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Algunos libros recientes (agosto 2021)

Algunos libros recientes (agosto 2021)

CAMELLIA. MUJERES QUE TOMAN TÉ (tanta ceniza, 2021). Antología de poetas latinoamericanas con selección de Marisa Negri.

por EGC

Esta antología está integrada por sesenta y cuatro poemas, tantos como hexagramas tiene el I Ching, tal como señala la compiladora y sommelier de té, Marisa Negri. Entre las autoras incluidas encontramos a Circe Maia y Glauce Baldovin, Laura Yasan y Griselda García, Estela Figueroa y Olga Orozco (y tantas más que no llego a nombrar aquí) en un libro que presenta el té como camino de revelación, como ritual solitario o colectivo, como tiempo de espera y meditación. Pienso mientras lo leo cuántas veces en la bebida del té, en sus colores variables, en la vibración de su superficie, nos miramos y encontramos, íntegras o transfiguradas.

En medio de esa ceremonia íntima y cotidiana, emergen los textos y sus voces, organizados en siete secciones temáticas a lo largo de las páginas, bajo los nombres de “Sanar”, “Crecer”, “Leer”, “Ser”, “Amar”, “Olvidar” y “Beber”. Además, los textos van acompañados de las ilustraciones de Alicia María Favot, que nos da a conocer, entre otras, la morfología del origen: la hoja de la camellia sinensis, madre de todos los tés. Este es un libro delicado, fragrante, como su inspiración. 

EL DÍA QUE SAYURI ME ENSEÑÓ (VALERIA PARISO)

El día que Sayuri me enseñó
que existen plantas de té
que viven en estado de penumbra
porque son cubiertas
por pantallas de caña
o grandes telas negras,
tés de sombra,
tés que crecen despacio
porque no tienen luz,
ralentizados,
tés que al cosecharlos
con la primavera,
en el paladar se vuelven
dulces como jade de rocío,
así dijo Sayuri,
jade de rocío,
ese día entendí
que el deseo
funciona como el té.

 

TREGUA (ADÉLIA PRADO, EN TRADUCCIÓN DE SALVADOR BIEDMA)

Hoy estoy tan vieja como quiero estar.
Sin ninguna estridencia.
Entregué los deseos a cambio de memoria
y una simple taza de té.

 

EL TÉ (IRENE GRUSS)

Está sentada frente a mí
y hace ruidos con la taza, la golpea sin querer.
Está loca pero la que desea
matarla soy yo.
Si le comento cualquier asunto, ella pregunta
con tono de loca más que dubitativa: ¿ah, sí?
Ahora está
diciéndome que hay vidrios rotos
en su barriga, la cortan, duele.
Miro la taza que golpeaba, intacta,
y el té que viene hacia mí, de a poco,
rogando algo que no entiendo. El líquido
toma una forma que me asusta, y al mismo tiempo
sé que lo que pide
es piedad, ayuda; es té tibio
sobre la mesa y
es mi hermana. 

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ENVÍAME TUS POEMAS Y TE ENVIARÉ LOS MÍOS (Caleta Olivia, 2021) de Fabián Casas.

por AC

En la contratapa, Casas explica las circunstancias de la escritura de este libro: fue escrito como mensajes en dos grupos de WhatsApp en 2020, durante el toque de queda sanitario, mientras acompañaba a su padre que se estaba apagando. “Notas” y “pequeños apuntes”, llama Casas a los textos del libro, y agrega: “Escribir en WhatsApp te libera de estructurar el poema”… Es un libro bastante inclasificable, contagiado de la rareza de la situación de su escritura. Trae en un bloque cinco poemas supuestamente traducidos desde el inglés de Boy Fracassa, “un poeta yanqui que vivió muchos años en Brasil” (en Google, Boy Fracassa no arroja ningún resultado). Algunos de los poemas del libro son evidentemente meras ocurrencias: “VANGUARDIA // Tan fumado / que no puede armar un porro/ mi hermano Juan / es mal armé.”. En otros, reconocemos la voz que escribió El salmón: “CALISTENIA // Todos los días le cocino a mi padre / y le limpio el baño que parece intervenido por Pollock / después hago karate en mi casa / solo / y por las noches fumo en el balcón / escuchando pasar las ambulancias.”. Y el siguiente: “RONDA // A estas imágenes sumale un padre / que no ve a sus hijos hace un mes / y que camina solo / hace ya 20 minutos / en dirección opuesta a las agujas del reloj / por el borde de una plaza cerrada / y repleta de hojas secas.”.

Comparto el poema que más me gustó, el último del libro:

SALTANDO EN LA CAMA ELÁSTICA

¿Dónde dejan el trineo los paseadores de perros?
Eso me pregunto. Porque vengo de un lugar extraño.
Y por otra parte, si hay alguien que debería saber
que al tiempo le da igual la distancia entre este lugar
y mi pueblo: ése es un poeta.

Viniste tantas veces sólo para merodear. ¿Y qué fue
lo que nos armó de infinita paciencia? En el hospital
es donde uno comprende que el alma
es un invento sobre el que nos interesa fabular.

