POEMAS ESENCIALES DE ANTONIO MACHADO & POEMAS ESENCIALES DE FEDERICO GARCÍA LORCA & POEMAS ESENCIALES DE PABLO NERUDA (Salvat, 2023).
Son los primeros tres títulos de una nueva colección “Poemas esenciales” anunciada por la editorial Salvat y que se empezó a vender en los kioscos de diarios: “Una cuidada selección que reúne a los más grandes poetas desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI”. El precio de la antología de Machado (en una edición excelente) es exactamente el mismo que el de tomarse después un café mientras se lee el libro. Aunque, se sabe, en general los precios se vuelven más acordes a los precios del mercado al poco tiempo de echada a andar la colección, parece una buena oportunidad para acercarse a algunas de las voces más clásicas del canon. Las ediciones, repetimos, son excelentes: en la calidad del papel, la disposición de los poemas en la página, el arco que buscan trazar sobre la obra de cada autor, etc.
Compartimos dos poemas extraordinarios, uno de Machado y otro de Lorca:
A JOSÉ MARÍA PALACIO (ANTONIO MACHADO)
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!…
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra…
DE OTRO MODO (FEDERICO GARCÍA LORCA)
La hoguera pone al campo de la tarde,
unas astas de ciervo enfurecido.
Todo el valle se tiende. Por sus lomos,
caracolea el vientecillo.
El aire cristaliza bajo el humo.
–Ojo de gato triste y amarillo–.
Yo en mis ojos, paseo por las ramas.
Las ramas se pasean por el río.
Llegan mis cosas esenciales.
Son estribillos de estribillos.
Entre los juncos y la baja tarde,
¡qué raro que me llame Federico!
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UN ORÁCULO DE AGUA (Editorial Brujas, 2023) de Alejandro Bekes.
(AC)
Uno de los más destacados poetas y hombres de letras (ensayista, traductor) de la Argentina ha publicado un nuevo libro de poemas. Son cien, ordenados en cinco partes, y aparecen distintos temas: el amor, la paternidad, la literatura, la rara (por momentos angustiante, por momentos feliz) aventura de estar vivo. El libro recoge poemas escritos desde 2006 hasta 2021, y el registro es consecuentemente amplio, con poemas que van desde un sugerente, oscuro simbolismo hasta poemas sencillistas, cotidianos, que también se permiten con naturalidad el humor (por ejemplo, en una serie sobre una visita al zoológico, acerca de la invariable seriedad del tapir). Y siempre a lo largo de las páginas una constante, que es la búsqueda de una melodía, de intentar ser fiel a la poesía entendida como arte.
Comparto tres poemas:
LA JIRAFA
Jamás hubo una dama tan hermosa
ni con ojos tan dulces a esa altura.
Se te parece: los ojuelos tiene
como durmiendo en regalado sueño,
y a la vez tan despierta, con su clara
sonrisa de ciudad entre la selva,
parece que llevara el cielo adentro
y derramara amor sobre este mundo.
Se la ve adolescente todavía.
Todos quieren ser dignos de su gracia.
LO INTRADUCIBLE
Hermosa es la palabra toronjil,
que en árabe es “la hierba de la abeja”,
y la palabra cóndor,
que en quechua se oye qúntur.
Y la palabra góndola italiana,
la griega Antares, la latina pulso.
Y es insondable la palabra noche,
que en castellano quiere decir “noche”:
el estrellado azul, la suave luna,
la esperanza, el destino,
la alta meditación del que medita
y tu vida desnuda entre mis brazos.
CUÁNTO PUEDE UNA FLOR
¿Cuánto puede una flor contra el destino?
Poco podrá tal vez, o tal vez nada.
Pero es tu flor y se abre en tu camino,
contradictoria, inútil, perfumada.
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LA LUZ DE LO IMPOSIBLE – LOS POETAS DE NOSFERATU Y ÚLTIMO REINO (Ediciones Kalos, 2023). Introducción, selección y notas de María Julia De Ruschi.
