HUIR NO ES MEJOR PLAN (Mansalva, 2017) de Mario Montalbetti.
“Heredero de una tradición vigorosa como la peruana –escribe en la contratapa el antólogo, Gerardo Jorge–, Montabetti le hace honor habitándola con incomodidad y apartándose, agregándose más bien a la gran tradición intermitente y experimental de la poesía latinoamericana. Sus poemas remiten muchas veces a lo público (como parlamentos) sin dejar de admitir lo personal, y son siempre desconcertantes indagaciones de lenguaje (…). Pocas obras de la poesía de nuestra lengua tienen hoy la radicalidad e imprevisibilidad de la de Montabetti. Huir no es mejor plan ofrece un panorama de sus libros de 1978 a 2016, de Perro negro a Simio meditando, de un animal a otro, pasando por bares, caballos, camas, montañas, clases, ecuaciones, presidentes, paisajes peruanos al fin, y por todos los “no” que nos dejan frente al mundo en su opacidad viva, rítmica, en su extrañeza irreductible. Son 144 páginas absolutamente necesarias si entendemos que la gran poesía es necesaria. Y lo es.”
SOBRE LA EXPRESIÓN “LLEVAR UN PESO EN EL CORAZÓN”
El corazón guarda en sus cámaras frigoríficas
carne helada, cuerpos fríos que cuelgan
de garfios de acero,
atraídos por gravedad y pena.
Eso que llaman “llevar un peso en el corazón”
no se parece a nada o se parece
al peso de medio kilo de aceitunas negras
envueltas en una bolsa de papel marrón.
Eso que llaman “llevar un peso en el corazón”
no es sino una bolsa húmeda de aceitunas negras
a punto de perforarse.
El corazón late, la carne cuelga.
Vamos, hermanos, a morir de frío, vamos.
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HOSTAL HISPANIA – POESÍA 2009-2014 (Editorial Pre- Textos, 2017) de Pablo Anadón.
Editado en España, un nuevo libro del poeta cordobés Pablo Anadón. Al igual que sus inmediatos libros anteriores –El trabajo de las horas (2006) y Estudios de la luz (2010)–, son libros meditativos, líricos en el sentido de invitarnos a habitar la intimidad de una voz. Compartimos uno de sus poemas:
AL ABRIR UN VIEJO LIBRO COMPRADO DE SEGUNDA MANO
En la página clara
Que el tiempo amarillea,
La silueta irisada de un insecto
Hace años aplastado entre las letras.
Pienso en la hora de su muerte:
La luz nocturna de una lámpara,
La cabeza inclinada sobre el libro,
El verano, la ronda de las alas.
Nada sé del lector o la lectora
Lejana, del enjambre silencioso
De su mente; un instante fue la vida
Que atrajo el resplandor sobre la hoja.
De una –la alada– y la otra –pensativa–,
Sólo una mancha guarda su memoria,
Un garabato parecido a un signo,
A una palabra de un perdido idioma.
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LAS CANCIONES DE LOS BOLICHES (Editorial Santos Locos, 2017) de Gustavo Yuste.
Gustavo Yuste nació en 1992 en la Ciudad de Buenos Aires. El libro se enmarca en una corriente transitada de la poesía argentina de las últimas décadas, que encuentra en poetas como Joaquín Giannuzzi, Fabián Casas y Santiago Venturini sus referencias más cercanas. Una poesía de tono neutro y temas inmediatos, intencionadamente apática, pero en la que el lector llega a percibir una urgencia, una necesidad.
ENERO EN LA CIUDAD
Repetitivo como el ventilador de techo
pasa enero por la ciudad.
Hace días que el cielo amenaza con llover
y yo con cambiar de ánimo,
pero todo sigue igual.
No hace mucho,
durante las fiestas,
todos proyectábamos una vida mejor
y brindábamos por eso.
Mientras me pregunto si somos cínicos
o solo nos falta voluntad,
salgo al balcón con la intención de ver
el momento exacto en que el viento
marque un punto y aparte.
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EL GRAN ENERO (Ediciones del Dock, 2017) de Felicitas Castillo.
Felicitas Casillo nació en Bahía Blanca, República Argentina, en 1986. En 2013 su poemario Las orillas obtuvo el tercer premio nacional de la Fundación Argentina para la Poesía. Publicó Puré de abejas (Editorial Vinciguerra, 2010) y El gran enero (Ediciones Del Dock, 2017), aquí un poema del libro:
EL GRAN ENERO
Este jardín es una promesa.
El año que pasó toma cuerpo de titán
y aguanta el balcón de la memoria.
La arena volcánica abunda entre los pastos.
Huele todavía a las entrañas del mundo,
a pólvora o a sol, como todas las piedras.
