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Algunos libros recientes (junio 2021)

Algunos libros recientes (junio 2021)

KATANA N° 3  (MAYO 2021) de Carlos Rey, Mariano Shifman, Pablo Porro y Pablo Seguí (y colaboradores varios).  

por AC

Esperado tercer número de KATANA, que va consolidando su personalidad número a número. De circulación gratuita (puede leérsela y descargársela acá), este número viene con muchas cosas, que están a ese click de distancia. Aquí resaltamos algunas:

(i) Una nota editorial de Carlos Rey que aborda el tema infinito de los roles del trabajo y de la inspiración a la hora de escribir un poema. La tesis central del artículo (básicamente: el oficio es la mejor puerta abierta para que llegue la inspiración) me dio ganas de escribir otro artículo, en el que idealmente distinguiría dos clases de inspiración: la inspiración en el trabajo, o sea la ocurrencia feliz durante la escritura, y la inspiración en un sentido más amplio y decisivo para quien quiera escribir, o sea: el estado de la vida en el cual sucede la escritura de poesía.

También firmada por Carlos Rey, puede leerse la nota “Imagen actual de Enrique Bachs”. Contrariamente a lo que esperaba por el epígrafe de Baudelaire(“Elle est bien jeune encor!”), no es una vindicación de los valores de la poesía de Banchs, una nueva lectura, sino la constatación de que los valores de su poesía ya no encuentran eco en nuestra época, demasiado atenta a su propia contemporaneidad.

(ii) Entrevistas a Jorge Monteleone y a Diego Roel, las dos muy interesantes. Sería lindo que se incluyeran algunos poemas de los entrevistados tras las entrevistas, para poder ver, a continuación de sus ideas sobre poesía, esas ideas puestas en acción.

(iii) Una joya de Silvio Mattoni, que empieza así: “Entre julio y diciembre de 1874, se publicaron en París los ocho números de la revista La última moda. Esa publicación para damas traía de regalo con cada entrega unos moldes para hacerse vestidos en tamaño natural, estaba dirigida por un tal Marasquin; la colaboradora que estaba a cargo de la sección de modas firmaba como Marguerite de Ponty y era una dama de la alta sociedad (o al menos lo daba a entender); otra señora, que firmaba como Miss Satin, enviaba una columna titulada “Gaceta de la Fashion” desde Londres. Las crónicas de obras teatrales, libros, exposiciones y noticias mundanas de salones y sitios veraniegos estaban a cargo del señor Ix.; un Chef del restaurante Le Brebant recomendaba menús para almuerzos a la orilla del mar, en temporada de caza, cenas de Año Nuevo, comidas en familia; el tapicero italiano Marliani daba consejos sobre decoración; no faltaban colaboraciones ocasionales: una dama criolla, una castellana bretona, Olimpia la negra. Todas y todos se expresaban con vivacidad, elegancia y precisión. La extraña calidad de esas escrituras no podía sorprender a quienes sabían o sospechaban que detrás de la dirección a la que se debían enviar las novedades editoriales, así como la información sobre teatros, viajes turísticos, artes y vida social, se escondía el redactor de la totalidad de la revista: Señor Stéphane Mallarmé, calle de Moscou 29…”

(iv) Poemas de Mariano Shifman, de Amadeo Gravino, de Ricardo Herrera, de Pablo Queralt, de Raúl Cerruti, de Fabián Herrero, de Paula Cantarero, de Patricio Foglia, de Fernando Ilucik y de Mariana Romano. Compartimos un poema de quienes abren y cierran el arco, Mariano Shifman y Mariana Romano:

ROBERTO ARLT (Mariano Shifman)

Desde aquí, liberado de la diaria,
hoy me permito el lujo de estos versos,
las sílabas contadas y los tersos
acentos: ya me usó la maquinaria.

En carne y hueso fui un escriba paria,
de aguafuertes por kilo, de dispersos
desvaríos, de locos y perversos,
de podredumbre, odios y urticaria…

Los sabihondos leyeron cualquier cosa:
me afiliaron a Rusia y a Boedo,
como quien clava a una mariposa.

El compromiso… me importaba un bledo.
Lo digo en sílabas, lo dije en prosa:
la rabia fue mi trama y fue mi credo.

 

LO QUE NO SE DICE (Mariana Romano)

Soy deseante y deseada,
Desde mi frontera,
Desde mi mirada.
Mi nombre es Mariana,
Marca de piel y de palabra.
Lo que no se dice,
Lo que se calla.
¿Por qué?,
Si a mí,
A mí,
No me falta nada.

