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Algunos libros recientes (mayo 2023)

Algunos libros recientes (mayo 2023)

ROCA (Editorial Hojas del sur, 2023) de Carlos Rey.

(AC)

Carlos Rey nació en Buenos Aires en 1977 y este es su tercer libro de poemas. El libro me encantó: tiene algo muy auténtico. El cotidiano deber de trasladarse en la línea de tren General Roca para ir y volver del trabajo es la atmosfera en la que nacen estos poemas. La poesía, en este libro, no es un artificial producto refinado ni la anotación rencorosa de un resentimiento, sino algo parecido a una religión, una búsqueda: el deseo de que la realidad se transfigure, una íntima rebeldía que sabe ser autoirónica y redimir la mirada.

Comparto dos poemas:

REPRESENTAMOS EL INFIERNO EN CADA MOMENTO

Estaba claro para nosotros
que si uno más entraba
el tren explotaría,
y que si al menos
una migaja de sol no se filtraba
por alguna de las ventanas
y arañaba con su luz balsámica
los cuerpos gastados,
pegados unos contra otros,
nos ahogaríamos.

Tal vez la mano levantada clamaba
por una libertad perdida,
pero lo más seguro
es que no fuera eso,
sino otra cosa,
algo así como un pedido de compasión
por los niños que estaban adentro,
o un pedido de compasión por todos
los que estábamos adentro,
o más bien,
la compasión estuviera dirigida a los otros,
a los que querían entrar,
a los que empujaban por entrar,
y les decía: “No entren, no entren,
el aire es denso en este lugar
y hay olor a ceniza”,
lo que, antes que se escuchara el timbre
que anunciaba el cierre final de las puertas,
el cielo opacado del vagón
vino a corroborar,
junto con las caras de cadáveres
estampadas en las ventanas.

 

LA CONDENA

Envuelto en el canto claro de los vendedores ambulantes
que lo elevaba al cielo,
el gran hombre dijo: “basta una brisa fresca
para respirar y la filosofía no tiene sentido”.
Ignoraba que me encontraba presente
y que había dedicado diez años de mi vida
a la filosofía, y que ahora, exiliado del saber,
sus palabras me condenaban a vagar de vagón en vagón
buscando la brisa de la que hablaba.
Por supuesto que mi viaje ahora tendría un fin,
pero pienso que no se deberían decir ciertas cosas
sin tener en cuenta las consecuencias.

 

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LA GUACHA N° 55 – MARZO 2023, de A.A.V.V – Revista de poesía dirigida por Claudio Lomenzo y Javier Magistris.

Un nuevo número de la revista de poesía que siempre es una alegría encontrar en los kioscos de diarios. Tras la nota editorial, que presenta el número, hay una entrevista a Jorge Boccanera, acompañada de aproximaciones críticas a su poesía y poemas de su autoría. Hay también una atractiva entrevista a Ricardo Rojas Ayrala sobre su vida y su obra. Hay poemas de Héctor Freire, Ivonne Bordelois, Orlando Valdez, Eugenia Páez, entre otros. Reseñas de algunos libros recientes del panorama actual: La mueca de tu afán, de Vicente Muleiro, Tonada que no canta, de Alejandro Cesario, o La boca del infierno, de María Negroni, por ejemplo y entre otros.

Compartimos dos de los poemas publicados de Ivonne Bordelois:

 

EL ALEGRE APOCALIPSIS

En el primer día
pasará el ángel que borra las motocicletas.
En el segundo día
pasará el ángel que apaga la televisión.
En el tercer día
pasará el ángel que arrasa los autos, los aviones y los barcos.
En el cuarto día
pasará el ángel que destruye los avisos comerciales.
En el quinto día
pasará el ángel que acalla las sirenas de ambulancias y bomberos.

En el sexto día
llegará el ángel del silencio:
solo se oirán los árboles, el mar y las estrellas.

En el séptimo día
los hombres comenzarán a hablarse suavemente, cara a cara.

 

DEFENSA DEL CONSUMIDOR

Y yo consumo, sí, por qué negarlo.
Sustancias indecibles, la comida
que otros tiran, pedazos de vereda,
diarios viejos, ponchos rotos, frazada
contra la lluvia. Sí, consumo.
El cielo, la mirada de los otros, la cáscara del día.
También consumo
un poco de tristeza. Estén tranquilos.
Ella nunca se acaba.

 

 

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LOCAS (Ninguna orilla, 2023) de Lucía Mazzinghi.

