LEYENDO

Algunos libros recientes (marzo 2022)

Algunos libros recientes (marzo 2022)

UN MAL SUEÑO SIN SONIDO (EDULP, 2020) de Mario Arteca.

Un nuevo libro de Mario Arteca, considerado uno de los poetas más destacados de la poesía contemporánea argentina. Son 55 poemas en tres partes (en la segunda, los poemas aparecen dispuestos en prosa) que conforman una poesía densa, buscadamente árida, en la que es exigente entrar, pero que premia a los que se aventuran. Dice la contratapa de Daniel Freidemberg: “Dejar, o hacer, que lo verdadero irrumpa. Precisión extrema y elisión. Tramos verbales anotados, por algún motivo, que dicen lo que dicen (y qué bien que lo dicen) y responden a algo más, como si emergieran de una insistencia muda. (…) Arteca hace de la poesía una extrema aventura del alma, un dichoso ponerse a prueba, una puesta en juego de lo mejor de uno mismo, un recorrido para encuentros sin fin.”.

Compartimos dos poemas:

PROCESO DE REORGANIZACIÓN LÍRICA

Ni en sueños esas dos palabras hubieran
ocupado un sitio de preferencia, pero
así suceden las cosas, y no hace falta
dormirse para que surjan. Me esperaban
en ayunas “amotinar y radioactividad”,
en ese orden. La cosa urbana, introspectiva
y necesaria, como todo pensamiento al azar
que quita el aire desde su punto límite,
y donde una persona pregunta a otra
si aún está en la oscuridad, y el segundo
solo responde: “Puede encender”.

 

LABORATORIO

Con los amigos del barrio, siendo entonces
todos muy chicos, igual que la misma cuadra
que nos contenía –ahora transformada
en un tótem de cemento–, llevábamos a cabo
el deporte singular de despedazar un insecto,
en este caso, una langosta, cualquiera sea
(son todas iguales), y a la que le íbamos
quitando, como en un juego de palitos chinos,
cada una de sus patas, hasta dejarla inmóvil.
Sin embargo, su cuerpo aún temblaba.
El pasatiempo para ambos había terminado,
quedando el bicho a merced de su impotencia,
capturado por una inmovilidad no buscada,
aunque de todas maneras la aceptaba
por el hecho de ser una criatura que solo
estaba allí por el infortunio de haber nacido.

 

**********

 

ANDRÉI RUBLIOV (Rialp, 2020) de Diego Roel.

(E. G. C.)

En Andréi Rubliov, encontramos esa voz en la que Diego Roel nos ha formado a lo largo de los años. Aquí el yo lírico habla a través de una máscara, siempre una máscara, devocional, sea la de Rubliov, la de Daniil o la de Yefim.  Pero en este libro, sin embargo, leemos también la máscara de la máscara. Se sabe poco, casi nada, de Andréi Rubliov, el talentoso pintor de íconos ruso, que vivió en los siglos XIV y XV: nos queda su obra, nos quedan las alusiones presentes en crónicas. Para acercarse a la incógnita de este personaje histórico, entonces, Roel se vale también de la obra homónima de Andréi Tarkovski, de la mirada, por momentos fantasiosa, anacrónica, del director.

El resultado es, como señala Valeria Melchiorre en el posfacio, una “suerte de hagiografía del pintor escrita aquí de a episodios poéticos cuya cronología se desordena, en una reconversión”. La sobriedad en el estilo, que también destaca Melchiorre, colisiona con imágenes exuberantes, nos interpela, retiene con paciencia el poder del misterio.

Dejo aquí mi poema favorito, deslumbrante:

INVITACION AL KREMLIN
(Invierno de 1405)

El ícono de la Virgen de Vladimir
me miro a los ojos y me dijo:

“Búscame en el muro donde la tarde extiende su plumaje.

Estoy detrás de los estandartes de cola de caballo,
debajo de las hojas y los frutos.

Búscame en el aire, en las cenizas.

Estoy arriba del puente de todos los ríos,
encima de la huella de los lobos.

Búscame en el arco donde la sangre se desata.

Estoy bajo el ala de la noche”.

 

***********

 

PARADA OBANTA (Tren Instantáneo, 2022) de Ohuanta Salazar.

Primer libro de poemas de Ohuanta Salazar, nacida en Tucumán en 1975. Un libro que escrito entrañablemente desde la propia vida, un libro que logra articular en palabras la verdad que se vivió y que por lo tanto sigue viva, sigue modelando los ojos.

Compartimos un poema:

VIAJE DE VUELTA

A mi bisabuela Marcelina
recién casadita, se la llevaron a Tucumán.
Tafí Viejo o Buenos Aires le daba igual
todo era lejos de Piamonte.

