EL MATRIMONIO DEL CIELO Y EL INFIERNO Y OTROS POEMAS (Colihue, 2023) de William Blake. Traducción, introducción y notas de Mario Rucavado Rojas.
(AC)
Un libro excelente. Para un poeta decididamente extraño como sin dudas lo es William Blake, una edición cuidada como ésta es lo que se necesita: sobre todo porque brinda utilísimos marcos para poder adentrarse en la lectura: por poner un ejemplo, cuando se contextualiza la escritura de El matrimonio del cielo y el infierno como una parodia contra un texto del místico sueco Emanuel Swedenborg (y el texto parodiado se incluye en los apéndices). Otros ejemplos posibles podrían ser la ubicación de Blake en el Romanticismo, o la cuidada descripción del arco que Blake fue trazando con su producción como poeta y artista, o –sobre todo– las decenas de notas felices que iluminan a lo largo del recorrido algún punto oscuro.
Párrafo aparte merece la valiosísima reproducción a color del texto y los grabados del Matrimonio… que permite al lector aproximarse a la obra de Blake en su formato original.
Como defecto, en la justificación de la traducción (muy interesante, por cierto) se habla de unas versiones en romance de dos poemas menores de Blake, “El armario de cristal” y “El viajero mental”, pero luego esos dos poemas y sus traducciones no aparecen en el libro. Un detalle para corregir en futuras reimpresiones.
Compartimos la introducción a los célebres “Proverbios del Infierno”, y una selección de estos:
UN CAPRICHO MEMORABLE
Mientras caminaba entre los fuegos del infierno, encantado con los goces del Genio, que para los Ángeles parecen tormento y demencia, recolecté algunos de sus Proverbios, pensando que así como los refranes de una nación marcan su carácter, así los Proverbios del Infierno muestran la naturaleza de la sabiduría Infernal mejor que cualquier descripción de edificios o vestimentas.
Cuando llegué a casa, en el abismo de los cinco sentidos, donde un acantilado raso frunce el ceño sobre el mundo presente, vi a un poderoso Diablo envuelto en nubes negras cernirse sobre los lados de la piedra, y con fuegos corrosivos escribió la siguiente sentencia ahora percibida por las mentes de los hombres, y leída por ellos en la tierra.
¿Cómo sabes que cada Pájaro
que la senda aérea ha surcado
no es un inmenso mundo de deleite
por tus cinco sentidos cerrado?
PROVERBIOS DEL INFIERNO
Aprender en la siembra, enseñar en la cosecha, disfrutar en invierno.
El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
Quien desea y no actúa engendra pestilencia.
El gusano herido perdona al arado.
Sumerge en el río al que le guste el agua.
Un necio no ve el mismo árbol que un sabio.
Aquel cuyo rostro no da luz jamás será una estrella.
La Eternidad está enamorada de las producciones del tiempo.
La abeja ajetreada no tiene tiempo para las penas.
El acto más sublime es poner a otro delante tuyo.
Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.
Las alegrías fecundan. Los pesares dan a luz.
La cisterna contiene, la fuente desborda.
Un pensamiento llena la inmensidad.
Crear una pequeña flor es una labor de siglos.
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PELIGRA LO DESEA (El Jardín de las Delicias, 2023) de Gustavo Makrucz.
“…El carácter eminentemente chusco y socarrón que campea en todo el libro –dice un fragmento de la contratapa y el epílogo de Guillermo Saavedra– no pretende esconder su impulso ético, aunque tampoco hacer ostentación de él. En todo caso, el autor nunca condesciende a la prescripción moral, porque esa ética implícita está siempre anudada a una erótica suntuosa y original que subyace en la propia lengua o, en todo caso, encuentra en las palabras su grano palpable. Gustavo Makrucz no es un coreógrafo de libélulas, ni un lirico intimista. Más bien parece un taxidermista, un disecador de atrocidades que prefiere apelar a los trazos gruesos y las escenas grotescas, a la poesía narrativa o descriptiva, a la viñeta feroz, más cercana a un Goya, un Daumier o un Grosz que a las finezas de un Ingres o de un Beardsley…”
Compartimos dos poemas:
RIFA
Todos quieren tener razón,
por eso hoy sorteamos
miles de razones,
todas ellas
miserables.
Habrá para ocasiones distintas
que la razón iguala.
Berretas,
como anillos embalsamados
para aniversarios
y para testigos falsos
que nunca sudan
también.
Un gran bazar de útiles
sin competencia alguna
brillará clausurado
hasta no sabemos cuándo,
donde y cuando niños
hacíamos acertijos
con palitos y ramitas
y por las tardes
los sorteábamos.