Lucía Mazzinghi nació en Buenos Aires en 1975. Publicó dos novelas (Resolana y Gira la noche) y un libro sobre el Ulises de Joyce. Psicoanalista además de escritora, trabajó durante más de veinte años en un hospital psiquiátrico de Buenos Aires. De esta dilatada y dura experiencia nace Locas, una especie de diario / registro cuyas sucesivas entradas, en prosa, por lo general breves, se sumergen sin contemplaciones en la tremenda realidad de esas vidas rotas. El tono es neutro, descriptivo, desde un yo que casi no aparece, pero que con mínimos destellos logra trasmitirnos la atención compasiva que sostiene la escritura.

Compartimos algunas de las entradas de esa especie de diario / registro que es este extraño libro:

*

La boca llena de agujeros de cama 29. Un setenta por ciento de piezas dentales perdidas en el pozo del tiempo, el viento ulula a través de los huecos. Su mirada de basilisco es un balazo en mi frente, a pesar de la comba de su espalda y de los dedos crispados se sostiene firme en el fogonazo de sus ojos, desgarrón en la envoltura lisa de lo conocido. Pálida casi lívida escupe palabras como si descargara golpes en cadencia entrecortada, revienta cabezas a fuerza de ritmo y contrarritmo, un contrapunto tramado en soledad, una soledad que suelta tarascones y mira fiero. La calle le manda mensajes. La tele. La radio. Observa con recelo a los de limpieza, oscuroseres misteriosos vestidos de bordó que empujan sus carritos tintineantes sin quitar los ojos del celular.

*

Cama 23 enflaquecida por un amor quebrado a destiempo. El dolor llega abrupto y pega la estocada. Si estabas atenta podías escuchar cómo se me partía el corazón, dice con un hilito de voz. Perdida. Repodrida. Se quita el pulóver. Tengo los brazos como un rallador. Marcas blancas empiezan en las muñecas y llegan hasta un poco más arriba de los codos. Muestra sin pudor, se regodea en el tajo oscuro de su muerte fallida.

*

En la huerta hay lechuga, rúcula, rabanitos, apio, perejil, acelga, puerro y zapallitos. Papas y tomates. Algunas plantas nativas, lavandas y un jazmín. El taller es los miércoles de quince a diecisiete. El resto del tiempo permanece cerrada con candado. Para participar hay que anotarse en una lista pinchada en la cartelera de enfermería.

*

En lo único en lo que piensa cama 21 es en tirarse boca abajo sobre su cama y llorar, con los brazos colgando a los costados, llorar mañana tarde y noche en un limbo oscuro e ininterrumpido, llorar hasta saciarse, las lágrimas son un río que arrastra peces de colores, yacarés, boas constrictor, al borde del río de las palabras. La apodaron La Llorona, naturalmente.

*

Acá el pucho es plata. El que tiene puchos es rico. Maneja los hilos. Los tiempos.

*

Esta mañana cama 25 confesó que durante la noche alguien le hizo un agujerito detrás de la oreja para robarle y meterle información. Primero sintió una quemadura provocada por un láser o algún elemento manipulado a la distancia, luego un fuego frío, helado, y un leve olor a carne chamuscada. Tiene alguna sospecha sobre quién puede haber perpetrado el acto pero no está dispuesta a decirlo aún. Por ahí sacan imágenes, sonidos, colores y entran luz dice invadida por un inmenso sentimiento de fragilidad, lo dice sin pelos en la lengua y con una tristeza mortal en el corazón. El temblor de las manos le hace volcar el té.

*

Cama 37 pasó veinticinco días abrazada al cadáver de su madre en posición fetal hasta que un vecino llamó a la policía quejándose del mal olor. Con los ojos semicerrados me mira y suelta: es verdad, lo acepto, me costó dejarla ir, ya perdí su voz, ¿se da cuenta? ¿Ahora cómo me abrigo? Hace meses que usa el mismo vestido de seda marrón con rayas blancas. Hace caso omiso a las quejas de todas, a la insistencia de que se cambie, a los regalos de nuevas prendas, a las amenazas. Ese vestido es su piel. Busca el abrigo de una voz.

 

        A manera de cuidado detalle, el libro trae entre sus páginas un mini-fanzine con algunos dibujos (de la misma autora que hizo la ilustración de la tapa: Sofía Bohtlingk) y algunos fragmentos de texto que probablemente hayan quedado en el camino de la edición final. Dice un breve colofón: “Este fanzine es un satélite natural del libro Locas, de Lucía Mazzinghi. Forma parte de él, del mismo modo en que la luna forma parte de la Tierra”. Compartimos uno de esos fragmentos, que saluda a Jacobo Fijman: “Cada locura tiene su propio ritmo, su propio viejo molino rojo moliendo palabras como si fueran granos de pimienta”.