Mire Fernando, allá, nubes de tormenta,
dijo ella confundiendo el horizonte
y mi bisabuelo: no es eso,
son los primeros cerros.

Al revés que mi bisabuela, yo
confundí el Aconquija,
de reojo lo sentí
como percibimos los cerros
los que nacimos allá
sin mirarlos, están
al costado y al fondo de toda charla.

Creí que iba a por la Mate de Luna
pero no.
Estaba en una calle en Buenos Aires
donde no hay cerros, entonces
tuve que mirar.
Mi Aconquija era un nubarrón gris y enorme.
Se viene una tormenta
y esta zona se inunda, dijo alguien.

Mi cerro,
el que un ratito antes, de reojo,
fue mi cerro
empezó a llover.

Mi bisabuela se sentaba en la galería de Obanta
señalaba las cañas y me hablaba
del Piamonte, de Pampa y la vía,
del Aconquija y el subterráneo.
Suspiraba largo y decía
no hay que mirar atrás, m´ijita,
per non perdersi.

Y ahora yo, volviendo de su viaje,
equivoco al revés, cerros y tormentas
y acaso, como ella, mezclo
mis paisajes y miro

de reojo nomás
para no extrañar.

 

***********

 

CELOFÁN 3 –Antología de poetas jóvenes (La Carretilla Roja 2021) de Nina Reches, Alexander Rivandeira, Pablo Sinde y Carolina Steeb.

Tercer volumen del proyecto de la editorial La Carretilla Roja, que consiste en seleccionar y publicar conjuntamente trabajos de poetas que hayan nacido a partir de 1991. Una muy buena oportunidad para ver qué están escribiendo en la Argentina los menores de treinta años.

Compartimos un poema de cada autor:

PIDO PERDÓN  (NINA RECHES)

Pido perdón
por haber nacido
con un corazón de piedra fragmentada o
por estos dedos tácitos que deciden
por mí qué coronar con la caricia o
pido perdón
por preguntarme expresamente si las caricias
y las carencias se parecen en algo
si procrean
pido perdón también
por huir a casa a mitad de cada fiesta
y porque huir a casa signifique
atrancar con flores secas el camino de hormigas más cercano
pido perdón por eso
y además
pido perdón por haber nacido
con la fuerza para cargar el océano sobre mis hombros
y sin la resistencia necesaria
para atravesar la fiebre de octubre
y por último
si llevo algo conmigo que merezca
el mérito de ser benigno
pido perdón
por no saberlo.

 

VUELVO A ESCRIBIR (Alexander Rivadeneira)

Vuelvo a escribir
para pensar en vos
y no se me ocurre nada

Las hojas vacías
son las huellas
que dejaste

He derrapado
en viejas conversaciones
y solo aparece
Escribe un mensaje

          Cuántas veces
          tengo que acariciar
          a ese perro callejero
          que me mira con pena?

Si yo no lo hago
nadie lo hará
                      nadie lo hará

Las palabras se acabaron
antes de poder decir algo
que nos importe

E
S
T
E
P
O
E
M
A
S
O
N
V
E
R
S
O
S
V
A
C
Í
O
S

es como un cielo despejado, no anuncia nada
y eso es lo que me preocupa

 

CUTUP DE TRADUCCIONES DE WILFRID BLUNT (PABLO SINDE)

/Me cargaron un crimen juzgándome con manos sucias.
Afuera, la gente arrenda
                      en llanto el firmamento estridente
y cruzamos de pueblo en pueblo
                                                          en la noche

se arrastra con nosotros
en medio de gritos y tambores (nos arrojan piedras
                      las multitudes furiosas
por el amor y los asesinatos deshonestos./
/desnudo entré en el mundo del placer
                      y desnudo vengo a esta casa del dolor/
/una prisión es un convento sin Dios,
pobreza, castidad, obediencia
son sus principios. en esta austera morada
nadie reúne riquezas (de placer o peniques./
/tu cuello se inclinará en servilismo mudo,
no por virtud –  sino por la vara de azotar./

 

COMO UN ECO ME VIENE (CAROLINA STEEB)

Como un eco me viene
el recuerdo de los días
que imaginé alguna vez.
Me cuesta mucho todo
lo que sea felicidad.
Me sujeto a la baranda
donde las manos de otros miles
se apoyan día tras día.
A veces, me desespera,
otras, me tranquiliza: saber
que en la corriente anónima
soy una más.

 

***********

 

EL PASTO MUERTO CRÍA LUCIÉRNAGAS (Ediciones en Danza, 2021) de Alan La Veglia.

(E. G. C.)