 

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ANIMALIA POÉTICA EN TRES POETAS DE LENGUA ALEMANA (Editorial Serapis, 2021) de Rilke & Kolmar & Zech – Edición bilingüe. Prólogo, selección y traducción de Héctor A. Piccoli.

“¿Qué signo tienen en común –se pregunta en el prólogo Héctor A. Piccoli–, qué amalgama las tres ilustres voces de las primeras décadas del siglo XX, reunidas, con participación dispar, en los cuarenta y seis poemas de esta colección? Evidentemente, la empatía, la solidaridad con el sufrimiento animal. Y la insistencia en una acusación, en algunos lugares tácita, en otros lugares explícita: la de la crueldad humana, pero no limitándose a señalarla, sino denunciando su trasfondo, el fundamento que la sustenta, esto es, la denegación de pertenencia, por parte del hombre, a la gran totalidad, esa representación constitutiva y legado fecundo de la Goethezeit”.

A partir del eje temático de la animalidad, una excelente oportunidad para volver una vez más a la poesía de Rilke, y de asomarse a las obras de Gertrud Kolmar y Robert Zech, menos conocidas en Argentina. Las versiones en castellano intentan dar cuenta de las estructuras de métrica y rima presentes en los originales, intento, como se sabe, arriesgado, que funciona mejor algunas veces que otras. Compartimos uno de los poemas del libro, la célebre pantera enjaulada de Rilke:

LA PANTERA

                                En el Jardin des Plantes, Paris

Su mirada está del paso de las rejas
tan cansada, que no retiene ya objeto alguno.
Para ella, es como si mil rejas hubiera
y detrás de las mil rejas ningún mundo.

La marcha muelle de trancos dúctiles y recios
girando de un ínfimo círculo en la nada
es como una danza de fuerza en torno a un centro,
en que se yergue una voluntad narcotizada.

Sólo a veces, permite en silencio la apertura
a la pupila el velo. E ingresa una figura:
por la tensa calma de los miembros va a correr,
para en el corazón cesar, luego, de ser.

 

DER PANTHER 

                                Im Jardin des Plantes, Paris

 Sein Blick ist vom Vorübergehn der Stäbe
so müd geworden, daß er nichts mehr hält.
Ihm ist, als ob es tausend Stäbe gäbe
und hinter tausend Stäben keine Welt.

Der weiche Gang geschmeidig starker Schritte,
der sich im allerkleinsten Kreise dreht,
ist wie ein Tanz von Kraft um eine Mitte,
in der betäubt ein großer Wille steht.

Nur manchmal schiebt der Vorhang der Pupille
sich lautlos auf . Dann geht ein Bild hinein,
geht durch der Glieder angespannte Stille,
und hört im Herzen auf zu sein.

 

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COMARCAS (A capela ediciones, 2020) de Bernardo Colipán.

por PB

El poeta Bernardo Colipán incluye textos inéditos en esta segunda edición de su poemario Comarcas, galardonado en 2013 con el Premio Regional de Poesía de Chile, y nos invita a un viaje por “el mundo mapuche y fronterizo de finales del siglo XIX y principios del XX”, como dice Jorge Spíndola Cárdenas en el prólogo que abre la experiencia de leer los casi 50 poemas que componen el libro y que reescriben la «Pacificación de la Araucanía» y la «Conquista del Desierto» con el mapa de Wall Mapu, “el antiguo y transitado país mapuche”. El territorio es “una suerte de bio-poética en resistencia a esa otra «Tierra Baldía» que va dejando la modernidad chileno-argentina a su paso”.

A quien le interese la poesía mapuche actual y la contaminación de las lenguas originarias por la lírica occidental, quién esté en busca de una estética que ponga en el centro una ética, está en el lugar correcto, “aquí las palabras, los newenes y los cuerpos están imbricados en el bullicio de la historia y en esos otros silencios que cada uno lleva consigo siempre”.

EL ULISES DE JAMES JOYCE

El Ulises de Joyce que buscas, es un libro difícil de encontrar en la Comarca.
Junto a la Tierra Baldía y el Trilce
de Vallejo apareció en 1922. La primera versión en español
la tiene Vásquez el contrabandista.
Es suyo.
Y dice cambiarlo sólo por balas, cabezas
de ganado y un par de chicas que al besar
huelan a licor de manzanilla.