La luz, en cambio, resulta compasiva.
Nimba los cuerpos contra las tardes de mariposas.
La presión del agua es mucha.
Los regadores giran como fábricas.
Su silbido apagado señala el crepúsculo.
Desde una silla, el mundo es de mi madre.
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POESÍA REUNIDA (Lumen, 2017) de Williams Carlos Williams.
El título del libro es mentiroso ya que no reúne la poesía competa de Williams. Se trata en realidad de cuatro obras de William Carlos Williams: Kora en el infierno, Viaje al amor, Cuadros de Brueghel y La música del desierto, traducidos por Edgardo Dobry, Michael Tregebov y Juan Antonio Montiel. En traducción de este último, compartimos el primer poema de La música del desierto:
EL DESCENSO
El descenso nos llama
como nos llamaba el ascenso.
La memoria es una especie
de consumación,
una suerte de renovación,
incluso
de inicio, pues los espacios que abre son lugares nuevos
habitados por hordas
de especies
hasta entonces impensadas;
y sus movimientos
se orientan hacia nuevos objetivos
(aun cuando antes hayan sido abandonados).
Ninguna derrota es enteramente una derrota, pues
el mundo que abre es siempre un sitio
hasta entonces
insospechado. Un
mundo perdido,
un mundo insospechado,
abre paso a nuevos lugares
y no hay blancura (perdida) tan blanca como el recuerdo
de la blancura.
Con el atardecer, el amor despierta
aunque sus sombras
-que dependen
de la luz del sol-
se adormecen y se apartan
del deseo.
Despierta así un amor
sin sombras
que ha de crecer
con la noche.
Surgido de la desesperación,
inconcluso,
el descenso
despierta a un nuevo mundo
que es el reverso
de la desesperación.
Para lo que no podemos lograr, lo que
se niega al amor,
lo que perdimos por anticiparnos,
se abre un descenso
sin fin, e indestructible.
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EL USO DE LA PALABRA – POESÍA REUNIDA 1956-1983 (Editorial Universitaria Villa María, 2017) de Rodolfo Alonso.
Una excelente ocasión para conocer o volver a recorrer la poesía de juventud de uno de los más destacados poetas y traductores de poesía argentinos. Va una de las más de 500 páginas de poesía del volumen, del libro Fuegos quedan.
JALEO
¿Oyes ese alegre rumor? Son las mujeres, que se visten para la fiesta.
Excitadas, miran hacia su brillo, el de la noche de julio.
Cimbran sus senos como arcos. Sus caderas doradas interrumpen mi respiración.
Como abejas hacia el polen, como hombres hacia su perdición,
vuelan desordenadas bajo el arco y las caderas de la noche.
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LA SOMBRA DE LAS NUBES (Editorial Municipal de Rosario, 2017) de Anaclara Pugliese.
La sombra de las nubes obtuvo el primer premio compartido en el Primer Concurso Nacional de Poesía EMR 2017, cuyo jurado estuvo integrado por Javier Foguet, Matías Moscardi y Mirta Rosenberg. Compartimos un poema del libro.
[…LA SOMBRA DE LAS NUBES…]
Como el agua que a su paso se lleva
minerales, deja humedad,
nuestras miradas al filo
de la ventanilla pasan e intentan llevarse algo.
El paisaje transcurre.
Es una película sin protagonista
pero promueve una
identificación evanescente,
difusa. La llanura sigue pareciéndome,
de entre todos los tapices texturizados
que alfombran el camino,
una pantalla blanca,
la más pasible de proyecciones.
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LA HIJA MENOR (Ediciones del Dock, 2017) de María Laura Decésare.
María Laura Decésare (1969) nació en Rufino, provincia de Santa Fe. La hija menor, compuesto por 45 poemas, es su cuarto libro. En él se leen escenas de una infancia recuperada desde la recreación poética y también escenas de adultez, ciertos momentos de soledad, sobre todo cuando cantan los pájaros. Paula Jiménez España: “Tantas veces cantan los pájaros en estos poemas, tantos desvelos los de ese yo íntegro, despojado, que le presta oídos al silencio del cual es hija esta poesía”.
CON SUS MANOS
Papá hizo grandes cosas:
de la tierra levantó nuestra casa
y aunque no tuvo doctorados
fue un experto haciendo radios.
Las hacía de todos los tamaños.
Mamá cuenta que leía
folletos y manuales con entusiasmo
e incluso un día
la sorprendió haciendo un televisor.
Él sabía bien de oficios
y sus manos fueron el instrumento,
tenía el don de dar forma
a lo minúsculo
como esa radio que tengo frente a mí
y a la que observo con puro gozo
de haber visto
lo que un padre es capaz de hacer.