SIEMPRE LO MISMO
Localidades agotadas,
último orejón del barro,
cantinela sellada:
eso que nadie quería
a la final soy.
El de los huevos al cielo,
lagarto game overo en aceite,
un humor de barrilete
en vitrina rota.
Una noche tranquila
me tenía que tocar.
Las finales se juegan,
el último que ríe
es siempre el río.
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LA BESTIA SER (Hilos Editora, 2018 –reedición 2023) de Susana Villalba.
(JM)
“No soy yo en mi forma cotidiana de estar en el mundo la que escribe”, dice Susana Villalba en Sin pelaje, sin sombra, su antología poética editada por Llantén en 2019. En La bestia ser (2018), recientemente reeditado por Hilos Editora, se extrema esa idea del corrimiento del yo para emprender una búsqueda imposible, la de encontrar un lenguaje dentro del lenguaje humano para entidades ajenas a él.
Al abrir el libro, nos topamos con el subtítulo “Monólogos entre el perro, el árbol y la piedra” una fórmula que explicita su mecanismo y cifra en la preposición “entre” la ambivalencia de los monólogos que lo componen. Las tres voces se desarrollan y crecen orgánicamente verso a verso, de a un monólogo por vez, y si bien no dialogan entre sí en un sentido estricto –no sería el correlato más indicado para reflejar sus particulares existencias–, se implican de un modo más oblicuo. El logro, además de dotar de una voz acertada a estas tres entidades, radica en mantener las diferencias que los separan. El ecosistema de La bestia ser registra la complejidad de sus interrelaciones, puntos de contacto y distancias insondables.
En la medida en que cada entidad registra la existencia de las otras dos (“atado soy un espectáculo / miserable / sujeto a la tierra / el árbol es majestuoso”, dice el perro), o devana en torno a un mismo tema (por caso, el amor, en la segunda sección), los monólogos se van “respondiendo”. El acápite puede darnos algunas ideas sobre el por qué y el para qué detrás de semejante empresa: “Antaño –dice Sócrates– la gente se contentaba con escuchar a un roble o a una piedra, siempre y cuando dijeran la verdad.” ¿Qué aflora al escuchar en su silencio a los perros, los árboles, las piedras? Las voces que urde Villalba harán aparecer verdades sobre la naturaleza animal, vegetal, y mineral, y lo harán al tiempo que echarán luz sobre la oscuridad de ese gran Otro del libro que es el humano. “Un árbol que se levanta / es armonía hecha mundo / un animal que se levanta / y ya no puede bajar / es un hombre”.
La bestia ser contó con el apoyo de la Beca Guggenheim que obtuvo Villalba en el 2011, y resultó ganador del Premio Nacional en Poesía otorgado por la Secretaría de Cultura de la Nación en 2019. A continuación dejamos una parte del monólogo del perro (del Monólogo 2):
EL PERRO
escarbo
escarbo
escarbo
el hueso de dios
todavía puede estar
en el corazón caliente
de la tierra
tengo celos de dios
el árbol
sólo mira hacia arriba
es imposible para mí
amar a un árbol
pero enamorarse es eso
le salto
y sigue absorto
tengo celos del fuego
que duerme en su corazón
de las estrellas
que le pasan
no soy un árbol
no puedo entender su quietud
pero enamorarse es eso
cae la noche
como la realidad
mi universo es un baldío
me ovillo
en las raíces duras
de mi amor
tengo celos de los pájaros
abrigados
en sus ramas
envidio la noche
cayendo como un cazador
de espejismos
quién despierto
creería
en los sueños
la intemperie es una soledad
el amor es un adentro
(…)
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POEMAS ESENCIALES DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (Salvat, 2023).
Se trata de un nuevo libro de la colección “Poemas esenciales”, que la editorial Salvat vende en los kioscos de diarios: “Una cuidada selección que reúne a los más grandes poetas desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI”. Las ediciones son excelentes: en la calidad del papel, la disposición de los poemas en la página, el arco que buscan trazar sobre la obra de cada autor, etc. Una oportunidad inmejorable para conocer o releer al español Juan Ramón Jiménez (1881-1958), Premio Nobel de Literatura en 1958.
Compartimos tres de sus poemas:
OCTUBRE
Estaba echado yo en la tierra, enfrente
el infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.
Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente
Pensé en arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
el ancho surco del terruño tierno,
a ver si con partirlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.
…CREÍMOS QUE TODO ESTABA…
Creímos que todo estaba
roto, perdido, manchado…
–Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando–.