(LV)
Un libro muy lindo, que recoge y recupera muy vívidamente a los grupos de poetas que editaron las revistas Nosferatu (el primer número fue de 1972) y Último Reino (cuyo último número salió en 1998). Es un acierto que la autora del libro sea una de las personas que integraron esos grupos. El libro no es una especie de antología objetiva, académica, sino la recreación de lo que una persona vivió: “…En las reuniones nunca hablábamos de otra cosa que no fuera de poesía. Alguna vez de una novela, alguna vez de música, o de una película, pero el ritual consistía en leer nuestros propios poemas, los que habíamos escrito esa semana, y también los que habíamos descubierto o traducido… Los viernes eran nuestra noche de fiesta: postergábamos el momento de separarnos, alargando hasta el silencio del alba el estar despiertos juntos compartiendo epifanías y misterios… A todos, tanto los integrantes de Nosferatu como los de Último Reino, nos unía algo más fuerte que el amor o el rencor, que el egoísmo o la gratitud, que la alegría o la costumbre, que la afinidad intelectual. Un afecto recíproco que no estaba exento de conflictos y maldades como corresponde a todo auténtico afecto recíproco. En ese espíritu convivial lo aprendimos casi todo, en realidad, y lo mucho que aprendimos entonces fue la raíz de lo que seguimos aprendiendo a lo largo del resto de nuestras vidas…”. Este acercamiento íntimo, personal, no impide que la introducción, que tiene más de cincuenta páginas, esté muy cuidadosamente documentada y pensada. En ese clima testimonial se da cuenta de la estética, de las lecturas y de la visión de la poesía del grupo y de sus integrantes.
Después de la excelente introducción viene la antología, en la que cada autor tiene su página introductoria, informativa y a la vez cálida, amistosa: Mario Morales, René Palacios More, Jorge Zunino, Enrique Vivaldi, Álvaro Díaz Astete, María Julia De Ruschi, Daniel Gutman, Víctor Redondo, Mónica Tracey, Guillermo Roig, María del Rosario Sola, Horacio Zabaljaúregui, Roberto Scrugli, Susana Villalba, Carlos Ricardo y Pablo Narral.
Como cierre, hay unas fotografías y un índice de los números de ambas revistas.
Compartimos un poema de Mario Morales (que era el maestro del grupo), uno de la antologadora, María Julia de Ruschi, y uno de Horacio Zabaljaúregui.
ANTES DE HABLAR HAY QUE APRENDER A ESTAR SOLOS (Mario Morales)
¿Es la vida del poeta
violencia y rencor,
celos que hacen del corazón
un archivo de miserias?
Para qué
escribir infamias, ambiguas dedicatorias,
traicionar Al Maestro o Al Joven Discípulo,
imaginar epitafios para los vivos en lugar de amarlos
como se ama el sol y la noche interminable
que nos une a todos
en la palabra que nos separa de todo.
(EL MEJOR MAESTRO ES EL VIENTO.
El mejor poema, un amigo).
HAY QUE APRENDER DE LOS ÁRBOLES
EL SILENCIO Y LA CAÍDA.
MÍSTICA (MARÍA JULIA DE RUSCHI)
Miramar
Un poco de la humildad del atardecer entró al arbusto de mis venas, fluyó una savia luminosa, fresca, calmante. Fui parte de la penumbra y la quietud, sentí las vibraciones suavísimas del color del cielo en mis vertebras, respiré la inmovilidad de las ramas de los abedules, olí la atención oceánica del aire en suspenso. Como un pequeño huevo en la seguridad del nido, mi pensamiento se aquietó. Olvidada de sí misma en el amor, la tierra entera se me reveló en estado de plegaria.
PLAY IT AGAIN (HORACIO ZABALJAÚREGUI)
Si tu amor no es un sueño imposible que busca la noche escribe un poema
escribe un poema
si tu cerebro es ocupado por la flora intestinal de un rumiante
escribe un poema
si tu deseo estalla sincopando la música de las esferas
escribe un poema
si confundes encontrar con la sierva y el árbol
halla con aya y haya
escribe un poema
si eres paranoico como una princesa
escribe dos poemas
si deseas tatuar a Moby Dick
consulta la línea 5/6 del hexagrama 26
donde dice “dichosos los dientes del cerdo castrado”
si gozas más que tu sombra
pon uno
si la carne es triste y has leído todos los libros
vuelve al punto de partida
y pierdes el tiro la próxima vuelta.
