evidente es la del texto medieval al texto contemporáneo de este libro, desde los usos del francés hasta los modos de circulación de la obra, pero también la traducción de un mundo medieval (y marginal) que se remonta a la experiencia del poeta a la marginalidad contemporánea donde Manon estiliza y recupera (y así se reinserta) en la tradición de la poesía francesa. Desde ese lugar se desprende una continua risa sarcástica a las instituciones, a la modernidad y al propio poeta, como si se tratase de un ajuste de cuentas con la sociedad. Leamos:

[…] asimismo al personal humanitario de todos los países
a los compañeros de Emaús
del Socorro Catódico de Unicef
ya sea de la Cruz Roja o de la Media Luna
dono bolsas de arroz […] (p.79)

 

        Por otro lado, con respecto a esta edición que estamos comentando, la traducción de Mariano Rolando Andrade del francés al castellano, quiere recuperar el ritmo del original que a su vez reivindica el ritmo y la forma del texto de Villon.

        Sin dudas, la elección de un poeta como Villon es una elección ideológica que remite tanto a una crítica social como a una nueva forma en el poema, lo cual le permite a Manon, en tanto personaje del poema, expandir su disconformidad y desencanto con el contexto que lo rodea. Pero también es tomar por las riendas un legado poético con el que se permite reelaborar los valores de la tradición poética francesa y concebir una serie de poemas donde los registros se van a ir amoldando a los reclamos y a la necesidad de un tono, por momentos, más intimista. Esta posición podemos verla, por ejemplo, en una de las “baladas”, en este caso en la página 91, donde leemos la “receta” que escribió Paul Bocul, la que nos remite al antiguo género poético del Enueg, donde predomina la enumeración de cosas desagradables. Leamos:

 

que en cianuro y arsénico puro
en vitriolo ricino o polonio 210
en plomo hirviendo para triturarlas mejor
en hollín y brea disueltos en aguas residuales
hechas de excrementos y pis de chacal
en sudor de bolas de leprosos […]

 

        El texto de Manon juega con diferentes registros donde se ve fácilmente el entramado de referencias a la historia personal, las lecturas, la situación política, la historia y la literatura francesas, la sociedad, la experiencia urbana, etc. Lo cual también nos conduce a pensar en un ritmo que, por momentos, se torna vertiginoso y donde la presencia de París como centro urbano permite también este entrecruzamiento entre perspectivas diferentes. Podemos, sin duda, considera Testamento de Chrisophe Manon como un poema cabalmente urbano y a su vez liminar, tanto por sus motivos y por su ritmo como por la variedad de registros y voces por donde circula la voz poética y que el poema explaya a lo largo de sus estrofas.

        El tono irónico y hasta humorístico que a veces se presenta en los versos de Manon llega hasta el “Epitafio” (p. 121) donde reconoce no poder legar nada, porque no tiene nada. También en estos versos la referencia directa a “Christophe Manon” le permite modificar una vez más el registro de la voz poética y recalcular la figura de un lector cómplice y parte del poema.

        La edición cuidada por Andrade nos presenta por primera vez una publicación de Manon en nuestro país. Una de las escrituras más interesantes de la poesía francesa contemporánea y que, desde una buhardilla parece espiar la tradición donde quiere asentar cada uno de sus versos. El prólogo del libro se detiene en los modos de composición y de presentación en sociedad del poeta francés. También nos presenta el modo en que se ha editado el texto. Cabe destacar el continuo diálogo entre poeta y traductor que sobrevuela este emprendimiento y permite también una cercanía aún mayor con el poema y sus referencias. El editor ha incorporado una serie de notas al final del volumen que serán indispensables no sólo para conocer algunas de las referencias literarias o históricas o para abrirse al diálogo entre los poetas, sino también que puede funcionar como el fundamento de una búsqueda en el sistema dialógico que el mismo poema de Manon nos propone y que, por cuestiones de contexto, pueden parecer referencias alejadas al lector hispanohablante. Asimismo, encontramos un “Índice de nombre propios” que nos presenta a algunos personajes de la historia de Francia a los que hace mención el poema.