 

Y TÚ QUE FUISTE UN PAÑUELO SIN RUMBO

Tus amigos se han ido
ahora cantan canciones de marinos perdidos en las Guaitecas.
Y tú que amabas tanto el mar.
Y yo que amé los barcos perdidos en la niebla.
Y tú que siempre fuiste un pañuelo sin rumbo en el mástil más alto.
Abrazaste siempre a quien pasó delante de ti.
La que buscabas no la hallaste ni en tus sueños más ebrios.

 

DONDE VAYAS LO QUE FUISTE TE SEGUIRÁ

Estuvimos juntos,
pero nunca nació nada entre nosotros.
Un ojo ajeno a tu rostro me miró y yo me sentí amada.
No importa ahora saber tu nombre.
Lo cierto es que tienes algo turnio en ti
que mira a los demás en su propia torcedura.
Y a muchos has golpeado
tratando de recuperar lo perdido.
Hace años salí sin conocer el sentido de los viajes.
Al partir me dijeron: «Donde vayas la Comarca irá contigo».
Tú no sabes lo que es salir sin la rosa de los vientos.
Llegar a lugares donde la noche en su oscuridad
monta su propio caballo.
En vano dibujo, ahora, corazones en mi ventana.
Fuera de la Comarca el cabello de mi madre nunca se volvió blanco.
Ni el silencio de las conchas, ni el vello de mi pubis.
Un hombre nos mira desde la casa en frente. El bebe de un vaso
hasta llegar al corazón del tiempo.
Yo buscaba tu ojo cuando lo abrías, sólo allí
ingresaba a pie
segura de mí
en la habitación húmeda
de una noche sin retorno.

 

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EL TRABAJO DEL SUEÑO (Caleta Olivia, 2020) de Mary Oliver. En traducción de Natalia Leiderman y Patricio Foglia. Edición monolingüe.

por EGC

Después de traducir El pájaro rojo de Mary Oliver (Caleta Olivia, 2017, presente ya en esta sección), Natalia Leiderman y Patricio Foglia se abocaron a El trabajo del sueño. Entre traducción y traducción, algunas cosas cambiaron: Mary murió. Entre traducción y traducción, otras cosas siguen igual: el impacto que genera su obra en la Argentina.

En El trabajo del sueño (Dream Work, 1986) Mary Oliver deja caer un velo sobre las cosas. A este libro le precede mi favorito, American Primitive de 1983, donde ese velo aún está ausente y hay, en cambio, un halo radiante que ilumina a quien se funde y se encuentra metafóricamente en las experiencias de la alteridad máxima que ofrece la naturaleza, a quien indaga con curiosidad, a quien trata de entablar un diálogo empático con su entorno aunque fracase.

Aquí, en El trabajo del sueño ese velo, el de lo onírico, el de la ilusión rasgada, transfigura la mirada. Pareciera que el yo poético nos observa bajo la superficie del agua, turbia, y así el agua aparece y reaparece en “Las olas”, “La nadadora”, “Cazón”, “El tiburón”, “En el mar” y muchas otras piezas. Incluso se puede ser pez y tener ojo de pez y llorar lágrimas de pez, en este mundo de sueños, surrealista y subacuático que despliega Oliver: “¿Mienten los sueños? Una vez fui un pez/ y lloré por mis hermanas en las enormes/ encrucijadas del delta. / Una vez encontré entre los juncos/ un bote, tan flaco y solitario/ como un árbol joven. Cerca, el bosque chisporroteaba con la lluvia de la tarde”.

Se indaga todavía con curiosidad, es cierto, pero los temas son otros, como el pasado familiar que regresa en forma de visitante nocturno, como la muerte y la herida ácida, como la catástrofe que deshace la Tierra. La materia del poema también se desintegra a veces hasta dejar fragmentos, igual que se desarma en “Miembros de la tribu” la tela de un mal sueño: “descosí / las profundas puntadas / de mis pesadillas”. Y entonces tejemos y destejemos.

ESTRELLA DE MAR

En las rocas del mar
   en los huevos de las piedras
       al filo de la marea
         en aguas espesas, como la ceguera

las estrellas se deslizan
   como esponjas

     como miles de dedos.
       Yo lo sabía, y lo que quería

era poder retirar mis manos
   del agua – lo que quería
       era estar dispuesta
         a temer.