El pasto muerto cría luciérnagas, segundo libro de Alan La Veglia (San Miguel del Monte, 2001), revela las lecturas que lo nutren. A la manera clásica del juego de los centones o la reapropiación de los íncipits, los versos prestados de Ezra Pound, Du Fu, Taneda Santôka, Miura Chora pueblan las páginas. Haciendo honor a las poéticas de las que se nutre, la dicción es económica, distante, y los temas, que en un principio parecen situarnos en coordenadas atemporales o universales, se recontextualizan en los pequeños indicios que ofrecen las hornallas, las estaciones de servicio, los calefones. A lo largo de “Ramaje”, la primera sección del libro, atestiguamos el pasaje del tiempo, la sucesión de las horas del día, el transcurrir de los meses y las estaciones que pueden medirse, por ejemplo, en las flores del durazno.

Pero algo permanece: el efecto de un destello que trae a la memoria el título, el sinfín de formas que puede asumir una hoguera, un brillo, una luz que parpadea en lo oscuro durante un instante antes de vacilar, igual que una luciérnaga.

 

3

El brillo del fuego
en las hojas pequeñas de los nogales
sugiere la derrota de la hoguera,
la pronunciación clara de la noche.

Un balde con agua puede retener
el cuerpo difuso de una estrella
o la caída de un mes en los juncos.

Pero la belleza no alcanza.
Hay que reconocer el trabajo del invierno,
las palabras que usamos para mostrar los sitios
que envejecieron con nosotros.

 

*********

 

CONTRATIEMPO (Ediciones La Yunta, 2017) de Daniel Riquelme.

Sexto libro de poemas de Daniel Riquelme, nacido en San Vicente en 1961. Compartimos un poema:

UNA VISIÓN

Apenas veía la cabeza del pianista
flotando al ras de las notas
que sonaban simples
como pisar baldosas

su gran cabeza negra y canosa
en la penumbra del Village Vanguard
el contrabajista no salía de su asombro
redoblando acordes
acariciaba suave las teclas

fue entonces cuando alcé los ojos y
vi olas en el cielo
por un instante
algo me atrajo a
atravesar un aro de luz y fuego
desprendiénsode del azur

volví la mirada al escenario
y durante todo aquel tiempo
la cabeza negra canosa
y sus manos
no cesaron de tocar.

 

***********

 

FRESIAS DE OCTUBRE (El Jardín de las Delicias, 2022) de Graciela Perosio.

Presentados como una suerte de diario de quien atraviesa una enfermedad, los poemas de este nuevo libro de Graciela Perosio (Buenos Aires, 1950) abren un espacio donde una voz recorre con rabia y humor, dulzura y vitalidad, una experiencia dolorosa, con la ilusión de transfigurarla en poesía.

Compartimos el poema que abre el libro:

*

todavía hace frío
este invierno parece interminable
pero la luz ya ofrece fiesta
y siento que podré caminar
hasta el kiosco de flores
sin demasiado esfuerzo
miro dudo
“llévese las fresias
probablemente sean las últimas del año”
–la palabra “últimas” permanece en mi oído–
“estas tan coloridas”
las fresias de octubre
me brindan un cierto equilibrio
–la palabra “últimas”
un exorcismo final–
empiezo a escribir con el ramo
delante de mis ojos
me propongo una íntima celebración
porque aún
aún
respiro

 

***********

 

EL AÑO DEL FANTASMA (Bajo la luna, 2021) de Gabriel Reches.

Gabriel Reches nació en Buenos Aires en 1968. Un libro íntimo, a la vez enmascarado y directo, articulado alrededor de la figura del padre, que ha muerto, y la familia propia que se ha construido y se construye. En medio, un yo atravesado por las contradicciones y complejidades de su mundo, pero que deja entrever en cada una de sus palabras una fuerza, el deseo de una conciliación.

Compartimos dos poemas:

PUENTE VERDE

Por este camino los llevaba a la escuela.
Había un puente de cotorras
unos perros que no sabían de la doctrina del revuelco,
el sol daba en las moras, parecían mágicas.
De todo eso, qué quedó. Solo un puente de cotorras
unos perros que no saben de la doctrina del revuelco
y el sol da tanto en las moras, que parecen mágicas.
Sonará igual pero vos y yo sabemos.
El puente no es el puente. Es su fantasma.

 

ESCENA HOGAREÑA

Una canilla que se precie
aun cerrada libera unas gotas.
No aprenden más estos grillos
a reclamar por lo suyo.
Asi cada ser vivo o herramienta,
tapergonía flúo, el cargador.
Lo que no funciona
cumple un rol primordial en nuestra casa.
Sobre la mesa el fantasma y yo y seis
medias lunas, con sus fantasmas
cuidamos que el fuego de la chimenea
se mantenga apagado cuando nos caliente.