        Es esta edición una entrada a una poética de la sensualidad y de la rispidez, de la alternancia entre el lamento y la risa y entre el cuerpo y el diálogo. Una tensión entre la tristeza y el humor. Una entrada, en última instancia, a la enunciación de una voz que parece ser la última que podría callar frente a la memoria y a sus propios funerales.

 

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LAS CASAS (Elandamio, 2023) de Mariano Peralta.

Quinto libro de poemas de Mariano Peralta, nacido en Santa Fe en 1984. “Estos poemas –dice la contratapa de Federico Ternavasio– invitan a compartir una memoria ordenada en sus domicilios y atravesada por sus diálogos, anécdotas, amistades y familiares. El protagonista silencioso de esto textos no es, sin embargo, el autor y su pasado, sino una idea de futuro que, lejos de señalar un lujar allá adelante en el tiempo, aparece como aquello que se pone en juego en el presente más íntimo”.

Compartimos dos poemas:

*

cerca de casa
tres calles se cortan en el río:
Austria, Suecia y Hungría

sin embargo para Evita
cada calle termina
en un cauce diferente

vamos al otro río
me dice siempre
y caminamos las tres barrancas

(la separan de Heráclito
dos mil quinientos años)

Es difícil anticipar
cuántas veces nos mudaremos
hasta que ella sea grande

pero confío entenderá:
en distintas direcciones
puede estar la misma casa

 

*

como recibo la música
y las palabras   amor
sin sed
recibo esta pena
que me sacia

expando mi cuerpo
para achicarla
mas todo lo comprende

voy a cuidar de ella
se irá
como se van los padres
y se van los hijos

 

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OTOÑO & INVIERNO (Ediciones Godot, 2023) de Henry David Thoreau – Traducción de Natalia Barry.

(LV)

Henry David Thoreau (E.E.U.U. 1817-1862) fue una de las personas más fascinantes del Siglo XIX. A los veintiochos años decidió construirse una cabaña cerca del pantano de Walden y vivir en soledad y en contacto con la naturaleza. Escribió hasta su muerte varias obras decisivas (Walden, Desobediencia civil) y un copioso diario. Seleccionando fragmentos de toda su obra y sus cartas –pero están principalmente presentes los diarios– Peter Saint André publicó en 2017 Seasons of Thoreau, donde selecciona y ordena el material según las cuatro estaciones. El libro fue un suceso en los Estados Unidos y Ediciones Godot tuvo la luminosa idea de editar en cuatro tomitos, con traducción de Natalia Barry, esta obra. A fines de 2022 fueron publicados Primavera y Verano, y ahora con la edición de Otoño e Invierno se cierra (mientras se abre para quienes quieran leer) uno de los proyectos editoriales más lindos de los últimos tiempos. Mientras preparamos una entrada con una selección amplia que le haga justicia al proyecto, compartimos una entrada otoñal:

 

Hay dos estaciones en que las hojas están en su gloria: su verde y perfecta juventud de junio y ahora, en su anciana madurez.

Los robles se alzan amarronados y crujientes (en medio de los pinos), con sus colores mayormente tostados, como un pan horneado que sugiere algo igual de saludable. Todo el árbol está hoy no solo maduro, sino además, por decir así, como un fruto perfectamente cocinado al sol. Ese mismo sol que llamó sus hojas en primavera ahora, ayudado por la helada, selló sus fuentes por un año y las marchitó. Les dio la orden de descansar. Cada árbol que deja caer sus hojas se alza despreocupado y libre, como un caballo ya libre de sus arreos y correas, o como el que ha terminado su trabajo anual y pasa ahora inadvertido, pero con concentradas fuerza y satisfacción, listo para capear las inclemencias del invierno sin preocupación alguna.

(Diarios, 22 de octubre de 1858).

 

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CÓMO SE FORMAN LAS TORMENTAS (Buena Vista Editora, 2023) de Elisa Molina.

Una excelente noticia: un nuevo libro de poemas, el sexto, de la cordobesa Elisa Molina (n.1961). Dice Laura García del Castaño para comenzar su breve prólogo: “La poesía de Elisa Molina es transparente, fresca. El árbol, el viento intencionan, el fruto, los juncos amarillos tienen voluntad, despecho, parecen especular. El afuera versiona su existencia humana, está afuera pero dentro de nosotros. Como un papel abierto a la mitad, cuyas marcas quedan impresas de uno y otro lado, el paisaje interno de Elisa se refleja, se calca en el paisaje exterior. No hay imitación hay continuidad, combinación, reverberación y hasta trasmigración”.