Si escribes un poema
escribe un poema
sigue la cadena y se romperá por el eslabón más débil
sigue la cadena y envía poemas a los que escriben poemas
y te envían poemas
si tu doble no te deja ser él
escribe “dábale arroz a la zorra el abad”
si lanzas proclamas cátaras por la red de radioaficionados
escribe tres salmos
si la esfinge te busca entre sus victimas
escríbete
si lees el futuro en el bolo fecal de los papas
escribe, no te desalientes
si extravías un fetiche
escribe “todo está lleno de dioses”
o desacredita lo real y vela por lo ausente
porque nunca dejó de estar cubierto
porque es tu cómplice y ningún crimen perfecto
se comete con cómplices
si piden por tus pecados
pregunta cuánto ofrecen.
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FAUNA DEL NUEVO MILENIO (Miño y Dávila Editores, Colección Estaciones, 2023) de Roxana Páez. Selección, prólogo y entrevista de Mario Nosotti. /// LA LUMINOSIDAD DE LOS SÁBALOS MUERTOS (Miño y Dávila Editores, Colección Estaciones, 2023) de Mario Arteca. Selección, prólogo y entrevista de Mario Nosotti y Carlos Battilana.
Una loable iniciativa, esta de la Colección Estaciones, dirigida por Carlos Battilana y Mario Nosotti. En sus propias palabras: “La Colección Estaciones surge como el intento de poner en primer plano el trabajo de una serie de poetas argentinos de primera línea, que a pesar de tener una obra consolidada siguen siendo difíciles de asimilar. Se trata de poéticas excéntricas respecto a cierto consenso –siempre cambiante y coyuntural por otra parte– y de la expectativa de lo que se sobreentiende como poético. Los autores que la integran nacen en general a partir de los años sesenta (o poco antes) y el grueso de la obra ha sido publicado entre la última década del siglo pasado hasta la actualidad”.
Los primeros dos autores de la colección ciertamente responden a estos criterios y a la vez muestran claramente las mejores virtudes de la colección. En ambos volúmenes se presenta en primer término un ensayo introductorio, luego una amplia antología de poemas, y como cierre una entrevista al autor. El resultado es muy logrado, porque se les da a estas poéticas, que pueden ser un poco desconcertantes en la primera aproximación, un marco que las ayuda a desplegarse. Teniendo en cuenta que los libros se editan, imprimen y distribuyen en Argentina y España, es, repetimos, una loable iniciativa, que ojalá siga creciendo.
Compartimos entonces, primero del libro de Roxana Páez, un fragmento del prólogo de Nosotti, dos poemas y una respuesta de la entrevista:
El tema de la partida, el del alejamiento y oscilación de la distancia, se entraman con otro de sus ejes, el viaje. El mismo es sobre todo un modo de descubrimiento y avance. Perderse en las ciudades o caminos puede ser una forma vital de la experiencia, pero es también errancia, zozobra, abandono de una seguridad real o ilusoria. Si entrar en “tierra incógnita” implica desamparo, salto al vacío necesario para hacerse a sí mismo, el viaje nos ofrece a la vez el “olvido de sí”: dejarnos atrapar por lo que viene a nuestro encuentro, la variación del mundo, aquello que permite elevarnos por encima de nosotros mismos. Como dice la cita de Marca de agua, libro de Joseph Brodsky sobre Venecia que la poeta lee en su visita a dicha ciudad: “Se necesitaría una neurosis fuera de lo común o una acumulación extraordinaria de pecados o ambos, para ser presa de una pesadilla en estos lugares” (Serie de banda rumorosa). Las ciudades y caminos, las costumbres, las personas, los climas, el cansancio de andar, son a veces la mejor terapia.
*
LA CARRERA
Un día cualquiera supe
que lo maternal me había enseñado
que no existe diferencia entre lo interior
y lo exterior.
Al salir de un País
y de una casa
siempre había encontrado los órganos.
¿Es que nunca salí?
¿O me mantuve desde un primer momento fuera?
Ahora que podrías ser vos
la que fuera
expulsada de la casa, del barrio,
de nuestras vidas y de las vidas de los perros y de los gatos,
por la implosión que dentro tuyo sucede
silenciosa,
me he dormido un momento
de pasaje más estrecho,
en una indecisión somnolienta.
