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Y lo peor es que sobrevivimos…

Y lo peor es que sobrevivimos…

por Lila Biscia

Elijo compartir un poema de la uruguaya Selva Casal (1927-2020) que me interesa e identifica la idea de sabernos supervivientes. Sobrevivimos a la vida, al camino, a nosotras mismas.

           Desnuda un optimismo cruel y realista que se descubre en la aceptación de lo circular de la vida: la meta no es la felicidad, sino hacer consciente lo inevitable del movimiento que nos lleva a todos los estados una y otra vez. La vida, el amor, las ruinas, la muerte, los despojos que somos y otra vez: la momentánea felicidad.

           El amor, la muerte y la felicidad son, en este poema, tres estados que se vislumbran como un tránsito. Y en ese tránsito aparece una de las partículas más honestas: lo inadmisible que se vuelve la posibilidad de terminar con el dolor cuando todavía estamos en el dolor. La necesidad de sentir que no se acabe mientras aún permanece en el cuerpo; como si fuéramos una serpiente que aún no mudó de piel.

           No hay título ni marcas de puntuación en esta escritura; hay acumulación de estados. Como si solo se pudiese sobrevivir a aquella circularidad vital que menciono al comienzo, en un avance atropellado: jadeando.

Y lo peor es que sobrevivimos
Sobrevivimos siempre
al amor a la ruina
a la innecesaria sorpresa de la muerte
avanzo entre despojos
y sé que lo terrible
es que volvemos a ser felices

 


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