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VAN LLEGANDO (Mansalva, 2017) antología de poesía de la Bienal Arte Joven Buenos Aires.
Los poemas que reúne esta antología fueron escritos por los jóvenes de entre 18 y 32 años, seleccionados para participar en la Bienal de Arte Joven de la Ciudad de Buenos Aires 2017. Dice Laura Wittner en la introducción:
“¿Hay, entonces, una marca distintiva? No estoy segura. Creo que como en cualquier antología, como en cualquier edad, hay un poco de cada cosa: poemas calmos, breves, reflexivos (como los de Zuanich), de decir pausado y ojos bien abiertos (Troielli, Galíndez, Junowicz, Uriburu). Poemas más largos, algunos descriptivos, bucólicos (Piñero) y otros más narrativos, rítmicos, encabalgados (Ghionetto), o coloquiales, urgentes, veloces (Romano, Chiabo), o hasta contemplativos en su velocidad (Cumin).
Hay también poemas en prosa, íntimos, físicos (como los de Salazar), y hay poemas de la cotidianeidad, pero de la cotidianidad como agente de pensamiento, como tamiz emocional (LeBlanc, Leborans).
Poemas asertivos, desafiantes, tal vez amenazantes (Pignataro) y otros que extrañan la lengua, un poco, como para ver qué pasa (de Angeli, Piperno). Hay, siempre habrá, poemas sumidos en la melancolía (Yuste) y en el minucioso cálculo de lo que fue el pasado (Palacios, Berenguel), y hay, claro, poemas de búsqueda, de pensamiento (Mugica, Artero).
Si el prejuicio nos llevara a relacionar la escritura joven con una lengua coloquial y una temática predominantemente amorosa, bastarían dos o tres páginas de esta antología para desengañarnos. Acá encontraremos, en todo caso, más infancia revisitada y mundo analizado que penas o declaraciones de amor, y más conciencia lingüística y ensayo de recursos que apego a una jerga. Es decir: encontraremos, con frecuencia, un intento de definición: ¿qué es todo esto? ¿con qué palabras, con qué sintaxis, con qué música explicarlo?”
Compartimos un poema, el de Delfina Uriburu.
[…LAS ALFOMBRAS PROTEGEN LOS PISOS DE MADERA…]
Las alfombras protegen los pisos de madera
la prudencia es la mejor economía
la foto del Papa en el comedor es la mejor prudencia
y no hablar de más
y persignarse frente a las iglesias o cuando está oscuro
fumigar una vez por mes ahuyenta los insectos
y hacer cruces de sal las tormentas
¿qué tormenta se llevará estas paredes que no dejan de crecer?
el trabajo dignifica
pero los días de descanso
hay un silencio que tiembla los campos minados de la casa
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MI NOMBRE ES JULIO EMANUEL PASCULLI (n direcciones, 2017) de Francisco Bitar.
El noveno título de la colección de cuadernillos de “n direcciones” es de Francisco Bitar. Como explica el autor en la primera página del libro, el poemario es la reescritura de Contar la Inundación (Universidad Nacional del Litoral, 2005), que reúne relatos orales de quienes sufrieron la inundación de la Provincia de Santa Fe del 2003.
EL PUENTE NEGRO
Esta mercadería
materiales
bolsas de nylon
bolsas de consocio
ropa de cama dos pantalones
una coctelera licuadora
mi currículum y un elefante
de cerámica un muñequito
farol de noche modular
varillas para cuadros la video
la colección de historietas
el freezer boca abajo colchones
un perro mojado en una cucha
una correa para el perro lorito
una pandereta un cuadrito una foto
una latita de tomates con plata
la parte de arriba de las cuchetas
este maldito microondas caños
cosas al azar los helicópteros
la canoa un reflector
una lancha de Prefectura
camiones llenos de muebles y personas
autos colectivos y los aviones
lo crítico en el puente
una bañera
la noche en el puente
una masa
la noche en el puente
el puente negro.
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TRES IMPRESIONES (añosluz editora, 2017) de Mario Arteca.
Mario Eduardo Arteca (La Plata, 1960) es considerado uno de los autores más destacados de la poesía argentina actual. Entre otros libros publicó Bestiario búlgaro (2004), Cinco por uno (2008), Cuando salí de La Plata (2009), Géminis (2012), El pronóstico de oscuridad (2013) y Noticias de la belle époque (2015).
UNA IDEA MUY FINA
Sucede a velocidad derecha.
No ayunar ni retardarse; no también.
Para sí ningún problema real porque
selle la manera en que se mira una pintura.
Los problemas de un cuadro no son nada
con relación a los problemas de la vida
diaria. Una cosa, separada de la otra.
