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Felgueiras dos Santos – Entrevista & Cuatro p...

Felgueiras dos Santos – Entrevista & Cuatro poemas

Entrevista y traducciones de Paz Busquet [1]

 

Escribiste estos poemas hace casi 10 años, ¿de dónde salió el impulso para escribirlos?

Los escribí entre 2014 y 2016, a lo largo de esos dos años. Estaba viviendo en el centro de la ciudad, en San Pablo, en una casa compartida con otros escritores. En 2012 había vuelto a escribir y ese fue el pico de un período de escritura intenso que culminó con la publicación del fanzine. Creo que el impulso para escribir es siempre no encontrar un sitio en uno mismo, también las desilusiones amorosas, el dolor.

En ese tiempo, en general escribía después de la medianoche, a las dos de la mañana, más o menos. Después de leer unas horas me quedaba como pensando y de ahí me salían los poemas. La casa en la que vivía tenía un hall central con las paredes blancas y el piso blanco, todo blanco. En ese hall pasaban cosas raras porque resonaban los sonidos de la calle, escuchaba cosas que pasaban como a dos cuadras de distancia. No sé, ese sitio tenía algo que no podíamos nombrar. Recuerdo que una noche vi a mi a gato negro estirándose en el suelo del hall y esa fue una imagen muy potente para mí, todo blanco y el gato negro y pensé: “bueno, estoy creando un poema”.

El título del poemario se refiere a un espacio físico y creo que tanto en “Hall” como en “Ad usum Delphini” esto está presente. En ese momento estaba intentando entenderme como persona, me había juntado con amigos que sentía que tenían mucho que ver con las cosas que me gustaban y al mismo tiempo trabajaba en sitios en los que me pagaban muy mal.

No tenía mucha plata para aportar, entonces era como un invitado en la casa y tenía una de las peores habitaciones. Las paredes estaban llenas de moho y la rinitis y la alergia me atacaban fuertísimo. Era muy insalubre y varias noches tuve que dormir en la sala. Estuvo bien, fue parte de mi vida, pero jamás podría dormir de vuelta ahí.

Con el tiempo empecé a aportar más para el alquiler y pude mudarme a otra habitación mejor. Uno se empieza a sentir bien cuando se reconoce en el espacio en el que está todos los días. Para mí vivir en esa casa fue un proceso en el que pasé de la incomodidad a la comodidad. Y después volví a sentirme incómodo. Los poemas tienen mucho que ver con mi existencia en esa casa y en ese contexto.

En el poema “Ad usum Delphini” incluyo muchos versos de canciones infantiles con finales violentos, pero los borro y los subvierto con imágenes que los suavizan, algo cómicas ¿no? Por ejemplo, el hombre que tiene un cuchillo y que finalmente lo usa para untar manteca. Al final, el humor es una manera de lidiar con cuestiones con las que no es tan sencillo relacionarse. El humor es una forma de expresar insatisfacciones. Yo tengo un poco de eso y quizá en ese momento era más fuerte que ahora. Me sentía más incompleto, más desubicado que ahora.

 

¿Qué autores te acompañaban?

En ese período de dos años leí mucha poesía, que es mi género literario favorito, leía sobre todo poesía brasileña y poesía portuguesa: Pessoa, Sophia de Mello Breyner Andresen, Drummond… bueno, su libro Claro enigma, que me gustaba mucho por las imágenes oximorónicas y las paradojas.

No sé por qué me mueve la contradicción, los textos que traen esa noción de incomodidad, de conflicto, me encantan y me hacen reflexionar, no sé, tienen un efecto sobre mí que no puedo explicar. En ese libro de Drummond hay un soneto en particular que dice algo así:

 

La sombra azul de la tarde nos hermana.
Desciende, severa, la luz crepuscular.
Suena una campana, que no sé quién toca,
y me parece que el sonido nace del aire.

Música breve, noche larga. Los hábitos…[2]

 

La poesía tiene esa capacidad de nombrar cosas que en la realidad parecen no existir, cosas contradictorias. Tu poema “Entre” también tiene que ver con eso ¿no?

Las cosas a veces están muy mezcladas, me gusta la poesía que intenta crear imágenes sobre eso que son extremos de un mismo movimiento. Y creo que viene al caso la mesóclise, algo propio de la gramática portuguesa que hace que el pronombre quede en medio del verbo, sería algo así como “decir-me-iba”, en vez de “me iba a decir”.

 

¿Qué relación tenías entonces con la literatura y la escritura? ¿Creés que eso cambió con el tiempo?

Creo que en aquel momento leer me daba ganas de escribir, hoy eso ya no pasa tanto. Creo que antes leer era como algo que iniciaba un conflicto interno que me llevaba a la escritura, hoy eso me pasa menos.