¡Lágrimas rojas, calientes,
en los cristales helados…!
–Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando–.
Se acababa el día negro,
revuelto en frío mojado…
–Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando–.
EL VIAJE DEFINITIVO
…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
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COMO LA CIERVA SEDIENTA (El Jardín de las Delicias, 2023) de Graciela Perosio.
“…Es en la circunstancia ominosa de la pandemia –dice un fragmento de la contratapa de Alejandro Méndez Casariego–, ese escenario que nos mutiló la convivencia de una forma inédita y brutal, donde todo lo que nos habita –deseo, furia, desamparo, júbilo– emerge en un torrente que ningún confinamiento puede contener, y se vuelca en una escritura que es amatoria en el sentido más amplio: la comunión con el otro, la rica morfología de los vínculos, el contacto generoso de los cuerpos, el diálogo fértil de las almas.
Como aspectos de una misma dialéctica vital, sed y saciedad precipitan el movimiento de la palabra. Ese movimiento con sus frustraciones, sus desafíos, sus triunfos, despliega la rica trayectoria de este libro en poemas que se ubican en ese a veces imperceptible límite entre nuestra fragilidad y nuestro poder de resistencia…”
El libro está dividido en tres partes, integradas por poemas sin títulos que funcionan autónomamente, pero que también van armando una figura conjunta. Compartimos tres poemas:
*
se yergue el potro
un relincho de oro
relampaguea en el aire
así –altiva y eficaz–
llegó la muerte
*
diciembre es el ocaso del año
¿quién nombraría la majestad de la noche?
tal la fuerza del imperio silencioso
rodea con su corona de luz el infinito
no importa que nadie pueda ver
su majestad reina
sin perímetro ni centro
el poder de la noche anida solo
en un secreto corazón incauto
*
cada otoño ella compraba
una violeta de los Alpes blanca
decía que esa duraba más
y que daba muchas flores
entonces en mayo voy
al mismo kiosco
donde ella compraba
le hago caso y traigo
su violeta de los Alpes blanca
para colgar en la reja de mi balcón
porque aprendí con los años
que los rituales ayudan a lidiar
con lo imposible
(a Milagros in memoriam)
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EL VERDADERO MISTERIO ES EL FINAL (Caleta Olivia, 2024) de Francisco Garamona.
(JM)
A casi 25 años de la publicación de Parafern, el primero de muchos libros de poesía –más de 45– de Francisco Garamona, con El verdadero misterio es el final, esta obra prolífica llega a un libro sobre el que se posa –con la debida advertencia del título– el manto nebuloso e inefable del fin y su tropa de formulaciones, máscaras y eufemismos.
El libro comienza con el sacrificio de Jesús y los ecos que pueda encontrar en las historias de un drogadicto, un mendigo, un ladrón, sus familiares, en fin, de quien sea, bajo la clave de la repetición cuando “(…) todo se trata de las cantidades / de harina y pescado / para alimentar a la aldea” (“Sacrificio”). El segundo poema retoma la marcha donde inevitablemente se sigue después de cualquier final: “Otro comienzo”, un poema construido sobre el impulso de enumerar todo lo que se escribirá. “Escribiré sobre un esqueleto / en el que crece un helecho / dentro de su calavera”, y en esa imagen puede que comience a cifrarse algún que otro guiño para recorrer el libro, donde “(…) por sobre toda esa escritura / sobrevolará una pena / por el fin de una experiencia…”.
La escritura será una de las obsesiones –la novela que se lee y la que cobra forma en un poema (“Una novela autobiográfica”), la que se imagina y describe (“Pulp”), la que escribe una mujer en un pueblo (“La novelista”), las canciones del futuro (“Alimaña”), los poemas que se sueñan (“Hola amor”)– de este libro que se pregunta una y otra vez por las fuerzas de la destrucción. Tal vez porque sea escribiendo que podemos registrar el modo en que una cosa lleva a la otra y hacer que sigan “cantando desde el fondo de una cueva / misteriosa, llena de tesoros que no serán de nadie” (“Todo lo hermoso”).
Si desde adentro los poemas versan sobre otras obras reales o imaginarias, y, en su mayoría, de naturaleza textual, hacia afuera el juego continúa: Garamona lee tres poemas de El verdadero misterio es el final en Pequeñas canciones napoleónicas, su disco junto al cuarteto de cuerdas integrado por David Núñez (violín), Carlos Britez (violín), Mariano Malamud (viola) y Martín Devoto (violoncello).
