PARA PINTAR UN NENÚFAR
Las hojas verdes del nenúfar techan
 el agua del estanque y son el piso 
del coliseo cruel de los insectos. Estudie
 los dos aspectos de esta femenina planta. 
Primero observe atento las libélulas
 que comen carne y pasan como balas 
o se suspenden en el aire para elegir su blanco;
 otros insectos, no menos peligrosos, 
patrullan el zumbido de los árboles. Hay gritos
 de batalla y gemidos de muerte en todas partes, 
pero son inaudibles y es por eso que el ojo
 se admira al contemplar cómo dibujan 
arcoíris los cuerpos irisados o descansan
 como gotas fundidas de metal enfriándose. 
Piense cuánto peor debe de ser
 por debajo, en el lecho del estanque: 
una fauna de épocas prehistóricas
 avanza por lo oscuro con sus nombres latinos. 
Casi no habido evolución ahí,
 mandíbulas atentas por cabeza, 
ajenas a los siglos o las horas. Pinte
 ahora la flor esbelta y frágil del nenúfar 
que participa de ambos mundos, pero puede
 quedarse casi inmóvil, como un cuadro, 
aunque se posen las libélulas en él
 y rocen su raíz esos horrores.
TO PAINT A WATER LILY
A green level of lily leaves
 Roofs the pond’s chamber and paves
The flies’ furious arena: study
 These, the two minds of this lady.
First observe the air’s dragonfly
 That eats meat, that bullets by
Or stands in space to take aim;
 Others as dangerous comb the hum
Under the trees. There are battle-shouts
 And death-cries everywhere hereabouts
But inaudible, so the eyes praise
 To see the colours of these flies
Rainbow their arcs, spark, or settle
 Cooling like beads of molten metal
Through the spectrum. Think what worse
 Is the pond-bed’s matter of course;
Prehistoric bedragoned times
 Crawl that darkness with Latin names,
Have evolved no improvements there,
 Jaws for heads, the set stare,
Ignorant of age as of hour-
 Now paint the long-necked lily-flower
Which, deep in both worlds, can be still
 As a painting, trembling hardly at all
Though the dragonfly alight,
 Whatever horror nudge her root.
El poema, traducido por Diego Alfaro Palma y Alejandro Crotto, está sacado de uno de los mejores artículos del número 31 de Hablar de Poesía: “Capturar animales”, de Ted Hughes.
http://hablardepoesia-numeros.com.ar/numero-31/capturar-animales/
Es un ensayo sobre la relación entre poesía y mundo animal, e incluye excelentes consejos a quienes quieren escribir poesía, e incluye cinco poemas de Hughes sobre animales.



 
 
 