Pero me quedé ahí
   agazapada en el muro de piedra
       mientras el mar derramaba su canción áspera
         a través de sus canales

mientras esperaba la luz poderosa
     de su roce, mientras miraba fijamente
       el fluir de la marea
           donde a veces podía verlas-

su carne obstinada
   reposando entre mis manos.
¿Qué hay de bueno en estar
     echada todo el día al sol

amando lo que es fácil?
   Nunca fue fácil pero
   al final pude estar en paz:
       todo el verano

mi miedo fue cediendo
     mientras ellas brotaban en el agua
         como flores, como la brizna
             de un sueño incierto,

mientras reposaba sobre las rocas, alcancé
     algo en la oscuridad, aprendí
         poco a poco a amar  
             el único mundo que tenemos.

 

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SU SEÑORÍA (UNA MEDITACIÓN SOBRE LA LECTURA) (La carta de Oliver, 2021) de Santiago Espel.

por AC

En esa fiesta de humor iconoclasta que son las Crónicas de Bustos Domecq, Borges y Bioy Casares imaginan un poeta llamado Vilaseco, que publica a lo largo de los años siete obras, que son siempre el mismo poema cuyo título va cambiando. Santiago Espel (Buenos Aires, 1960), autor de numerosos libros de poesía, novela y ensayo, propone en la primera parte de este libro (que lleva por título “Dodecaedro”) literalmente eso: doce veces el mismo poema, al que le va cambiando el título. La segunda parte (“Marginalia”) son doce anotaciones breves referidas respectivamente a cada una de las veces que aparece el poema; básicamente funcionan como notas explicativas, con distinto grado de arbitrariedad. La tercera parte (“Post scriptum”) es una vindicación de la escritura de la primera. Los títulos del poema son buenos, despiertan la imaginación, dan ganas de leer lo que sigue (salvo que uno ya lo sabe): “Naturaleza muerta con ciervo embalsamado”, “Un agnóstico prueba suerte con el tarot”, “Tarántula”, “Estudio sobre el fortalecimiento de los parásitos”, “21 gramos: materiales descartables”, “De la tolerancia como principio iniciático”, “La purga”, “El gesticulador”, “La liebre aprende la lección”, “Hipnosis”, “La risa puede terminar en llanto”, “Res non verba”.

Surge con naturalidad la pregunta de por qué hacer un libro así. El abanico de respuestas es amplio, y va desde la sencilla conclusión de una amiga ajena a la literatura a la que le comentaba el caso (“¡qué vago!”) hasta las articuladas elucubraciones que el propio autor ensaya en la tercera parte. Propongo un origen posible: cualquiera que haya sentido la felicidad de escribir un poema sabe que no es infrecuente volver a él en los siguientes días, con la excusa de corregirle alguna coma, sí, pero sobre todo por el placer de estar un rato más en el poema terminado. Tal vez este libro sea la prolongación imprudente de ese placer.

El poema dice así:

Hijo del impulso y del verbo
exprime el gotero de cicuta
sobre los cálices del nervio:

de estas cacerías nace el hambre.

A la hora de las alabanzas
repite de puerta en puerta
el protocolo de las cenizas:

apenas el ayuno de su siembra.

De nudos la lengua presa
hueso a hueso tira la suerte
sobre el enjambre de hilos:

los lados bisiestos de la carne.  

La noche viene a pastar
en los labios de la profecía.

 

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EXCURSIÓN (Bajo la luna, 2021) de Silvina López Medin.

Silvina López Medin nació en Buenos Aires en 1976, y vive actualmente en Nueva York. Ese es su cuarto libro, y varios de sus poemas habían sido publicados en noviembre de 2018 en Hablar de Poesía #38. Un libro al muy personal, que logra una rara intensidad cuando se aventura por esas zonas de nuestra interioridad en las que a veces preferimos no aventurarnos. Compartimos un poema:

DE NOCHE

Se bañó mientras todos dormían
se puso un camisón a oscuras
miró los ojos cerrados del otro una vez más
pisó suavemente las rabias del suelo y no crujieron
abrió la heladera
tomó agua bajo esa única luz
se quedó quieta, atenta a los sonidos: la casa, los suyos
suspiraban. Abrió la ventana: en alguna parte había música
no distinguía dónde era la fiesta
unos volvían, otros iban
hacía ahí:
no siguió el ritmo de esa música no sacó el cuerpo por la
ventana para ver más no abrió con desesperación una botella
no dejó caer un bretel no se pintó la boca al rojo vivo no
besó el vidrio no besó no se frotó los labios para no dejar
marca no cerró los ojos para perderse no quiso llegar a esa
fiesta en el centro de esa fiesta no hay nadie nadie, se dijo.
No cerró la ventana,
caminó hacia su habitación
ciega, guiada por el roce de las cosas
así volvía a la casa de sus padres cuando era tarde y el miedo
era algo preciso: ser descubierta.
Tocó el borde de la cama, se dejó caer
en esa otra oscuridad
esperó.