 

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EL FORMOL DE LA MELANCOLÍA (Santos Locos, 2023) de Gustavo Yuste.

(LV)

Nacido en la Buenos Aires en 1992, Gustavo Yuste ha ido construyendo en sus sucesivos libros desde la publicación de Obsolescencia programada en 2015 una voz muy personal y reconocible, en la estela más paradigmática de la llamada Generación del ´90: escenas cotidianas, mínimas, mostradas desde un tono abúlico que la simpleza de los recursos retóricos del poema potencia. En este nuevo libro, una treintena de poemas nos sumergen en una mirada (o sea, una poesía) tan vulnerable como efectiva.

Compartimos tres poemas:

MECANISMO DE COMPRENSIÓN

Bolsas de basura acumuladas en la esquina
como una reunión improvisada de lobos marinos
sobre la orilla de una playa alejada del turismo.
A pocos metros, el recolector sube y baja
del camión sin pensar en nada más
que en un trabajo realizado de forma limpia.
El mecanismo de compresión de los residuos
bien podría funcionar para los recuerdos:
envueltos en un nylon negro, entremezclados,
triturados hasta el punto de fusionarse
para después desaparecer juntos.
El resultado final:
un líquido penetrante, invasivo,
difícil de ignorar su olor.
El recolector levanta las bolsas
con precisión de máquina y voluntad de obrero,
cumple con lo programado,
levanta la vista hacia la ciudad de madrugada
como un antiguo soldado
que, tras ganar un combate mano a mano,
mira la situación del resto de su tropa
y reconoce la derrota inminente.

 

ESCUCHA

Una ventana hace ruido
y llama la atención
al romperse.
Nunca al arreglarse.

 

GRANDES HAZAÑAS DEPORTIVAS

Esa habitación antes no era un santuario,
simplemente era un lugar
en el que cada uno se ocupaba de vivir su vida
de una manera soportable.
Sin embargo, el viudo da vueltas en la cama otra vez.
Con los placares llenos de ropa
y pastillas de naftalina
para conservar enteros los recuerdos,
todas las noches el insomnio
traduce un rezo vergonzoso
al idioma de la asociación libre.
De fondo, casi imperceptibles,
se oyen los gritos de gol
desde las viejas revistas deportivas
que se acumulan al costado de la cama.

 

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PALABRAS DE POETA (AÑO 7 – NÚMERO 14; NOVIEMBRE 2022) – Dirección: Hernán Jaeggi / Carlos Garro Aguilar. Consejo de Redacción: A.A.V.V.

Un nuevo número de la revista cordobesa Palabras de Poeta. La propuesta es simple: una nota editorial, algunas páginas de crítica o ensayo sobre poesía (“Poesía y naturaleza” y un artículo sobre Juana Bignozzi son las propuestas de este número) y muchos poemas: 40 páginas con más de 35 autores de Córdoba, de la Argentina, de Latinoamérica y del mundo (Italia), cada quien presentado con una breve nota bio-bibliográfica y una selección de poemas. Compartimos tres:

INCENDIO (FRANCESCA BOTARO CASTILLA)

Piel a piel,
transformamos
el impalpable silencio
en tangible
poesía.
Domesticamos
nuestra mirada,
todo fuego
se hizo
sol.

 

DESIERTO (CÉSAR “LEÓN” VARGAS)

El desierto camina
dijo cierto día mi padre,
mirando el horizonte.
Yo sentí en la boca
un polvo fino de cristal salado
y era el mismo sabor
que a ese hombre le quebraba la boca.
Y fuimos hacia el sur
con álamos y palas
para atajar el viento,
sus jorobas de arena caminante.
Es un animal seco y enorme,
abarca toda la mirada.
Eso dijo mi padre
mientras plantábamos árboles.
Retrocediendo… Derrotados…
Pero qué hermoso es ver en el desierto,
resistiendo
esa larga puñalada de álamos
que planté con mi padre.

 

4 (LIDIA ROCHA)

“Vos sos fea”, dice mi madre,
“yo no te voy a mentir”.
“No seas mimosa”, insiste,
“no hagas gestos de chica bonita
porque van a burlarse de vos”.

“Vos no podés”, sentencia mi madre,
“vos necesitás que te ayuden””.

Hay que ponerse en pie, trastabillando.

