En el marco del Día Mundial de la Poesía este 21 de marzo, cada miembro del staff de Hablar de Poesía eligió un poema para compartir.
Acá el que eligió Alejandro Crotto, con un mínimo comentario:
Me gusta mucho el Salmo 127 (126), atribuido a Salomón. Siempre estoy repitiéndome la primera parte, que me recuerda cuál es la poesía que me enamora: la inspirada. Y la segunda estrofa la leo como un recordatorio de que la poesía surge de la vida, y de que escribir poesía es intentar vivir en ese estado en el cual la poesía es posible, y el resto llegará por añadidura.
Va el poema entonces, en una mezcla de la versión de José González Brown (que fue la primera que leí) y la versión de El libro del Pueblo de Dios:
SALMO 127 (126)
Si el Señor no construye la casa
en vano se fatigan los que la construyen.
Si el Señor no guarda la ciudad
en vano vela el centinela.
Es inútil que ustedes madruguen,
es inútil que velen hasta tarde,
los que comen el pan del duro trabajo:
Dios lo da a sus amigos mientras duermen.
Los hijos son un don del Señor,
y es un premio el fruto del vientre.
Como flechas en la mano de un valiente
son los hijos de la juventud.
Bienaventurado el que llena con ellos su aljaba:
vencerá al discutir con sus enemigos en la puerta de la ciudad.