MÁQUINA DE GORJEAR
Trepé por las ramas y el cuaderno
quedó abierto con un piolín atado
al espiral de cobre.
Cuando tirara del cabo se cerraría
en forma automática al subir.
Pero el verso no entró.
Parecía considerar el asunto,
si así puedo describir el estado
de indecisión
al sentirse atraído
en direcciones opuestas
por dos impulsos diferentes.
*
-¿Te ubicás dentro de alguna tradición? ¿Cuál es tu relación con la llamada poesía de los noventa en Argentina?, el momento en el que empezaste a publicar. Si pudieses elegirla ¿cuál sería tu genealogía?
Seamos Vallejo. Seámoslo siempre. Eso dice un cartel que vi desde el ómnibus de la ruta que iba por el borde del mar de Lima a Caral. Un mensaje en el cielo.
Vallejo es nuestra capital, el cruce cultural de nuestra patria castellana. Y ahí, cuando el poema ladra o ruge, como con el verdadero ladrido de un perro que todavía no viste en un pueblo desconocido, te aquerenciás. Y volvés atrás. Volvés a leerlo.
Mi mamá tenía Trilce en la biblioteca. Un objeto suspendido y extraño al alcance de la mano. No me acuerdo de haber hablado con ella de él. De chicas, nos repetía estribillos de Nicolás Guillén o de los Cuentos de la Mamá Vieja. Un día le llevé la parte que tenía del libro descosido a Arturo Carrera que tenía la otra parte. Entonces, muchos años después, él me preguntó si quería volver a tener ese libro. Y me guio hasta una librería de viejo en una galería en donde había aparecido uno idéntico forrado con papel de seda. Y lo compré. La extrañeza y el humor siempre se incrustaron en la cadena genética de mi lengua. Digo mi lengua, porque aquí donde vivo me la preservo de alguna manera, fuera de casa y del movimiento y sus transformaciones cotidianas, hasta que empieza a ser una lengua irreal, tal vez, retenida como un sueño vivo con el que se puede componer.
Compartimos también, pero ahora del libro La luminosidad de los sábalos muertos de Mario Arteca, un fragmento del prólogo de Nosotti y Battilana, dos poemas, y una respuesta de la entrevista:
Imaginemos el momento en el que, allá por los comienzos del 2000, la poesía de Mario Arteca irrumpió en el ya por entonces renovado –por una parte de la llamada “poesía de los noventa”– panorama de la poesía argentina. Su primer libro salió en el 2003 y en pocos meses se le sumaron dos más; desde allí –como César Aira, a quien dedica uno de los títulos– nunca paró de escribir y publicar. “Antes de eso escribía poemas que empezaban y terminaban, que tenían un sentido, pero que no funcionaban porque yo no era un escritor de poemas sino de libros; yo hacía libros, no poemas”, dirá en una entrevista. Y aquí nos enfrentamos a la primera dificultad: es difícil, casi imposible, antologizar a Mario Arteca porque muchos de sus libros quedan mutilados, sin poder exhibir plenamente su juego y su funciona- miento si se presentan en un mero recorte. Afortunadamente hay muchos libros (más de veinticinco al día de hoy), incluidos algunos con poemas relativamente breves, “acabados”, lo que en conjunto nos ha permitido realizar esta selección que –aunque seguramente sesgada– esperemos conforme una especie de friso que dé cabal dimensión de los alcances y peculiaridades de su trabajo. Collage de la obra total y collage –o mejor, acumulación de materiales– que se da hacia adentro de cada libro, e incluso hacia adentro de cada poema.
*
SESIÓN DE TERAPIA
(Terapia sesji)
¿Qué ve usted en esa mancha?
–El mar
–Un barco flotando en el mar
–Una mariposa negra
–Una vagina
Siga siga
¿Qué más?
–La foto de mi fosa ilíaca
¿Una concepción tal vez?
–Sí pero intelectual
Y ¿qué es lo que está
concibiéndose en su intelecto?
–La muerte
La verdad es que le pareció
ver una rata gris
corriendo de un agujero
a otro
¿Y cuánto tiempo duró esto?
