LIBRO DE NUBES (Bajo la luna, 2023) de Gabriel Caldirola
(AC)
Gabriel Caldirola nació en 1986 y con este libro, su cuarto libro, obtuvo el Primer Premio en la edición 2023 del Premio Alfonsina Storni, el más prestigioso que se entrega en nuestro país, junto al del Fondo Nacional de las Artes. Un libro muy íntimo y que se anima a aventurarse en un espacio poco transitado por la poesía argentina reciente: el espacio de lo sagrado, y específicamente de lo religioso. (Nada casualmente, la poesía de Viel Temperley es un eco reconocible en las páginas). A ese hilo central, una especie de diario de la visita a un monasterio en el Monte Athos, se funden otras recurrencias: una “escritura del cielo” ligada a lo atmosférico, y una presencia femenina (“Diana”), que es también una mujer amada, y también en cierto sentido la poesía y la Virgen María. En resumen, un libro muy original, al que se va entrando de a poco, y cuya lectura recomiendo fervorosamente.
Comparto dos fragmentos del libro:
*
Este es tu libro de nubes iluminado por el detalle del tiempo. En esta página hay un río que sedimenta las horas. Las que abren labios para hacer el elogio del que llega. Las que se posan, secretamente, en su rostro. Las que, de noche, vuelven del cielo para cubrir, otra vez, su herida.
*
A dónde van las mariposas. La última luz. el último celeste. Las últimas mariposas. Una página blanca apenas señalada en una esquina por el trazo de lápiz de una nube. Una estela de página. Una esquela.
***********
ANTOLOGÍA DE SPOON RIVER (Ediciones UNL, 2023) de Edgard Lee Masters. Edición monolingüe. Introducción, traducción y notas de Enrique Butti y Silvio Cornú.
Desde su primera publicación en 1915, la Spoon River Antology de Edgard Lee Masters fue un éxito. Hay algo muy atractivo en la idea: 244 poemas que son epitafios o confesiones de los muertos de un pueblo imaginario de mediados del siglo XIX en los Estados Unidos, que se entrecruzan y se iluminan unos a otros. Un siglo y monedas después, esta edición a cargo de Enrique Butti y Silvio Cornú, publicada por la Universidad del Litoral, le hace plena justicia a ese libro decisivo para la poesía moderna. Excelentes la introducción y las notas, y muy buenas las traducciones. Hubiese sido lindo que se incluyeran los poemas en inglés, aunque, siendo la Antología… un libro tan célebre, están muy a mano en internet. En resumen, un gran trabajo.
Compartimos dos poemas:
PEQUEÑO, EL POETA
Semillas en una vaina seca, tic, tic tic,
tic, tic, tic, como un revuelo de insectos –
débiles yambos que la mera brisa despierta
y que el pino convierte en sinfonía.
Triolets, villanelas, rondeles, rondós,
baladas en tropel con el mismo remanido sonsonete:
las nieves y las rosas de ayer se desvanecieron,
¿y qué es el amor sino una rosa que se marchita?
La vida a mi alrededor, aquí en el pueblo:
tragedia, comedia, valor y verdad,
coraje, constancia, heroísmo, fracaso –
todo en el telar, y joh, qué diseños!
bosques, praderas, torrentes y ríos –
y yo ciego a todo esto durante toda mi vida.
Triolets, villanelas, rondeles, rondós,
semillas en una vaina seca, tic, tic tic,
tic, tic, tic, ¡qué diminutos yambos
mientras Homero y Whitman resonaban en los pinos!
LYMAN KING
Tal vez creas, caminante, que el Destino
es una trampa que te acecha ahí afuera,
alrededor de la cual puedes moverte
con prudencia y sabiduría.
Lo piensas observando la vida de los demás,
a la manera de un Dios que se inclina sobre un hormiguero
y considera cómo podrían evitarse sus dificultades.
Pero introdúcete aún más en la vida:
verás que con el tiempo el Destino se te acerca
bajo la forma de tu propia imagen en el espejo;
o estando solo junto al hogar
de pronto a tu lado, en la otra silla, verás aparecer un huésped,
y reconocerás a ese huésped
y leerás el auténtico mensaje de sus ojos.