 

Parece que lo que es más fácil se vuelve difícil para el que escribe ¿no?

Es que a veces estás en momentos tan difíciles que hacer cosas sencillas como “colar un café” (en portugués el café colado es café hecho con filtro) se tiñe de un color gris. Si estás intensamente mal, hacer una cosa muy fácil se vuelve incómodo. Entonces dejas de hacer las cosas y vas dejando la habitación de cualquier manera ¿no? Sin ninguna condición de habitabilidad humana. Queda todo tirado por el camino. Pienso que tiene que ver con este color gris que tiñe el mundo cuando uno está verdaderamente triste.

 

Hoy te dedicas a la experiencia de usuario y la escritura de pantallas de uso cotidiano para resolver cuestiones concretas, pantallas que tienen que ser “fáciles”.

Mi trabajo, mi texto profesional, es casi lo opuesto a la poesía, la función es muy distinta. Incluso no siento que escriba, es casi como si fuera otro lenguaje. Son palabras, pero están en otro sitio. Redactar para una interfaz está disociado de mi sentido más personal. Ser redactor es un oficio, lo aprendes, pero para ser escritor tenés que tener cosas adentro, que son tuyas y no de los demás, que no vienen de una necesidad externa sino interna. Un escritor no es un comunicador, es otra cosa.

 

¿No te importa que te lean?

Creo que escribimos pensando en que alguien lo va a leer, eso es lindo, esperamos poder establecer un diálogo con alguien que nos lea. Pero yo no escribo pensando en las personas. En cambio, como redactor, sí pienso en que las personas entiendan el mensaje. En poesía no, las personas no tienen que entender, tienen que, a lo sumo, sentir algo.

 

Me llamaron la atención tus versos… “¿Con qué se hace la vida si no con restos de insecticida?” y “Ser entre elegía y oda. Sí, vos también podés” …

Cuando leo mis poemas, hoy que ya estoy distanciado del que escribió, veo esa necesidad de poder vivir con uno mismo, de poder vivir con la imperfección. Esa imperfección es la vida ¿no? La vida no está hecha de flores únicamente, sino que uno aprende a vivir con cosas que parecen desencontradas dentro de uno mismo y está bien, esa es la vida.

 

En tus poemas aparecen el domingo, el fin de semana, las vacaciones, los días festivos ¿por qué?

Creo que tiene que ver con vivir de lunes a viernes esperando que llegue el fin de semana o el día festivo para sentirse más vivo ¿no? Uno trabaja sus nueve horas por día, llega a la noche muy cansado y tal… entonces siempre me encantaron los días festivos, carnaval…

El domingo es un día particularmente interesante porque está teñido de un final y eso lo hace fértil para la escritura, así como el Miércoles de Ceniza, el día en que termina el carnaval. Es un día agridulce, contiene toda la emoción de lo que pasó en carnaval, pero al mismo tiempo contiene la anticipación de que eso se termina y de que hay que volver a la vida real. Es una sensación un poco triste. Desde el punto de vista poético para mí esos son días interesantes.

 

¿Quién es Diadorim para vos? ¿Por qué un poema lleva su nombre?

Diadorim es un personaje del libro Grande Sertão: Veredas, de João Guimarães Rosa, que tiene esa ambigüedad que a mí me gusta: puede estar y no estar, ser y no ser. El nombre ya es poético: “Dia” nos remite a “diablo” y “adorim” a “adorar”. El personaje es miembro de un grupo violento pero al mismo tiempo es muy tierno y el texto va trabajando eso hasta que explota con una gran revelación.

 

Hay algo en tus poemas de la mímesis, del invento, del engaño, ¿qué pensás de todo eso y por qué es parte de tu poesía?

Estoy muy influido por la visión de Pessoa que dice que el poeta es un fingidor que finge el dolor que de hecho siente. Creo que la poesía es eso también, estar sintiendo algo y al escribir transformarlo en otra cosa y al poner ese sentimiento afuera perderlo como sentimiento puro, porque pasa a ser una interpretación que a su vez va a transformarse en otros. El poeta finge un dolor que siente; no puede escribir si no siente.

 

¿Te considerás poeta?

Si estoy escribiendo soy poeta, si no estoy escribiendo no soy poeta. No creo que sea un título, es una acción.

 

¿Cuáles son los escritores que te acompañan últimamente?

Hoy en general leo libros que ya leí, releo. Me gusta una poeta que se llama Anna Miranda también.  

 

¿Qué le dirías a escritores que quieren escribir pero no escriben?