 

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EL REINO DE LOS PECES (Barnacle, 2021) de Diego Brando.

Diego Brando nació en 1987 en Córdoba, y publicó ya varios libros de poemas. Dice la contratapa, sin firma: “La impiedad termina donde comienzan los recuerdos. Diego Brando no se contenta con añadir los diferentes tonos de colores que se agitan débiles o melancólicos en la muelle neutralidad de un pliego impreso para retratar un mundo cada vez más amargo, más solitario y más peligroso (“La forma/ de permanecer despiertos es anotarlo todo en un papel, y cada tanta/ levantar la vista, notar si la realidad cambia o desaparece”). Con un mismo sonido y furia también se empeñaría en forjar un arma, pintar y cocer un jarro o construir una casa, para la mente del lector, para los días que huyen, para los tiempos de los verbos (“Así hasta dar con el nombre de las cosas y callar, como/ si en realidad de hombres y de dioses se tratara”). Si un consuelo de la soledad es imaginarse solo, en “El reino de los peces”, el amor, cada frontera abrupta, el sentimental arrebol de las últimas poblaciones, confluyen en poemas que encierran en su economía y nitidez, el júbilo y la distancia de quien murmura un nombre (“Qué loca idea fue nacer; madre, / en noche de tormenta y lloviznas /Algo se quebró desde el principio”)”.

Compartimos el primer y el último poema de los 42 del libro:

1

Ruido de ángeles cayendo en el patio
y de insectos tragados por las arañas.
Los frutos crecen y absorben la noche
y destilan el azul más bravo del universo.
He oído demasiado caerse
el mundo sobre la casa,
y cargar con sus cimientos sería
darle de comer a los chacales.
Se precipita la lluvia y las gotas golpean
sobre el cobertizo, como un oro pálido.
Huyo entre la bruma y pienso en no regresar;
detrás cuelgan las ropas de los muertos.
Qué loca idea fue nacer, madre,
en noche de tormenta y lloviznas.
Algo se quebró desde el principio.

 

42

Pienso en el final, mientras
el recuerdo de lo vivido se aquieta
en el cuerpo. Solía confundir las ideas
con las formas del mundo, canto inútil
y ridículo, un odio que nacía desde adentro
hasta perforar las aguas, un túnel directo
al infinito. Los balcones dan a la calle
y las personas circulan y enloquecen
por el ruido, todo devorado aquí por el viento,
autos hacia el norte, figuras en los techos.
Todo enrarecido, la sombra de un cuervo.

 

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El DESEMPLEO (Nulú Bonsai Editora 2020) de Fernando Bogado.

por AC

Dos fuerzas modelan los poemas de este libro: la primera es la preocupación por las condiciones materiales de la vida, ya sea personal o social, y la segunda es la poesía. La tensión entre esos dos polos da lugar a una escritura que renuncia al soplo de la inspiración, al no sé qué que quedan las cosas balbuciendo de San Juan de la Cruz, para reemplazarlo por el apasionamiento frío y el tesón con que se trabaja un material sentido y personal. Sin menoscabo de lo personal de ese material, la poesía de Fabián Casas y la de Sergio Raimondi son dos influjos perceptibles.

Compartimos dos poemas:

El DESEMPLEO

Qué decir si mi esperanza
ya no entra en ningún beso
y que no queda nada salvo esperar
a leer algo en algún lado
que me devuelta ¿qué?
¿Una electricidad?

          Pasa la mañana de ahora
          como pasan todas acá
          agujereando el cielo
          como el taladro andante
          que el amigo de mi hermano se compró
          para hacer un negocio.

          Pasa la mañana
          como negocio de pobre.
          así.

 

LA POSICIÓN EJEMPLAR DE LA POESÍA AFROAMERICANA COMO PROBLEMA CRÍTICO-TEÓRICO

Lo que hacemos,
                     si nos ponemos a pensar
                     con el espíritu abierto
                     y la buena voluntad de decir algo,

lo que hacemos
                     bien puede
                     no dejar ningún tipo de rastro.