*********
PARA AMAR LA POESÍA DE LILA ZEMBORAIN & PARA AMAR LA POESÍA DE ALICIA GENOVESE (Sigamos Enamoradas, 2023). A cargo de Marina Serrano: recopilación comentada de textos de Lila Zemborain y de Alicia Genovese.
La editorial Sigamos Enamoradas lanza una colección “Para amar la poesía de….”: una colección que a través del diálogo informal, yendo y viniendo entre la poesía y la vida, pone en contexto la obra de determinadas poetas, indaga en sus lecturas, en sus diversas formas de trabajar, de comprender y disfrutar la literatura. Los primeros dos títulos de la colección, a cargo de Marina Serrano, están dedicados a la obra de Alicia Genovese (Buenos Aires, 1953) y Lila Zemborain (Buenos Aires, 1955, radicada desde el 85 en Estados Unidos), respectivamente. El libro es una suerte de recorrido cronológico por la vida y la obra de las autoras, como una especie de charla íntima comentada, interrumpida o ilustrada por poemas. Una excelente iniciativa.
Compartimos un fragmento de esa suerte de entrevista intervenida y un poema de cada autora:
[PARA AMAR LA POESÍA DE ALICIA GENOVESE]
Ahí [en el taller de De Lellis]me formé. Tanía alrededor de 18 años. Era un taller de escritura, no solo de poesía. En esa época empecé a escribir poemas exigiéndome más. el hecho de tener que mostrarlos me hacía ser más exigente. También algunos cuentos, aunque no entusiasmaron demasiado o, al menos, eso me pareció. Con los poemas fue distinto, en cierto momento sentí el apoyo necesario para seguir escribiendo. Al mismo tiempo se hizo más intensa la lectura de poesía, me embarqué en la poesía. Empecé a saber que eso era lo que quería.
ADDIO CARO
No basta con creerle a sus manos
no les creas
mejor me voy
ellas solo quieren respuestas
vamos
mejor no golpeo en sus ojos
porque si golpeo
sucede que me inundo
y los pobrecitos peces muertos
tan tontos
[PARA AMAR LA POESÍA DE LILA ZEMBORAIN]
Usted lo publiqué como cinco años después. Fueron escritas, algunas cosas en el contexto de la enfermedad de mi padre, otras no. Y se llama así porque nosotros nos tratábamos de usted. Él nos decía de usted a sus hijas.
(Lila suele usar títulos provisorios para sus series de poemas, títulos bastante literales, que luego modifica con el volumen ya completo y corregido. Mejor dicho, según sus propias palabras, con el volumen súper corregido)
*
Una vez
agarré una botellita
que mamá tenía sobre un escritorio
Una botellita de esas
que pueden contener veneno
Yo hice que tomaba de la botellita
y me desplomé
como si estuviera muerta
Caí tan blandamente al piso
tan instantáneamente
¿Qué pasa? ¿qué le pasa?
Gritaba papá
Yo me levanté y dije
No pasa nada
Mis hermanas diciendo
Esta tipa está loca
Y papá
¿Por qué? ¿Por qué?
*********
LA PALABRA MUERTE (Huesos de Jibia, 2023) de J.R. Wilcock. Edición bilingüe; introducción de Daniel Raffini, traducción de Guillermo Piro.
La historia es conocida: el talentoso poeta y escritor Juan Rodolfo Wilcock, nacido en 1919 en Buenos Aires y para entonces autor de varios libros, en 1957 tomó la inesperable decisión de irse de la Argentina para radicarse en las afueras de Roma y continuar escribiendo su obra en italiano. De los libros de poemas publicados en italiano, La parola morte (1968), es el segundo, conformado por 30 poemas. Un libro fundamental, como bien señala la introducción de Daniel Raffini, que echa luz sobre toda la obra de Wilcock. La traducción de Guillermo Piro elige dejar un poco de lado los valores rítmicos del original para apegarse más al sentido literal, lo que parece una estrategia prudente para un libro con subrayados elementos filosóficos (nihilistas), y que además trae el poema en italiano en las páginas pares.