–Segundos
LA CANCIÓN DEL SALBUTAMOL
Esta madrugada salí a buscar una farmacia
de turno y encontré una en medio de un barrio
que a determinada hora es más una invitación
al asalto seguro que un panorama del costumbrismo.
Todo estaba detenido. Ni un alma, salvo la mía,
o un tipo con un bolso saliendo a laburar a esa hora.
Compré el medicamento, lo utilicé y me sentí mejor.
Pero caminar diez cuadras en esa soledad de la noche
(ida y vuelta, es decir, 20 cuadras), donde todo puede
pasar, jamás volvería a hacerlo. Sólo un pecho agitado
logra volverte un bibelot inconsciente que camina
entre los despojos de una nada que siempre parece
amenazante. El farmacéutico me atendió. Es más,
abrió la puerta de su negocio, a sabiendas que era un loco
desesperado que a esas horas lo que quería era sólo
calma en la noche. No había otro plan, porque
dada mi desconfianza natural los últimos recursos
son los que se abandonan, se extinguen, no necesitan
de visitantes inesperados. Pero ahí estaba, limpia,
aséptica y ordenada mi solución. Y el hombre
me escuchó en guardapolvo, como todo maestro.
*
¿Tenés alguna rutina o método a la hora de escribir poesía?
Fui cambiando de hábito con el correr de los años. Cuando escribía los primeros libros que después fueron publicados-estamos hablando entre 1999 y 2003-tenía una rutina inalterable, que consistía en comenzar a escribir después de las 11 de la noche y paraba recién entre las 3 6 4 de la mañana. Así, todos los días, durante cuatro o cinco años, tal vez, entre mi trabajo en la radio y la vida familiar, yo me hacía ese lugar donde ponía algo de música (a veces no), leía entre las pausas de la escritura, tomaba mate o alguna bebida no muy alta en graduación, pero lo que quería era respetar ese momento de involucramiento con mis cosas y con mi escritura, de la à que aprendía algo mientras la estaba desarrollando. Con el correr de los años, esa rutina me pesó en el cuerpo, y en los últimos años escribo temprano a la mañana y a la noche, aunque ya no en la madrugada.
En cuanto a determinado método, yo trabajo mucho con los recortes mentales de las lecturas que hago ocasionalmente. Leo mucho y vampirizo todo lo que puedo. Hace años que me interesa la crítica, el ensayo literario y filosófico, tanto como los poemas o la narrativa, y adopté la gimnasia de poder detectar en la lectura los momentos poéticos que se ponen en relieve. Eso me da la posibilidad de cambiar de rumbo en medio de la escritura, un golpe de timón hacia zonas donde no siempre estoy de acuerdo. Hace bastante tiempo que no me enamoro de la dirección moral (por decirlo de una manera, más bien espantosa) de mis textos, porque ahí es el sujeto poético o ficcional el que ocupa su lugar, y eso hay que respetarlo.
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CAFUNÉ (Alción, 2023) de Antonela Pallini-Zemin.
Primer libro de Antonela Pallini-Zemin, nacida en Quilmes, Provincia de Buenos Aires, en 1988. “Cafuné –dice una breve prosa que abre el libro– es el acto de acariciar el cabello de una persona para adormecerla, mimarla, contemplarla. Esta colección deja que sus líneas se metan suavemente por entre la melena de recuerdos, vivencias, amores, espíritu, espacios, vacíos, idiomas, intertextualidades. Cafuné no es más que la voz hecha acto. En cada poema el yo lírico vive, canta, reflexiona, celebra, lamenta y suelta, o no, sus musas, sus pensamientos y sentimientos, sus recuerdos, sus experiencias. No importa si la melena está desaliñada o arremolinada, no importa de qué color es, las palabras de esta colección, como yemas, acarician los ojos y los oídos de las musas y de los lectores”.
Compartimos dos poemas:
CASTILLO DE PAPEL
Un yo lírico y una musa
viven eternamente
en un castillo de papel.
Bailan solos y contentos
al compás de las rimas
que marcan el vaivén.
Y sólo en las letras se aman,
viven
y se ven.
Sólo allí es posible
–En un castillo de papel.