Mejor partirse la mandíbula.
rezar por un milagro,
no sé,
ser un androide,
o un murciélago,
devenir asesina.

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POR LAS RAMAS (Ediciones en Danza,2023) de Gabriela Franco.

El libro fue galardonado con el primer premio del Premio Nacional de Poesía Storni 2022, por un jurado que integraron Susana Villalba, Mario Ortiz y Elena Anníbali. Dijo el jurado: “Un libro que entiende la poesía como trabajo en y con el lenguaje. Ritmo y musicalidad al servicio de una voz impersonal que se abre a un universo más abarcativo que un yo confesional e involucra en más sentidos y planos a los lectores. Por las ramas es una reflexión sobre el lenguaje, sobre la poesía, sobre verdad o reflejo”. La descripción es acertada. Podría agregarse que se trata de 50 poemas breves. numerados consecutivamente en números romanos, que se abren con una especie de guion de canto y quedan abiertos, sin punto final, un poco como si fueran fragmentos de voces o momentos de un solo poema. Compartimos tres:

XXXV

–La tarea es cantar. Trina
la melodía, pero no trilla, no
quebranta la mies tendida en la era.
Arquea la caja, tira del hilo:
corcovos entre un término y el
comienzo del otro. Continuo
sonar, solo el guion que abre
la dicha

 

XXXVIII

–Decanta la piedra la pendiente. Una
persecución del ripio. Los ojos
en la espesura de la chispa. Incendiadas
las pestañas, pulverizada la lengua.
Quemar borradores. Perderse
entre el punto y la parte. La mitad
es mejor que el todo, se dijo. Es
el vicio de talar y echar
a crecer

 

XLVII

–No hay una cosa por otra, sino
la cosa en sí. La ceniza ahora
no es una diferencia, es
un acontecimiento. La piedra
en su mínima expresión. La
repetición, pulida
hasta el cansancio. Los restos
que dicen hubo
calor

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LANGOSTA (Bajo la luna, 2023) de Yaki Setton.

Octavo libro de poemas de Yaki Setton, nacido en Buenos Aires en 1961. Dice Sonia Scarabelli en su aguda contratapa, poniendo para empezar al libro en relación con los libros anteriores de Setton: “En Langosta, los poderes metamórficos del amante de El beso y el viaje a través del desierto del hijo de Lej Lejá resuenan de una manera nueva. Se trata de una transformación a la vez sutil y devastadora, la de una anatomía que se vuelve exterior y, hasta cierto punto, ajena. Aquí ya no es el salir en busca de sí, sino la nada lo que se propone como experiencia profunda del desierto, y el cuerpo –siempre proteico en la poesía de Setton–, puesto en el centro de la escena y zurcido en “cada articulación íntima”, se convierte en una forma aún más enigmática individual y colectiva al mismo tiempo: ninfa, exoesqueleto “nube extranjera y perseguida”, “pupilas de mil pupilas”, brazos que son alas, “cadera que vibra y duele”, enjambre. La langosta, ciega potencia del arrasamiento y el despojo, materia de profecía, encarna en estos poemas, con una extraña ternura –que es también desazón—, la minuciosa condición de un cuerpo atravesado por de volverse una insólita, múltiple otredad”.

Compartimos un poema:

VOY A TRATAR DE HABLAR CON MI CUERPO

Aquí estás, hecha
una acumulación de ligamentos,
alas surcadas por venas
y patas de a pares y en tres.
Qué más puedo pedir
si siento la linfa corriendo
de punta a punta
y nada me dice
ni pide ni rezonga.

Sos el cuerpo que llama
o que duele, sufre.
Y también ríe como una
hiena que corre loca
por la planicie extensa
de la nada que me expone
a ser y no ser
bajo ningún presagio.

Y si solo abrimos
la boca para parecer
que hablamos a este viento
que apenas si sopla solo para mentir.

Él nos advierte o dice que aún hay vida
o dice que el amor es necesario
o que mi cuerpo no es eso
una acumulación de nervios, etc.

*********

FORMOSA (Barnacle, 2023) de Catalina Boccardo.

Se trata de la reedición de un libro que fue publicado por primera vez en 2015 por El Suri Porfiado. Catalina Boccadro nació en Buenos Aires en 1961 y tiene varios libros de poemas y plaquettes pubicados. Dice el comienzo de la contratapa del libro, sin firma: “Acaso porque escribir suponga un rito semejante al de prometer algo en silencio (“creer en lo que creíamos / sin arrodillarse”), Catalina Boccardo presenta al desocupado lector algo triste y dulce a la vez; esta definición se incluye en la dedicatoria a la madre y fue vertida en otra lengua además del guaraní; en lo misterioso del lenguaje ocurren las cosas (“todo lo que quiero narrar está vivo”), en cada palabra y lo que ellas guardan de amor, de pena y de dudas”.