Compartimos dos poemas, el primero y el decimotercero del libro:
1
El creador crea los signos
en la nada que no cambia y firma
con su firma aquella nulidad,
y estos signos que signan la nada
cantan el canto de la propia muerte
y la nada vibra de mortalidad.
Plantas, animales y piedras de ese canto
sólo recogen la nota instantánea
pero el hombre que recuerda aferra el canto,
Es un signo que interpreta los signos,
y frente al enigma de una nota
que toma las otras notas separadas,
llega a la única solución posible,
inherente al sistema de señales:
el creador que firma la nada es él.
Así por él un coro de galaxias,
de soles, de planetas y cometas,
de tierras y mares y nubes y naciones
y de átomos infinitos circulantes
en el torbellino de la nada nombrada
canta el canto pomposo de lo creado.
No se da cuenta de que es una sola nota,
la nota muda que emite la entropia
cuando ha alcanzado el cero absoluto.
1
Il creatore crea dei segnali
sul nulla che non muta per firmare
con la sua firma quella nullità,
e questi segni che segnano il nulla
cantano il canto della propria morte
e il nulla vibra di mortalità.
Piante, animali e sassi di quel canto
colgono solo la nota istantanea
ma l’uomo che ha memoria coglie il canto.
È un segnale che interpreta i segnali,
e davanti all’enigma di una nota
che coglie le altre note separate,
giunge alla sola soluzione possibile,
insita nel sistema segnaletico:
il creatore che segna il nulla è lui.
Così per lui un coro di galassie,
di soli, di pianeti e di comete,
di terre e mari e nuvole e nazioni
e di atomi infiniti circolanti
nel turbine del nulla nominato
canta il canto pomposo del creato.
Lui non si accorge ch’è una sola nota,
la nota muta che emette l’entropia
quando ha raggiunto lo zero assoluto.
13
Imaginemos un grupo de números
tres siete cinco siete cuatro cinco
mezclemos al azar estos números
siete tres cinco cinco cuatro siete
cinco siete tres cuatro cinco siete
siete siete cuatro cinco tres cinco
tres cinco cuatro cinco siete siete
muchas veces muchas veces muchas
agregando alguna fracción,
divertimientos de raíces cuadradas,
estaciones oscuras de logaritmos
para volver siempre al sereno
grupo de números fundamentales
cinco tres siete cinco siete cuatro
tres siete siete cuatro cinco cinco
cuatro tres cinco siete cinco siete
todas las combinaciones están permitidas
no tiene importancia donde se interrumpe…
13
Immaginiamo un gruppo di numeri
tre sette cinque sette quattro cinque
rimescoliamo a caso questi numeri
sette tre cinque cinque quattro sette
cinque sette tre quattro cinque sette
sette sette quattro cinque tre cinque
tre cinque quattro cinque sette sette
molte volte molte molte volte
aggiungendo semmai qualche frazione,
divertimenti di radici quadrate,
stagioni fosche di logaritmi
per ritornare sempre al sereno
gruppo di numeri fondamentali
cinque tre sette cinque sette quattro
tre sette sette quattro cinque cinque
quattro tre cinque sette cinque sette
tutte le combinazioni sono permesse
non ha importanza dove si interrompe…
**********
ASTEROIDES (Ediciones La Yunta, 2023) de Antonio Tello.
Antonio Tello nació en Villa Dolores, Córdoba, en 1945, se exilió en 1976 en Barcelona y desde 2013 alterna su residencia entre España y la Argentina. El libro tiene dos partes, intituladas “Asteroides” y “Cinturón de Asteroides” respectivamente, y que suman unos cien poemas en total, sin títulos. Un libro con fuerza, con indudable envión de escritura, como estos dos poemas que compartimos:
*
Ahora que los perros ladran y en manada
se acercan y enseñan sus dientes: ahora que los
buitres de la noche bajan hasta la corva del
monte a devorar el hígado de los esclavos
y nada puedes hacer, no llores. Calla. Calla.