 

*********

 

UN ABISMO DE LUZ PARALIZADA (El Andamio Ediciones, 2021) de Lola Mascarell.

El Andamio Ediciones, a cargo de Damián C. López, editor rosarino afincado en la provincia argentina de San Juan, ha publicado el libro Un abismo de luz paralizada, de la poeta española Lola Mascarell (Valencia, 1979), en el que juntamente con Juan López y la propia autora, antologan poemas de los libros Mecánica del prodigio (2010), Mientras la luz (2013) y Un vaso de agua (2018).

En el texto de contratapa, Carlos Marzal señala: “La poesía de Lola Mascarell, como la de todos los poetas importantes, consiste en una forma personal de intimidad con el mundo. Logra lo más difícil: la transparencia y la naturalidad al observar con hondura las cosas que nos rodean. Su obra es un canto a la naturaleza mediterránea, al universo doméstico, a los afectos que nos dan la vida, y a la propia literatura”.

Compartimos dos poemas:

MOTOCICLETA

Estás de pronto estás
en la vena del mundo
y la vida transcurre junto a ti
a cientos de kilómetros por hora.

Y no sabes por qué
pero piensas que nada pasaría
si una piedra rompiese ese equilibrio.

Si la curva te engulle en sus entrañas.

Si todo se termina y se detiene.

Porque aquí sólo importa ese momento,
y tú y el mundo y todo
adhiriéndose a ti como se adhiere
el miedo a nuestra piel, a nuestra vida:
el asfalto a la rueda,
estático y fugaz al mismo tiempo.

 

RUPTURA

Porque pienso en los labios
que besé y ya están muertos
e imagino esas bocas ya deshechas,
el aliento extinguido que una vez
respiró junto al mío.

Y no quiero pensarlo, pero pienso,
en huesos y en esquinas,
en sábanas sin piel y en vasos rotos.

Venir para quebrarse, para irse,
como el vino vertido en el mantel,
vestigio sin resuello de unos labios
que bebieron su copa y la apuraron
pensando que no habría de acabarse.

 

*********

 

OBRA REUNIDA (2001 – 2021) (Barnacle, 2022) de Pablo Queralt.

Dice el autor al final de una paginita que precede a los poemas: “…A modo de antología rota, caprichosa, tomé los poemas de mis libros que me parecen más bellos y dejé otros que no me decían tanto hoy en día, como un maestro mayor de obra para juntarlos en este compilado. A su vez siguiendo un orden cronológico los agrupé en primera juventud, los líricos, la trilogía erótica y Ahora.”

El comienzo del prólogo de Anahí Mallo dice: “Veinte años de poesía, y el recorrido de una vida, un pensamiento, un modo de hacer, ver y sentir, es lo que este libro, suma de otros muchos, ofrece.

Los poemas de Queralt dan muestra de que la poesía puede ser y es un modo de estar en el mundo, una forma a la vez contemplativa, amorosa y reflexiva, de relacionarse con lo otro y con los otros. Registro sensitivo de experiencias, lecturas, paisajes, amores, los diferentes libros abarcan un abanico amplísimo de temas y cuestiones: la infancia, el erotismo, el padre, el amor, pero también la música, el cine, los libros. La experiencia y el acto de poetizar se revelan entonces como un entramado profundo, a la vez lábil y creativo, de discursos, imágenes, sonidos, que se entrecruzan en el espacio del poema.

El poema es entonces esa dimensión en la que se da lugar no a un registro sino a una experiencia nueva: la experiencia de ese entrechocar de palabras que es un cruce de asociaciones, recuerdos y recorridos, palabras en expansión que buscan y encuentran, cada vez, su verdad y su libertad…”

Compartimos el primer y el último fragmento de esta corriente de poemas:

*

Niña de dulce de leche
en la vereda contra las paredes
coronadas de vidrios
¿que leías?
con tu cuerpito tan blanco
Salomé sin desdicha
bailando sin las velas
en la nube amarilla
en el impudor, la inocencia
Abril.

 

*

En el Trocadero vi mi mejor película partes de la escena de mi vida como agradezco los montones que anhelaban que venciera a mis fantasmas

yo que hacía lo que podía para vencer la turbulencia de la batalla con esas chispas atrapadas el problema es ese no saber lo que falta lo que sobra en uno devenir restaurar un estado de cólera anterior mudar

en una existencia que se lanza a escena en ese fondo de torbellino interior a abrir un mundo donde surgen las cosas esa es la revelación.


RELACIONADAS