No hagamos madurar el archivo.
No registremos.
Si es que el precio de lo que hacemos es la invisibilidad
abracémosla toda, de golpe,
y recordemos a todos los que alguna vez
hicieron con la lengua algo imposible
y ahora se pierden
en el lejano horizonte del tiempo,
en la terrible historia de nuestras guerras,
en lo complejo de ver
una vez por semana
a lo que queda de nuestra familia
buscando excusas
para no verse.

No pensemos bien de nosotros.
Espero adelantar algo con decir que somos los peores.                         

 

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ATÉ MI CABALLO (HD ediciones, 2020) de Ariel Bermani.

por EGC

¿Por qué un padre le contaría a su hijo sobre Horacio, un hombre que no ve desde su casamiento? ¿Y por qué un poeta rememoraría las charlas sobre argumentos de películas que veía con su viejo y distanciado amigo? Posiblemente, no haya una respuesta, pero Até mi caballo de Ariel Bermani es un despliegue de tres materias fundamentales para cierta forma de escritura: personajes (los icónicos y los reales distribuidos horizontalmente), recuerdos y anhelos.

Los reencuentros, las lecturas, los episodios solitarios y los compartidos, la búsqueda de sentido, todo eso se presenta de manera aparentemente aleatoria, pero hay un detalle sintáctico: lo que en un poema se insinúa, en el siguiente se despliega. En esa cadena de sentidos se desarrolla este particular y delicado montaje, en donde el detalle está al servicio de la obra.

ATÉ MI CABALLO y el de ella y entramos al bar.
Dos whiskies sin hielo
ordené
ella agregó unas papas fritas
con aderezos.
El pueblo ardía de gente
algunos pistoleros nos conocían
y movían la cabeza hacia adelante
a modo de saludo.
Unas damas
que estuvieron en la cama
conmigo
o con ella
o con los dos
también saludaron.
Teníamos un tiempo
de vivir por ahí
y a ese pueblo siempre volvíamos
nos gustaba especialmente
por sus lecturas de poesía
y por la buena cantidad
de editoriales independientes
que exhibían sus libros
en las barberías en las tiendas en los templos
en los bares en las cárceles en las escuelas.
Las maestras adoran a los poetas
sobre todo cuando
al tercer whisky
recitan el poema de Darío
dedicado a los Estados Unidos
y “La Niña de Guatemala”
de ese viejo amigo nuestro que ya murió
el copado de Martí.
Sentados cerca de la barra
salamos un poco las papas
brindamos
y golpeamos apenas
con el taco de las botas texanas
el piso de madera.

 

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CINCO PUENTES CORONARIOS AL HILO (Buenos Aires Poetry, 2020) de M. Serrano.

por AC

Una voz enmascarada, masculina, después de una operación grave, lleva a lo largo de un año un registro feroz y eficaz de algunas de sus obsesiones: el cuerpo, el sexo, la música, algunas lecturas, las drogas, la política, la insatisfacción. La tercera parte, una especie de post-scriptum, pareciera dar una clave de lectura que ya aparecía en la dedicatoria: se trata de un homenaje a un amigo que ha muerto. Pero el libro está firmado M. Serrano, como si se quisiera dejar constancia de que se ha ido muy a fondo en el proceso de impostación de la voz. Marina Serrano nació en 1973 en Quequén, y este es su séptimo libro de poemas. Compartimos uno:

INSATISFECHO

Insatisfecho
         merodeo por Buenos Aires y sus alrededores.
Ayer tome finales en la universidad (una bocha de inscriptos),
fui a renovar mi DNI.
Pasé también un par de días encerrado
         en la quinta de mi hermano
en estado casi monacal,
         haciendo algunas cosas que me dan un dinero extra
         pero que ni se acercan a la prostitución
         desgraciadamente
murió Spinetta.
Duro de tragar,
alguien
         que, de alguna manera, formateó tu cerebro
durante la adolescencia (Pescado Rabioso, sobre todo)
se va.
Hoy es un hermoso día. Sol pleno y calor razonable.
         Difícil de resumir.
Pero sí. Estoy pasando por un periodo de insatisfacción.
         Será que me banco cada vez menos ciertos vaivenes.
Hoy leí que la ciudad más fría del mundo
se encuentra en Siberia
                     y se llama Oymayakon
https://nuestroclima.com/oymyakon-la-ciudad-mas-fria-del-planeta/
Anoche, las últimas palabras de Houellebecq
fueron:
         el triunfo de la vegetación es total.
No hace mucho Levi Strauss sostuvo algo así como:
         Todo empezó sin el hombre
         no veo por qué todo no podría continuar sin él.
Una bella patada en los huevos.