Escucha el gemido de la mujer que pare
con dolor, el grito del hombre por el hijo
que no verá nacer ¿eres mujer? ¿eres hombre?Ç
que tus lágrimas no oculten la impotencia de la
divinidad, que tu llanto no lave la injusta
majestad de las leyes. La oscuridad del día.
No llores ahora, déjanos con nuestra suerte,
con esta angustia travestida que nos oprime.
*
Cuando a la alta edad, cautivo de tus miedos,
vuelves los ojos hacia dentro de ti, lo
que ves es el rostro de tu padre y el
paisaje estéril que dejan las guerras
ante la indiferencia de los dioses.
El temor que nos confina se esconde
en la transparencia del día. Nada. Nada.
Esas sombras silenciosas que mendigan
a orillas de la conciencia son recuerdos.
Cada latido es un grito que atraviesa
la noche, que sobrevive a la oscuridad.
*********
HUELLAS (Alción, 2023) de Mario Diez.
Mario Diez nació en Buenos Aires en 1948. Como a él mismo le interesa resaltar en la solapa (y tiene razón, porque es un dato relevante, que nos invita a entrar de la mejor manera al libro), publica ahora, con jóvenes 75 años, su primer libro de poemas.
Compartimos dos:
VEJEZ EN OCRE
ella eligió marchitarse
sin pudor
“estarás en los ojos de mi memoria”,
camelia radiante
vedette
que ahora viste rápida vejez
sus arrugas
en ocre
de seda blanca angelical
otras camelias la reverencian
tímidas
ocultas
no hay lágrimas en la naturaleza
vestuario vertiginoso
2022
2022
2023
dos mil qué sé yo
que este año nuevo
el del año que viene
y otros tantos que vendrán
nos traigan
el refresco
de una lucecita
detrás de un portal incierto
***********
BABY GRAVY (Fadel&Fadel, 2023) de Oscar Fariña.
Nacido en Paraguay en 1980, pero radicado desde siempre en Buenos Aires, Oscar Fariña (autor de ese notable homenaje que es El guacho Martín Fierro (2011), una especie de trasposición del clásico de Hernández en clave de cumbia villera) escribe una poesía irreverente, divertidísima y lúdica. Este último libro ahonda esa misma línea, como bien puede verse en este breve poema en prosa que compartimos:
UN BALLET DE POLICIAS
Y los policías que hasta recién procuraban mi captura de repente se ponen a bailar. Todos al mismo tiempo. En una coreografía de precisión inhumana, como de animación por computadora, suspenden su carrera y se clavan al piso para dar inicio a una danza coordinada de ritmo frenético. Los cinco policías que hasta recién me perseguían a la carrera ahora me arremeten con quiebres de cintura y movimientos ondulantes de torso, con pataditas al aire intercaladas de inclinaciones furiosas de cabeza. Bailan como si hubieran practicado mil años. Bailan como si toda la música del mundo fuera a desaparecer mañana. La perfección estiliza sus cuerpos y los envuelve en un aura de delicada feminidad. Yo no puedo seguir corriendo ante tal prodigio Me quedo embobado. Lo más insólito del cuadro es que no hay música de fondo: es un dibujo sin soporte, es un dibujo en el agua. Del que no quedará rastro alguno a menos que alguna cámara de seguridad esté apuntando justo en este ángulo, hace sólo un instante me haya visto a mi pasar corriendo, y ahora registre esta coreografía demencial que interpretan los cinco policías. Tres de ellos de una contextura física imponible para lo que están haciendo. Un grupo de uniformados de grueso calibre fascista bailan como diosas coreanas de Youtube, pero en esta mismísima vereda. Sin música que seguir. Con las armas desenfundadas. Es un milagro que no se les escape ni un solo tiro. Que el éxtasis no los lleve a marcar la culminación de una figura complicada con un disparo. Mi fuga se interrumpe por culpa de cinco policías que bailan.