Si quieren escribir, escriban. Escribir no puede forzarse, yo ya lo intenté y no se puede. Hay personas que lo hacen como una práctica diaria, como una meditación. Creo que la gente no debe escribir por nada más que por necesidad, si no pasa, no pasa.

 

UN CUARTO POSIBLE[3]

 

HALL

En el hall de casa late
algún nombre nulo, suspendido
en paredes de blanco y silencio.
Y no lo saben los encargados,
tampoco los inquilinos.

Ni el gato negro derramado
en los blancos azulejos.

Átrio // No átrio de casa pulsa / algum nome nulo suspenso / em paredes de branco e silêncio. / E não o sabem nem o senhorio / nem os demais inquilinos. // Não, nem mesmo o gato preto derramado / na alvura do azulejo.

 

 

ENERO

Hasta pienso en pensar
la muerte de un hermano,
pero la tarde perezosa
borda algo parecido a un pan.
Y da tanto calor de pan
que se puede oler.
Si todas las cosas fuesen obra
de las frías manos del panadero
todo, incluso la carne
de un hermano
exhumaria de la miga
el mismo olor.

 

Janeiro // Até penso em pensar/ a morte do irmão, / mas a tarde-modorra / borda um símile de pão. /E da quentura do pão / que vem o cheiro. / Fossem obras das mãos frias do padeiro, / todas as coisas, mesmo a carne / do irmão, / exumariam do miolo / o mesmo cheiro.

 

 

LÍNEAS ESCRITAS DE MAL EN PEOR

¿Te acordás cuando mirábamos la luna llena
y veíamos ese conejo inequívoco?
(No roía absolutamente nada, pobrecito)
Y la noche: ¿trotskistas enjuagando lágrimas
en nubes, cantando “fly me to the moon”?
Sé bien que pasó el tiempo, tanto tiempo…
Dijeron que nunca más el pájaro negro
posará en nuestra plaza; hace mucho calor
y parece que todo es lindo bajo el sol.
La media mañana roe nuestros inicios.
No hay nube que sostenga este sol cínico.

 

Linhas escritas numa pior // Lembra quando olhávamos a lua cheia / e víamos aquele coelho inequívoco? / (não roía absolutamente nada, o coitado) // E a noite: trotskistas enxugando lágrimas / em nuvens, cantando “fly me to the moon”? / Se bem que já faz tanto, tanto tempo… / Disseram que nunca mais o assum preto / pousará na nossa praça; faz muito calor / e, ao que parece, tudo é velho sob o sol. / A entremanhã roeu os nossos inícios. / Não há nuvem que segure este sol cínico.

 

 

DIADORIM

Entonces ¿vos realmente creés
que el paraíso es algo distinto
del infierno? Son pavadas.
El peso de la cruz es tan ligero
como la bóveda celeste.
De hecho, hace tiempo que se rima
amor con dolor y además
cuando no rima, rima.

Pero no te lo tomes personal.
No es mala voluntad:
no hay un designio caprichoso,
que muerde y sopla, de una mano
que acaricia y aguijonea.
El resto, “ser o no ser”.

 

Diadorim // Então você realmente acha / que o paraíso é algo além / do inferno? Despautério. O peso da cruz é tão leve / quanto a abóbada celeste. / Aliás, faz tempo que se rima amor com dor e mesmo / quando não se rima, rima. // Mas não leve a mal. / Não é por má vontade: / Não há um desígnio caprichoso, / que morde e assopra, / de mão que afaga e apedreja. / O resto, seja e não seja.

 

[1] Esta entrada del Portal Web está basada en un artículo de la edición papel de Hablar de Poesía 47 (julio 2023) en el que salieron poemas de Felgueiras dos Santos. Felgueiras dos Santos es el seudónimo de Dante Felgueiras, un poeta brasileiro nacido en San Pablo en 1988. Paz Busquet, del consejo de Dirección de Hablar de Poesía, estuvo en San Pablo y conversó con él sobre su poesía, sus motivos para escribir y la poesía brasileña y portuguesa. Compartimos entonces esta breve entrevista de mayo de 2023 y cuatro de los poemas que, con traducción de Paz Busquet, se publicaron en Hablar de Poesía 47 (julio 2023).

[2] A sombra azul da tarde nos confrange./ Baixa, severa, a luz crepuscular./ Um sino toca, e não saber quem tange/ é como se este som nascesse do ar.// Música breve, noite longa. O alfanje…

[3] El poemario “Um quarto possível” es un fanzine que se dobla en cuatro, es decir que la edición se organiza en cuartos que se despliegan y que le permiten, a quien lee, ir encontrando los poemas. El nombre, entonces, juega con esta doble acepción de “cuarto” como “parte” y “habitación”. En el momento de la escritura, el autor vivía con varias personas en un departamento compartido.


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