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Eugenio Montale: In tristitia hilaris

Eugenio Montale: In tristitia hilaris

Esta entrada del Portal Web es un fragmento del artículo “Eugenio Montale: In tristitia hilaris”, publicado en el número 46 en papel de Hablar de Poesía (diciembre 2022), en el que Ricardo H. Herrera presenta y traduce diez poemas del libro Diario póstumo de Eugenio Montale. Compartimos la introducción y dos poemas.

El escepticismo de Eugenio Montale es proverbial, nació con él, pero se fue acentuando a medida que pasaban los años. Del lirismo en sordina de sus Huesos de jibia (1925), atenuado por la consigna del balbo parlare [hablar balbuciente] pasó en la senectud al mezzo parlare [hablar a medias] de Satura (1972). Al final, en su última década de vida, escribe su “Segundo testamento” in bilico tra prosa e poesia, vacilante entre prosa y poesía. No dice en verso libre, porque sabe que tal cosa no existe; confiesa simplemente que hace pie en ambos géneros. No obstante ello, la expresión oracular asoma de vez en cuando en los poemas del apócrifo Diario póstumo, libro escrito a lo largo de una década (1969-1979), del cual elegí diez piezas para su traducción. Se trata de un volumen que Montale pudo haber publicado en vida, pero que dejó en manos de Annalisa Cima para que viera la luz después de su muerte. Entre los varios motivos que pueden haber generado esa decisión, su índole íntima y por momentos incluso tenuemente amorosa acaso sea el prioritario.

Leído con cuidado el libro a la hora de emprender la selección y traducción, dejando de lado la polémica suscitada por la puesta en duda de su autenticidad, no percibo en su expresión síntomas de decaimiento, como los perciben otros. Reina en el conjunto una jovialidad que torna atractivo el diario, acaso don de la joven musa, quien puede haber colaborado con el poeta a la hora de darle los últimos retoques al volumen. Sobrevuela sus páginas la angelica farfalla de los cazadores con mala puntería, esos que no logran acertarle a la bestia, pero que al disparar alborotan las hojas y los pájaros del bosque literario, ocasionando las sonrisas propias del buen humor. El poeta toma distancia del ácido registro satírico que inaugura Satura y, en su condición de maestro indiscutido de la poesía italiana del siglo veinte, dialoga con la pintora y poetisa Annalisa Cima, cuarenta y cinco años más joven que él. No obstante la cordialidad exhibida en los poemas dedicados a su interlocutora, para la corporación literaria no hay piedad. Se dirá que esos desplantes son cosas de viejo; a mi parecer, sin embargo, el diagnóstico montaliano da en el blanco: estamos en una época oscura, en la que muchas veces se pretende legitimar la mediocridad con una licenciatura en letras. Mal momento para aquellos que han nacido con el don y no tienen el menor interés en la teoría literaria.

 

20 DE ENERO O 30 AÑOS

          Me da miedo tu edad,
          te defiende y me acusa.
          No conocés el viento de la pena
          con su lastre; te sobrevuela
          el favor de una musa que reencuentro
          en tu cara. Y puede que mañana
          traduzcamos un verso de Emily
          juntos. Y vendrás con tu muflón azul cobalto.
          Alma viva que sabés darme vida
          a mí que no sé nada y voy a tientas
          en un tiempo que vuela
          igual que tus treinta años.

 20 GENNAIO O 30 ANNI // La tua età m´impaura / ti difende e m´accusa. / Ignori il vento dell´affano / con suo fardello, ma ti sorvola / il favore d´una musa che ritrovo / sul volto. A caso tradurremo / domani qualche verso di Emily / insieme. E verrai col tuo / muflone flu cobalto. / Anima viva, sai dare vita / a me che ignoro e brancolo / in un tempo che vola / como i tuoi trent´anni.

  

SEGUNDO TESTAMENTO

No sé si un testamento vacilante
entre prosa y poesía vencerá a la nada
de lo que sobrevive;
si el tono oracular de la versificación
no caerá en la indiferencia
y una pizca, una parte
de mi impotencia podrá vengarse del origen
y lo desconocido. Nunca elegí el camino
más trillado, pero acepté el destino
y su engaño habitual.
Y ahora que se acerca el fin arrojo
mi botella que acaso dé lugar
a un verdadero circo.
Nunca existió una nada adonde huir,
ya otros emergieron del recuerdo,
dejen en paz a los vivos
para darle vida a los muertos:
me quiero divertir en la ultratumba. 

SECONDO TESTAMENTO // Non so se un testamento in bilico / tra prosa e poesia vincerà il niente / di ciò che sopravvive. / L´oracorale tono della versificazione / non cadrà nell´indifferenza / e un brandello, una parte della mia / impotenza farà vendetta del prima / e dell´ignoto. Non scelsi mai la strada / più battuta, ma accettai il fato / nel suo inganno di sempre. / Ed ora che s´approssima la fine getto / la mia bottiglia che forse darà luogo / a un vero parapiglia. / Non vi è mai stato un nulla in cui sparire / già altri grazie al ricordo son risorti, / lasciate in pace i vivi per rinvivere / i morti: nell´aldilà mi voglio divertire.


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