Puede ser que se los llame “los problemas
formales de hacer una pintura”. En uno
de los libros de Mondrian hay un diálogo
entre un pintor paisajista y un amante
del arte. El primero dijo: “si usted pinta
estos ángulos rectos y lo usa con los colores
primarios, no recibe calidad humana, sino
el elemento acorde a su pintura después
de haberla perdido”. El segundo, claro, no
habló. Conjetura el significado y supone
no tendrá importancia alguna su propia
existencia como ángulos rectos y colores
primarios. Su respuesta: que la calidad
humana en la pintura está allí donde
la pulsan, se lo desee o no. Está siempre
presente. Nada puede pensarse sobre ella
hasta bien tomada la palabra.
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IRRADIA, (Ludwig Ediciones, 2017), Deni Rodríguez Ballejo.
Deni Rodríguez Ballejo nació en Temperley en 1991.
16
Los pájaros no tienen nombre.
Aprendimos una vez las inflexiones de la lengua y la necesidad nombró
las cosas. Inventamos nuestros nombres, comenzamos a diferenciarnos,
mientras los pájaros volaban anónimos el cielo.
Después vino esto.
La piedad consiste en que miremos
todas las cosas con ojos tranquilos.
Los vidriados ojos de Olga, fuentes de insistente luz.
Nombro las cosas con esa insistencia también. Pido.
Detrás del movimiento de una inexplicable máquina de astros la sospecha
de una deidad abrasadora. Se dejan, ignorados a sí mismos, mover por él,
por ella, en el universo sin principio, de incierto fin.
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LOS RESTOS (Ediciones En Danza, 2017) de Pablo Gungolo.
Pablo Gungolo nació en Bahía Blanca en 1980. Publicó Polaroid (2011). Este es su segundo libro. Compartimos un poema.
SERÁS FELIZ
debajo de una sombrilla, los pies juegan
con la arena seca. una fruta tropical
en la mano, y a través de unas gafas negras
el mar traga la tierra confinando playa:
linda postal de verano. debo
pensarme feliz, para llegar a esta costa
debo ser feliz: la chica de al lado es feliz
boca abajo toma sol y cada tanto
se para, entra al mar y sale a seguir dorando
su piel; el chico de gorra verde y su perro
que lanzado el frisbee, corre a atraparlo
la señora de malla entera que junta caracoles
en un baldecito y el señor del tejo
tomando un mate, son felices; en fin:
el sol la sombrilla la arena el horizonte la fruta tropical
el mar y su versatilidad, ante mis ojos. si ahora
soy fotografiado, quién diría que en la imagen
hay un mínimo de desgracia; mi mujer me ama y está feliz
de estar aquí, en el paraíso, como me dijo esta mañana
cuando frente al espejo miraba al cuarto del hotel, a mi cuerpo
en traje de baño, y tarareaba en portugués. sí, ahora
soy fotografiado, así desvestido, debo al menos sonreír
simular una pose o hacer una mueca.
por el horizonte, un crucero:
habrá alguien a bordo con ganas de llorar
disfrazado a la fuerza y tomado
por la cintura en un trencito
en medio de un carnaval carioca?
bordeo la costa con piel de gallina
disfrutando las sobras, como aprendí.
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PASEANTE Y HÚESPED de Liliana Ponce & PIEZAS DE TONTO de Reynaldo Jiménez (Club Hem editores, 2017).
Excelente idea la de Club Hem editores: la de editar en un solo volumen dos libros de poesía. Buena idea en términos inmediatos, materiales, y también en términos artísticos. En este caso, en el volumen hay dos poéticas muy distintas que se enriquecen mutuamente: la voz lírica y sosegada de Ponce, por un lado, y por otro la voz experimental y proliferante de los poemas de Reynaldo Jiménez. El prólogo al libro de Liliana Ponce es de Carlos Battilana, el del libro de Jiménez, de Mario Arteca.
II (LILIANA PONCE)
Una vez dijiste: el tiempo es la medida de la línea
-cambio las palabras que brillan hasta quemarme
pero como murmuró la vidente,
ya estaba dicho el destino.
Fue hace tiempo, cuando echó las cartas
-anunciaban las monedas rotas
y la imagen oxidada por la sombra,
rezos incumplidos,
veneración al viento en la hora violeta.
PIEZAS DE TONTO (Fragmento) (REYNALDO JIMÉNEZ)
(…)
Escribo la crisis del lápiz que dibujó a mis viejas
ensenadas a tientas el haz es un chasquido
fuera chasqui del principio quizá a punto de hurgar
aquella muela que se partió la noche misma
de una espalda a la otra traslúcidas iguanas
esperen no retiren su copa al acaso de oírla
de tablero de oro del aura en las aurículas plumarias
rayas en la duración rayón de la voz sólo de letras
con el manto de zánganos
peroro perforo
con el manto de zánganos