Compartimos tres poemas:

SIN INTENCIÓN

Bien podrías ser una de las hojas
de las ramas más altas de ese álamo
que parece gozar con la primera
luz de la mañana junto a las otras,
mudas, dóciles al suave comando
de una brisa shakesperiana que forma
y deforma, hace y deshace rostros,
risas, sin intención de decir nada.

 

HOY, RECIÉN HOY

Hoy, recién hoy, vivo el momento aquel:
el cerámico azul de la escalera,
vos, un poco más abajo, hablando
en el teléfono, y yo mirando
una foto sin entender del todo
si era cierto el hijo de mi hijo.
(Se agitaba en lo alto en la palmera
el calor de diciembre al mediodía
y catas picoteras y su bravo
ruido verde girando hacia las nubes.
Ya me decía yo que el aire algo
buscaba anunciar anoche, corriendo
al sesgo por la cerca en torno nuesto,
e intenté descifrar y no acerté
con las sílabas del raro lenguaje
que muy de vez en vez modula el viento).

 

MANCHAS EN YACANTO

Por la pendiente,
envueltos en el polvo
marrón de la sierra,
bajábamos al pueblo.
Suelta la cintura,
tensas las piernas,
nos veo venir.
Por la pendiente
de la calle ancha,
sin alcanzarnos,
nos seguía el viento.
De la copa de unos tilos,
como sonriendo.

 

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327 VACAS (Barnacle, 2023) de Gabriel Pantoja.

(PB)

327 vacas, de Gabriel Pantoja, es un libro breve que combina prosa poética con versos libres, en su mayoría sin título, pero cuando aparecen, el poeta los usa con efectividad para anclar el sentido y dar contexto a la lectura.

            “Escribí, madre, sobre vacas”, con este verso Pantoja da comienzo a su libro y nos sitúa en la infancia, sensación que se refuerza con la palabra “composición”, repetida en varias ocasiones, y que nos recuerda la famosa propuesta escolar “Composición, tema: la vaca”. Esta propuesta es, en la memoria, como el comienzo de esa hoja en blanco y del deseo y el disfrute de los niños que escriben. 

        “No sé cuánto está el pan y la leche, madre, porque me he quedado hablando con el kiosquero”, dice otro verso y así, Pantoja sigue tejiendo esa emoción infantil, esa primera libertad: “podría escribir, así madre, toda la tarde, sobre vacas”. 

            El poeta también hace algunos juegos que parecen canciones para niños y que recuerdan el universo del nonsense: “cuando al costado escribí / vaca al dibujo se le // cayó una oreja. Me puse / la oreja yo, pero cuando // escribí yo, a mí se me / cayó la cartuchera.” Y con eso, profundiza en el universo en el que quiere que nos metamos, la escuela, la libertad de los niños, el descubrimiento de las palabras para jugar, nombrar y conocer el mundo. 

            El poemario es de rápida lectura y no será fácil entrar en la propuesta del autor, que nos lleva por sus motivos y sus pensamientos tomando como impulso de escritura a las vacas, a veces de modo más metafísico y otras más objetivista.

            “No tomar nada muy en serio, ¿está claro? Leer es pensar, dejar que corra, imprevisible y escurridizo, el pensamiento, y pensar es jugar. Es que en el trasfondo de todo ese juego disparatado y liviano, Pantoja no deja de estar siempre preguntando qué diablos es lo que es (lo que existe), y cómo podemos pensarlo y cómo carajo escribir sobre eso, si es que fuera posible escribir sobre algo.”, escribe Daniel Freidemberg en el prólogo de esta edición.