 

 

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SEÑORA FANTASÍA (Neutrinos, 2020) de Paula Trama.

Señora fantasía reúne algunos de los libros de poesía escritos por la cantante, compositora e integrante de Los besos y Susi Pireli. Escribe Francisco Garamona: “Los libros reunidos en este volumen conforman un conjunto de potentes visiones, que se sostienen a un ritmo sostenido y persistente. Un caballo, una remera, los nombres posibles del amor y de la ausencia, el vitalismo y la belleza, todas las contraseñas perdidas que se quieren volver a recordar, para recuperar algo, cualquier cosa”.

ANTES DEL CABALLO…

El caballo no es un recipiente
que acaricies y siempre esté llenándose
Tan profundo e irritante que parece anterior a la fauna
Redondea los médanos, se enreda en los sauces
fragmenta la arena
Tan hostil parece y sin embargo no está presente
No se sabe de qué caballo es parte
parece anterior a los caballos

 

HOLA

Cuando te escucho entiendo y cuando te leo, también. ¿Qué es? Tus frases me estimulan. Seguro tenés amigos reflexivos y ningún pariente recibido. Seguro te destrabó alguna droga poderosa. O tal vez algo grave en tu infancia te guió. Parece que tuvieras cien hermanos. Parece un milagro que tengas celular y que te guste responder casi al instante. Gracias a Dios. Te quiero.

 

TENGO MIEDO DE…

tengo miedo de haber comido tantas frutillas sucias
de que el café hervido me haya hecho un agujero
de que la pasantía resulte ser carísima
de que el profesor me grite cuando le voy a hablar
de engordar justo para la fiesta
de olvidarme el pasaporte en la cocina
de que mi canción les suene conocida
de que mis papás se mueran antes que yo
de saber lo que ustedes sienten por mí
de haber manchado el libro que me prestaron
de tener déficit de atención
de que el búho a la noche no quiera charlar
de llegar a la fiesta y que esté suelto el fantasma

 

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DE UN IMPERIO A OTRO (Mansalva, 2021) de María Gainza.

Primer libro de poemas de la autora de El nervio óptico, o como ella misma cuenta en su anécdota introductoria: “Lo cierto es que un día, mientras hablaba por teléfono con un amigo, se me cruzó la peregrina idea de escribir ‘algo encolumnado’”. A continuación, algunos de estos “textos encolumnados”:

GRANADA

Me reservo para mí
un final mejor.
Quiero que mi cuerpo
se abra como una granada
madura en verano
y sus semillas
se desparramen
por la tierra.
No quiero consumirme
despacio,
como una vela.

 

UN MURO AMARILLO

Ayer me propuse encontrar
ese pedazo de pared amarilla
que tanto emocionó a Bergotte
en la “Vista de Delft”.
Las láminas de mi libro
se veían ajadas y en la computadora
encontré mil vistas que variaban sus tonos
pero conservaban lo central:
arriba las nubes cenicientas
duplicadas debajo por un conjunto opresivo
de casas con ventanas tan estrechas
que podrían haber sido perforadas
con un lápiz de papel.
Hay que atravesar el agua
para llegar a la luz, a las afueras
de la ciudad, a una costa desolada
donde un puñado de personas
conversa en voz baja.
Un poco apartada, una mujer
carga un niño en brazos.
Desde esta perspectiva el muro amarillo
asoma entre los techos,
es precioso, en verdad, como un lirio
en medio del barro
y aún así yo no puedo
dejar de pensar:
¿quién cruzará al niño?
¿dónde encontrarán un doctor?

 

GISLEBERTUS

En el pueblo de Autun,
en la región francesa de la Borgoña,
Gislebertus se atrevió a firmar
su obra, allá por el siglo XII.

Quinientos años más tarde
los monjes de la iglesia
juraron a coro
destruir los relieves,
cuando alguien dijo:
“Tápenlos en vez”.

Debajo de los ladrillos
Eva quedó ardiendo en deseo
pero el golpe de gracia
son los Reyes Magos
apilados como troncos
bajo un mismo cobertor
dos de ellos duermen,
mientras los ojos del tercero
se abren ante el suave roce
de la mano del ángel.
¿Quién hubiera dejado
sin firmar una obra así?

 

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EL PALACIO (Editorial Marciana, 2020) de Mario Bellatin.