Compartimos, como siempre a modo de invitación a hacerse de un ejemplar del libro, dos poemas, y sumamos un link al álbum con la lectura de otro: “Hola amor” por si alguien quiere comenzar por ahí a visitar o revisitar los cruces de las prácticas de este poeta que es también músico, librero, editor, documentalista, curador… y que en sus distintas facetas muchas veces logra ese efecto ígneo de hacer que todo parezca fácil.
TODO LO HERMOSO
Una escalera hecha
con retazos de madera
reciclada, también
con huesos de animales
delicados, piedras
extraídas de templos
milenarios, tallos de flores,
pétalos, corolas, espinas
de cactus, agua de un oasis,
arena del desierto,
–aquel que huellan los camellos–
construida también
o bendecida por miles
de seres que la subieron
o bajaron, lubricada
de lágrimas, por arrepentimientos
o exaltaciones, frágil
aunque confiable,
rudimentaria y exquisita,
con pasamanos desgastados
por el uso, con descansos
y recovecos…No sé
si está en Beirut,
en Nepal, o en Bolivia.
Pero cuando cierro los ojos,
la veo en todo su esplendor
y su necesidad.
Es que es muy útil,
tan pero tan útil
que seguro será
aniquilada prontamente.
Por un misil, por un incendio,
por una demolición programada,
por unos drones dirigidos
desde algún ministerio de combate.
Ah, por qué todo lo hermoso
tiende a desaparecer?
ÚLTIMAS NOTAS
Azulejo en la sombra
grabado con las aspas de un molino,
higuera inclinada hacia una roca,
cabeza infatuada de realismo,
tímido caracol que se arrastró a tus pies
una mañana:
todo lo que amas está destinado ya al olvido.
Esclavo de un libro de historia,
dulces cielos con ocasos agridulces,
mentor subrepticio de íntima aventura,
hueso del aire,
plantas con espinas,
cuenco donde se saciaba cada sed:
todo lo que amas,
todo lo que amaste,
siempre destinado
a agentes que destruyen.
Para qué y por cuánto?
No lo sé,
no lo saben,
no lo sabían.
Incluso los recuerdos
prefieren el sonido
de lo que cae y busca
una tenue compañía.
Mares de vidrio,
espuelas de peluche,
serpientes imaginarias
enroscadas en un cable
con el que se quitó la vida
un muchacho ecuatoriano
que vino a Buenos Aires, de vista…
Pero todo lo que amas sigue
cantando desde el fondo de una cueva
misteriosa, llena de tesoros que no serán de nadie.
Ves esta mano donde ya la sombra
del gusano se estremece?
Un arcoiris negro marca sobre tus pasos
el único camino que conoces.
Te estamos esperando,
aquí todos son bienvenidos.
Deja tu piel humana,
el maxilar por donde borboteó la risa.
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FRAGMENTOS DE NUBES (También el caracol, 2023) de Akiko Yosano. Traducción de Masako Kano y Mariana Alonso.
Escribe Miguel Sardegna, prologuista y editor a cargo de la colección “Bosque de bambú”, focalizada en clásicos japoneses modernos: “Akiko Yosano nació el 7 de diciembre de 1878 en Sakai, Japón […] Cuando murió, sesenta y tres años después, en mayo de 1942, era la escritora más famosa y controvertida de Japón. Formada en los clásicos, Akiko le dio nueva vida a la tradición, refundando el tanka (…) Tradujo al japonés moderno La novela de Genji, la primera novela de la historia, «cima de la literatura japonesa», en palabras de Kawabata Yasunari. Además de sus aportes en el campo literario, Akiko fue una figura central de un movimiento por la liberación de la mujer en el Japón de primera mitad del siglo XX. Es una autora de poemas sensuales, en un tiempo donde la mujer no tenía permitido expresar su sensualidad (…) Se manifestó contra la guerra en un tiempo donde manifestarse contra la guerra conducía a la cárcel…”.
Compartimos tres poemas breves:
LARGOS PENSAMIENTOS
Largos pensamientos, no tienen fin,
los poemas son fragmentos inconclusos.
Aunque viviera diez mil años
seguiría insatisfecha
anhelando los comienzos del amor.
HABLANDO CONMIGO
Impensado,
inentendible,
inexpresable,
simplemente aislarse de los demás
cuando las cosas se ponen difíciles,
cuando el corazón está lejos de cantar.
ESCARABAJO JOYA
Ya no tengo hija que guarde en una bella caja
una pareja de escarabajos joya.
Se me hace más triste
que la moda obsoleta del verde celadón.
La falta de emoción de mi hija hoy
es más dolorosa que
el veneno del escarabajo.