             Les compartimos el siguiente poema de 327 VACAS:

 COMPOSICIÓN (LÍNEA ARGUMENTAL)

Ese dedo dice: es un dedo
que señala: hacia aquel hombre
pensando contra el
árbol 
a metros de sí
en la vaca,
en la carnal mancha de la vaca metafísica, 
en la carnal mancha que tiene
en el ojo 
la vaca 
metafísica. 
Pero ese dedo que dice 
no dice en verdad vaca sino ojo negro 
de la real. La real 
metafísica que lo tiene al hombre 
además, así: mirando por la profunda 
academia de la vaca. Lo tiene 
al hombre contra el árbol, de tal modo 
viendo el ombligo profundo que hace 
crecer la raíz de la negritud vacuna 
de las cosas.
Es un atardecer de otoño.
Después ese dedo dice: ese 
no es un dedo sino este y no 
dice necesariamente sino observa.
Está observando este dedo: la brisa 
de los últimos días de marzo 
golpearon un rostro. Y es leve 
el rostro 
en esa brisa de marzo atardecida.
Ahora sí. Este dedo entonces
muestra: en el profundo atardecer 
de otoño el árbol, el amplio pasto, la carnal negrura 
de lo profundo, el minúsculo viento 
formando un rostro que se borra, un rostro llevado 
ahora por el dedo 
profundo de la real negrura metafísica 
a la mancha.
Es llevado hasta aquí, 
donde apenas sí sabe de la fuerza 
que declina y quema 
el pasto de las cosas, 
el amplio pasto sobre cuyas láminas gastadas 
dibuja la vaca metafísica a su carnal 
sombra 
extendida. 
Después dice: 
ese hombre recostado 
en el extenso pasto del otoño 
muestra 
ese decir que no llega de doña carne 
ni 

hueso, 
ese dedo que no llega 
sino a la real cadencia de la metafísica 
cuando hace material caer contra el pasto, 
cuando hace material caer, cuando hace 
peso contra el amarillo quemado 
de las cosas y del hombre, 
ese dedo no 
dice sino 
hiere. 
Entonces esta vaca que ha quebrado 
digo esta (monu) mental vaca otoñal que ha 
quebrado 
más bien el dedo metafísico del hombre 
ha apuntado una vez hasta mí 
apunta ahora mismo hasta 
mí 
que estoy a metros de todo esto 
mirando el hilo continuo de su sed 
que crece de mis órganos 
como levísimo viento que mueve las formas 
de la mancha, un levísimo 
viento ondulándose 
sobre un espejo de agua.

 

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AVES, MOSCAS Y OTRAS MÁQUINAS (Barnacle, 2023) de Virginia Caramés.

(PB)

Aves, moscas y otras máquinas, de Virginia Caramés, es un libro de 29 poemas que están en diálogo con Alfonsina Storni y Olga Orozco, pero que aun así, como dice su prólogo, “desecha la exégesis de poetas parroquiales (que sufren mucho y que sueltan confidencias, miserias y querellas)”. 

        La poeta comienza su escritura con animales de vuelo, una mosca, un ave, que al mismo tiempo es oración, vistas desde afuera: “La mosca embustera engaña al pez” o “Ave al ave / Ave al muerto”, para concluir convirtiéndose en uno de ellos: “mi ojo de pájaro, espía mi otro ojo”.  

        Caramés “escribe sobre algo que siempre está ocurriendo muy lejos”. Y continúa el prólogo: “de alguna manera interpela a quienes … querían tocar un límite”, “desarrollando una idea peregrina”. En ese sentido, “el libro ayuda a repeler miedo, el tiempo y a recordar, exacto, un día, un nombre, una luz tardía”.

        Finalmente, con tintes religiosos, el libro teje una venganza natural. Compartimos unos poemas:

CUÁL BARRO, CUÁL

Extraviarse 
muda 
desnuda en cuál barro 

cuál

 

PRINCIPIANTE

No te voy a preguntar cuál escorzo
Cuál intemperie
Cuál empuñadura ciñe tu mano joven

Las palabras rascan en una luz principiante
La misma
La del clamor primero
-ahí fue todo agua-
{También}

 

ALADOS Y RODANTES

Pasan alados 
raudos en sus ruedas
Pasan lentos y pedestres 
dejan rastros en el suelo
Esconden a los muertos 
los sacan sigilosos sobre ruedas 
-los muertos son sagrados 
no consienten ser vistos-
¡Cierren las puertas que pasen 
los muertos!
¡Atrás! No vean a los muertos los 
que aún no murieron