MUROS
Mi más sentido bésame
Acá yacen los labios en desuso
Que no tomaste
Quedan quietos en esa posición
Que sé aún te llama la atención
Habrás de mirarlos y leerlos
Pero no besarlos
A veces las palabras frenan
Y la indecisión levanta muros
Aunque pequeños como lápidas
De los besos desaprovechados
Siento mucho que tengas
Las dudas tan claras
Mi más sentido bésame
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UN MAR ABAJO (Ediciones del Dock, 2023) de Alicia Maffei.
El libro fue distinguido con el Segundo Premio Nacional de Literatura de la Fundación Pro Arte Córdoba, por un jurado integrado por Cristina Piña, Pablo Anadón y Rafael Felipe Oteriño. Dijo el jurado en el veredicto de premiación: “El poema «Una fuerza poderosa» es la mejor expresión y acaso la síntesis del libro. La floración de una especie vegetal prestigiosa –el Acanthus– la convoca a reflexionar sobre la vida: ese nacer, ese proyectarse hacia lo abierto, desconocido, ese establecer un intercambio que se consuma en la energía –compasiva- de su propia acción. Imágenes en las que une el desamparo existencial, la emoción de quien elabora respuestas y la belleza que se prodiga para todos y para nadie”.
Compartimos ese poema:
UNA FUERZA PODEROSA
Acanthus
columnas de pétalos blancos,
espigas de flores que nacen a fines del verano.
Algo empuja desde adentro, una fuerza poderosa,
pronto esto será un bosque de donde nacen esas hojas
que ahora hablan entre sí.
El mundo debe cambiar, es la vida o la muerte,
la desesperación del género humano
no sabe cómo enfrentar este gran desastre.
Además del estado de ira ¿qué tenés para ofrecer?
Tal vez no has conocido el porqué profundo de las cosas,
alguien te lo dijo ¿o no quisiste escuchar?
Pero te digo que, a menos que sientas compasión
será difícil vivir.
La compasión es el origen de todos los cambios,
es esa fuerza poderosa que viene desde adentro,
te transforma y ya no sirve,
no sirve ignorarlo.
pronto esto será un bosque de acanthus,una nueva oportunidad
la compasión de la vida, columnas de pé
talos blancos
espigas de flores y hojas que hablan entre sí.
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OFICIO DE SOMBRA (Ediciones del Camino, 2023) de Alfredo Luna.
Un nuevo libro de poemas del catamarqueño Alfredo Luna (n. 1953). Una voz personal, que busca y encuentra, como en su anterior libro Daños personales (2018), una auténtica modulación lírica. En este caso, la escritura de los poemas tiene como disparador la lectura de cinco novelas de Libertad Demitrópulos. Según explica el autor en una nota introductoria: “Me fijé el objetivo de focalizar mi atención en ciertos giros del habla de los personajes, cuyo léxico, siempre impregnado de belleza es propio del noroeste argentino, sin considerárselos regionalismos. Un modo de habla que también me pertenece…”.
Compartimos dos poemas:
AMARGA ES ESTA SOMBRA
derrotado
por lo más ínfimo de la desgracia
los llamo desde el herbal del sueño
para que vuelvan a la sangre que me aloja
cansado
me arranco estas cuitas de paria triste
en las manos tengo un charco de luto
que voy enterrando en el país de las brumas
la pena es un cuchillo hundiéndose en la nada
y me confunde
EN DIOS NO CABE NI LA MITAD DE UNA LÁGRIMA
padre el hambre suena adentro
como quien ha tragado piedras
desgracia fabulosa en la mesa vacía
padre te perdono el miedo
y vengo por nuestras sepulturas.
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QUE SALGA BIEN AUNQUE SALGA MAL (Hexágono, 2023) de Tuti Curani.
Séptimo libro de poemas de la porteña Tuti Curani (n. 1990). “En un campo minado –empieza diciendo la contratapa de Flavia Calise–, las decisiones se tornan milimétricas. El control frente a la última gota que produce que la emoción rebalse puede devenir obsesivo. Es a través de la acción y, quizás, la buena compañía animal (alguien que entiende poco o demasiado) que logramos evitar la parálisis ante lo que no se detiene; la aceleración descarada. En este libro la autora se aburre, se conecta con el click, titila en la música, observa como un águila punk, ofrenda su aura desconocida, circula su identidad. Busca el orden flexible, siente a través de internet y a pesar de internet: se desconecta. Intuye al ojo abriéndose tras el ladrido, la bebida o el rayo de sol…”.