Compartimos dos poemas, el 12 y el 32, de los 36 que componen el libro:

12

apenas andaba por el patio elegante
su tío la llevo hasta la patrona
sobre los mosaicos
un laberinto de aves ddibujado
murmullo de esteros
sus patitas sin fuerza

ella
mi madre
aún me cuenta
esta historia
de migración
como su nunca hubiera llegado 

 

32

esa Formosa soñada ya no existe

la abuela duerme
el suelo se enfría bajo este pavimento

vos viajaste hacia otra punta
sin padres de barro y de semilla

Formosa es irreal
                      la orquídea que inventaste y adorna tu dolor
largo tiempo
                                  siembre crédula de una hija

*********

A RÍO REVUELTO (agua viva, 2022) de Maricela Guerrero.

(EGC)

En A río revuelto, el gesto del texto inicial de la poeta mexicana Maricela Guerrero, una intervención de Balún Canán (1957) de Rosario Castellanos atravesada por la exuberancia de la vegetación y la encomienda de una niña, se reproduce.

Hay ramilletes como ofrendas en el libro, dedicados a la propia Castellanos, al agua, a los deslices literales y metafóricos, a Enrique Santos Discépolo, a Sara Montiel. Así, se van reuniendo en las páginas singulares arreglos florales, alrededor de un tema o de la inagotable variación de una voz ajena, con una multiplicidad de formas textuales y tonos. Mientras tanto, persisten líneas como letanías, los interrogantes o las respuestas que Guerrero dispersa aquí y allá sobre el género, la traducción, la lengua materna, el extractivismo, los modelos económicos, y que atraviesan todo el libro, punzantes.

En medio de tanta profusión, la potencia de la palabra y la materia de la palabra hipnotizan, y también hacen reír.

EN CETÁCEO

No es en el ánimo contemplativo
que buscamos tenaces al pez globo;
al contrario, no queremos paliativo,
queremos con toxina hacer el bobo.

La caricia en su lúbrica sustancia
nos inflama, intima, y nos desata:
tetrodotoxina brinda en abundancia,
delfines somos, globo pez, no mata.

Aquí dirán expertos que cetáceos
no se drogan por lúdico deseo,
ni añoran un pinchazo de morfina;

que no está bien considerar opiáceos
en delfines felices en recreo
que bien está sedarnos con teína.

 

AMAMANTAR

La agua: le ague: la leche: le leche: orígenes: vía láctea y desinencias que se traban ab origen de une lengüe que habito v en desinencias exuberantes nutricias que brotan de mujer que canta boleros y mira las estrellas a lo lejos y discute increpa baila un destine camine más de caza de bisontes que de encogimiento de hombres hombros en castillos relucientes de señorita de su casa: su hogar es el mundo entero:

desinencias que se maman de pechas tetos biberonas en las aguas los brotes la azul el azul sustancias y alimenta en sistemas circulatorios nutricios canciones que la leche crían y alebrestan:

marcas de género tendencias vestigios que se pierden en el noche y en la día: cata canta aúlla la centinela de un ejército corrector y prescriptor a mi mu me mima la locura en la cabeza que se deschaveta.

como los muñecos en el pim pam pum.

**********

TE PUEDO INVOCAR POR PARTES (elemento disruptivo, 2023) de Josefina del Pópolo.

(EGC)

Este primer libro de Josefina del Pópolo (Comodoro Rivadavia) forma parte de la colección “niñxs de los ‘90”. Con una voz decididamente instalada en los espacios cotidianos y en lo íntimo, una pérdida nombrada a medias hace de todo un holograma del pasado, una fuga donde “siempre algo se desvanece”. Así nacen los poemas y se van desplegando, con el cristal del duelo y con su fuerza motora.

Compartimos el poema que da nombre al libro:

*

Te puedo invocar por partes
tu cabello con olor a fijador,
el lunar en tu mejilla rosada,
un dedal, el collar de perlas
que solo usabas en navidad

arranco de tu jardín:
olivas, malvones
y margaritas secas.

acaricio toda tu ropa de terciopelo,
beso las fotos donde estás sonriendo

juguemos a las escondidas
una vez más pero ahora
me escondo con vos


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