Escribe Mauro Libertella en la contratapa: “En El palacio, largo poema o breve novela rota, un hombre habla a otro y evoca un remoto pasado compartido en una ciudad destruida, aunque por momentos parece que se estuviera hablando a sí mismo. ¿No es la literatura, siempre, a su modo un poco enredado, una manera de hablarnos a nosotros mismos para decirnos algo nuevo?” A continuación, una selección de pasajes:

Deseo
de todo corazón
que estés aquí conmigo
una vez más.
Para siempre a mi lado.
Aunque me encuentre
envuelto en un paquete
destinado a la nada.
Inmerso
en una muerte
desde la cual soy capaz de verte
y escucharte
mientras continuamos nuestra conversación
(…)
Redacto este texto
mudo,
de despedida,
en mi mesa de trabajo.
Entre otros temas
describo cómo un anciano y su discípulo
esperan a que hierva un agua que quizá
nunca nadie llegará a tomar.
Reviso
además
fragmentos de mis propios libros
(…)
Por eso convine una cita.
Señalé una fecha
y una hora para el encuentro.
Esa noche no volviste al salón de belleza que habitabas.
Fuiste conducido por primera vez
a los edificios en construcción.
Todo era oscuridad.
El terreno cenagoso
(…)
Te estaba ofreciendo,
en efecto,
su cuerpo para que lo gustases.
(…)
Mientras tanto
el agua del té de los creyentes,
lo sabemos,
no llegará a hervir jamás.

 

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¡HASTA PRONTO QUERIDA! (Peces de Ciudad, 2020) de Valeria Mussio. 

por EGC

¡Hasta pronto querida! de Valeria Mussio (Tres Arroyos, 1996) pareciera una carta larga o una serie de cartas que se desvían del camino de lo concreto y dan paso a las imágenes, los recuerdos, los sueños y las observaciones que relucen con una ternura que no por oral, a veces coloquial, deja de lado lo poético. Perder el control de la vida o tenerlo más allá de los mandatos aparece como una idea expresada desde una juventud que, en sus proyecciones, revela una sabiduría antigua. Lo indie, Alfonsina, Gilda se despliegan como un universo referencial y el epígrafe de Fernanda Laguna que signa el libro da como claves de lectura la empatía y la amistad. Pero el libro vive más allá de los lugares comunes: traza un vínculo que se construye monológicamente, pero que evidencia rastros de una historia.

Apartada de las fechas y los lugares, la topografía de esta larga carta de amor es misteriosa y frágil. Se diluye en la mente del que lee y se termina de formar cuando la carta concluye: “no tengo mucho más para decirte, querida”, y sin embargo, ya se dijo suficiente.

TENÍA SANGRE cayendo por mi pierna
y me pareció algo hermoso para fotografiar:
el centro rojo de dónde nacen todas las cosas
y el tenue color naranja de la sangre
que se mezcla con el agua mientras cae
siempre tuve esta relación con el dolor
siempre intento colgar
guirnaldas alrededor de los cortes
para pretender que hay belleza dónde
no hay nada de belleza, amiga pe me dijo que
si la gente que debía amarte te enseñó
que esto era lo único que podías recibir
vos solo vas a saber lastimarte

 

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LA FORMA MÁS AUTÓNOMA DEL CUERPO (agua viva, 2020) de Karina Ardizzone.

Este, el primer libro de Karina Ardizzone (Buenos Aires, 1990), alberga poemas que vuelven la mirada al cuerpo y al pasado. Es cierto, la inundación es capaz de hacer mella hasta quebrar los huesos, pero también es posible hacer crecer en la podredumbre que sobreviene y dar trabajo a las manos. Como señala Daniela Camozzi, autora de la contratapa: “la voz poética se levanta, junta los pedazos y, con paciencia ancestral, acerca las partes. Reparación mediante, [hay] cicatrices a la vista, pintadas con el oro de cada poema”.

PLOT TWIST

Cuál es el sentido de pararse
frente a una mata de yuyos
y recortarlos con dedicación

si el gesto de mutilar la maleza
esconde el deseo primordial
de matar a la cría enferma.

 

ESTO NO ES DE FESTEJAR

El sol sale siempre por el mismo lado.
Se cuela por las rendijas y veo
los restos podridos de esta casa.

El sol sale se pone siempre por el mismo lado.
En mi casa hubo un bombardeo,
huele a sangre.

El sol sale siempre por el mismo lado.
Tengo las manos vacías
en un campo sediento.
Un banco de niebla
desenfoca el horizonte.


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