Me escondo debajo de un plátano 
mi ojo de pájaro espía mi otro ojo 
de pájaro vigila 
pasan rodando y mi pico de pájaro 
quiere decirlo ¡Que se entienda! se oye 
el primer trino de erudito aunque 
estridente
¡Que se entienda! gritan ¡Que sea lo que nos pasa a todos!
Yo no escucho los gritos
Cliente trino es grave, centrado, 
maduro, reflexivo aunque 
atonal
Mi ojo de pájaro espía y encuentra
muchos ojos de pájaro en el camino
y de pronto ¡Que se entienda!

 

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PUEBLOS PARA ESCAPAR DE LA JUSTICIA (Liliputenses, 2023) de Ezequiel Naya.

“Ya el título del libro –dijo Fabián Casas, comentándolo– me pareció un poema genial. Los demás poemas que le siguen, como una fila de gente agarrada de la mano cruzando un sendero en un bosque psicodélico, no hicieron más que confirmar que estamos ante un poeta muy singular. El amor, el humor, trabajando juntos para que la poesía cambie de piel y nos vuelva a inquietar, como tiene que ser”.

        Compartimos dos poemas:

a

No quiero decir
¡oh! ni 
corazón
ni siquiera sé
si esto es un poema

en la cama ella tiembla
y yo la abrazo 
como un animal
que cuida a otro

 

d

Es hora de olvidar los bosques
y abrazar las fábricas.
Alerta: nadie es feliz
por demasiado tiempo
en una casa frente al mar.
Abrite paso
entre las paredes marcadas y 
mirá hacia arriba para hablar
con el dios rediseñado
por los satelites
que sus hijos
mandamos al cielo.

 

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JARDÍN DE COPÉRNICO (Ediciones La Carta de Oliver, 2023) de Simón Esain.

(Juan López)

 

El poeta Simón Esain (n. 1945, Maipú, Buenos Aires) se pone en modo Copérnico y escande en verso sus observaciones, desde su propio “pavimentum”. Desde el macrocosmos de la lengua hacia el microcosmos poético, que, sabemos, tras la teoría de los fractales, comparten la misma estructura, quizá idéntica “realidad”, lo que no quiere decir que sean lo mismo.

        Un poemario intenso, engañosamente fragmentario pero de trama sólida. Construida con textos en su mayoría breves, numerados del 1 al 81, esta obra se sostiene a partir de un yo claro que muta a momentos de nominalización sin sujeto explícito o en tercera persona (macro) y propone sobre el final escenas situadas, en primera (microcosmos). De la musicalidad general y del ritmo de sentido del macrocosmos, a textos que bucean y se despliegan en la intimidad.

        A continuación, una muy breve muestra, entonces, de jardín de Copérnico, así, con la jota inicial en minúsculas (ver imagen de tapa), para darnos la idea de que esta obra (toda obra) es continuación, se integra en otras, mayores, rastreables aunque infinitas.

1.

odianh
el juego ahí
donde no juegan
y así fue los otros
al pasar frente a la calesita
se vio tan incomprensible
el incomprendido

*

estoy detrás del que calla
del que mantiene su arsenal en sigilo

*

algo amenaza con matarme
¿el tiempo o
muchos que se adelantan
a dejarme a solas con mi vida?

*

hay un momento en la distancia
que la convierte a silencio
y somos ese instante
aunque bramemos

*

siempre florece el dolor
tarde nos damos cuenta
de que lo hemos regado
hasta hacerle llorar su flor

*

me asoma la noche
los ciegos no ven a los ciegos

*

como barre su cabeza barre su vereda
viendo hojas desangradas que han caído
lo puro que el cemento queda
lo impuro que su pensamiento cae

*

como endeudado sobrellevo lo que no debiera
acostumbrado a ignorarme
que ser ignorado no me extrañe

*

lo mismo siento acontecer con tanto verso prolijo
en que concluyen lo inhumano lo mudo lo sombrío
algo humano que no la vaya de novedoso
algo humano que sea nuevamente

*

triunfar sobre la espera
tirando días a la basura


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