Compartimos un poema:
VIDRIO SOBRE VIDRIO
Extendido el adentro por todo el afuera
no queda nada que no sea superficie
en ese engaño de la transparencia.
Pero el lenguaje pasa, deja indicios
como el líquido del limpiavidrios
manchando la ventana
o esta misma pantalla negra
por donde paso la mano y ya no veo nada.
Las empresas de químicos
mintieron sobre las vetas
dijeron:
transparente sobre transparente
sin marcas.
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DAME SPRAY (Nebliplateada, 2023) de Legna Rodríguez Iglesias.
(Diego L. García)
El viaje que Legna Rodríguez Iglesias (Camagüey, Cuba, 1984) nos propone en este libro comienza con Thomas Bernhard y el exilio como experiencia de conversión, a partir de una serie de citas del escritor austríaco que terminan por conformar umbrales para diferentes secciones dentro de la obra, en una poética que arremete contra toda cristalización o estereotipo: “¡Toda construcción que hoy construyen los expertos de la construcción es un crimen!”. Crimen y repetición, el crimen de lo mal envejecido.
La presencia es una especie de tiempo donde acontece la escritura, la única habitación para la imagen, y el presente en que el yo se desenvuelve es una de las potencias del proyecto de la autora: “Lo que estoy viendo es teatro, no realidad, / ¿pero y si viera la realidad?”. Cuando esa capa temporal se pone al frente del asunto, cuando el yo comienza a actuar en nuestras narices, la intensidad es tal que resquebraja toda escenificación. Algo de lo que se está diciendo traspasa el artificio literario. La experiencia de leer y escribir (que no serían lo mismo que la “literatura”) es el momento y la energía del acto. Es la destrucción contra el crimen de lo pre-construido por los expertos, la disputa por un territorio donde sea posible traducir el deseo en belleza. Escribe la poeta: “Lo que deseo puede estrujarse. / Lo que deseo es metal y papel”.
Las gotas de una poesía desafiante se esparcen por todas partes, ahora también en Argentina donde Ediciones Nebliplateada ha sacado este libro (uno de los aciertos editoriales del año). Desear y escribir, vivir con libertad la relación con las palabras y de allí sus correspondencias (el amor, la identidad, el ocio) sin deudas ni explicaciones.
Comparto dos poemas:
GEMELOS
De Harold Bloom no sé ni la h.
De Roland Barthes no sé ni la r.
Están presentes en casi todos
los textos literarios que se escriben hoy en día.
Tanto mis amigos como mis desconocidos
los apuntan en sus tesis y en sus argumentos.
El pie de página les pertenece.
Están presentes en las conversaciones
y en los espacios alternativos
diseñados para hablar de arte o literatura.
Están en la naturaleza,
en el pasado y en el futuro.
Por ellos se levantan banderas a mi lado
que ondean libremente, vuelan.
Es un gran misterio para mí
darme cuenta de que sus apellidos
empiezan con la letra b,
la primera consonante del alfabeto
y sin duda una de mis preferidas
por sus semicírculos y su sonido áspero.
Les prometo a los que hoy
se han congregado ante mí
puntuales y responsables,
falsos y feos,
prestándome atención, considerándome,
que no descansaré hasta quedar preñada
de gemelos si es posible,
quienes serán registrados de la siguiente forma:
Harold y Roland, Roland y Harold.
Fin de la conferencia.
Pueden retirarse
35 MILÍMETROS
Para discutir el hecho de la existencia de un tipo
de poema documental,
he visto el impacto de dos aviones
contra dos torres gemelas, un suceso
ocurrido el once de septiembre del año dos
mil uno,
y que alcanzara en su momento gran popularidad.
Viéndolo así, después de más de una década,
sigo indiferente respecto a ello.
Sigo imperturbable y linda. La butaca es roja.
En mi comprensión solo hay edificios
destruidos con violencia por aviones,
gracias a los cuales murieron muchos hombres.
Me sumo al pésame de la muerte. Lo siento
tanto. Ofrezco mi condolencia pero no me
duele nada,
levanto los ojos y los brazos y no me duele nada.