Era tan extraordinaria y única como una hawaiana
manga larga. Ja ja. ¿En serio lo decís? ¿Eso es lo que recordás de ella?
¿Nunca te volviste a enamorar? Mirá: según mis investigaciones
el amor es un suceso, un disco de grandes hits
con sólo dos o tres canciones que repiten en la radio
para llenar los baches, cuando los que trabajan
van por un café o simplemente mean.

En ese tiempo aún no la habían descubierto
en las revistas de mucho tiraje. Era tan dulce!
Pero la ecuación es sencilla: deberíamos saber
que nuestros actos son inútiles
y después ejecutarlos como si tuvieran sentido.

Como te lo digo: me negué a gobernar sobre el mundo.
Y cada parte de mi pasado se voló con la brisa
cuando abrí la ventana. Noche de otoño. Se estaba bien.
Cada cosa –y yo misma– ocupando un lugar pequeño
en la inmensa estantería. ¿En serio?

¿Sabes que escribió un poema que estaba dividido gráficamente
en dos columnas eréctiles, como las Torres Gemelas? Y pretendía
que las leyéramos en simultáneo! Me haces reír. ¿En serio?
Todavía queda alguien que quiere vestirse para llamar la atención.
¿Y qué le dijiste? Le dije que cuando leía una columna, extrañaba a la otra.
Que por eso me gustaba. Y se quedó callado. Una buena manera de salir del paso.

Entonces ¿No intentó hacerse la víctima? Siempre. Pero le dije:
Con tu papel de víctima me armo un porro. Y dejé el teléfono
apagado, al final del largo corredor. Estaba descalzo. Cuando te volviste
completamente salvaje, es posible que algunos seres salvajes
se acerquen para verte. Es hora de dejar de vagar.
Agarré una musculosa blanca y un palo de escoba
que encontré en el lavadero y armé una bandera de rendición.
La puse en el balcón. Lloviznaba y la noche parecía
una bolsa de plástico transparente a la que alguien llenaba
con su aliento. Fue hermoso: todos deberían rendirse alguna vez.

 

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PEQUEÑOS RASTROS QUE SE ALEJAN (kintsugi editora, 2021) de Horacio Máez.

por EGC

Escuché decir a la poeta boliviana Paura Rodríguez que, en el proceso del poema, se debe librar a la poesía de lo que no es poesía. Ahora que me encuentro con las páginas de Pequeños rastros que se alejan emerge de la memoria esa frase en su justa evocación: es la tarea a la que se entrega todo el libro, a la que se entrega el lutier, confrontado también como los y las poetas a las tensiones de la materia, a la necesidad del despojo y los riesgos de la sustracción excesiva.

En los poemas de Horacio Máez, el proceso empieza más atrás, en el verdadero comienzo que revela la vida en lo aparentemente inerte y permite “a cada parte contar lo que ha sido”. Antes de instrumento el chelo fue madera, antes de madera árbol con ramas al viento. Dar forma al elemento, alojar en ella el silencio, proveer de alma al instrumento son partes del oficio, en un mundo pequeño donde las voces de quienes conocemos solo por su nombre de pila (Raúl, Celina, Fabio) entablan un diálogo sobre el hacer y el cómo hacer.

Aquí, a partir de una mirada íntima, los poemas forman la crónica pulida y preciosa de cómo se gesta una voz.

TENSAR UNA CUERDA para afinarla
es una búsqueda en el caos,
me dice Raúl, es ir al temple
donde dos o más notas
suenen nítidas, una sola voz
un sonido primordial que desmienta
lo confuso, un acto de realización.

COMIENZO A TRABAJAR la madera, segar
lo que sobra buscando el sonido, buscando
el detalle, el pequeño y anunciado declive
que dará un timbre profundo, dulce y calará
como un rayo o con la erosiva paciencia del mar
nos convertirá en fina arena, cobijo manso. 

 

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EL AÑO DEL ALMA (Serapis, 2020) de Stefan George – Edición bilingue. Traducción de Héctor A. Piccoli.

Editorial Serapis publica el libro más querido por los lectores de Stefan George. La edición toma como referencia la llamada “versión definitiva” de 1928. En páginas enfrentadas, original y traducción están reproducidos en la tipografía original que inventó Melchior Lechter, editor de George.

Dice en el prólogo Regula Rohland: “…como gran parte de la más sentida musa alemana, y en pos de la tradición de los grandes poetas líricos alemanes –Clemens Brentano, Joseph von Eichendorf–, George se limita a un vocabulario de rebuscada llaneza en lo que se puede denominar con Fritz Martini Bekenntnisgedicht (poema confesional) o Stimmungslyrik (lírica sentimental). El arte de George en este libro consiste en plasmar imágenes muy poéticas mediante palabras simples que hacen resonar el verso en dulce cadencia.”. Compartimos dos poemas:

VEN AL PARQUE que fue declarado muerto y mira:
de lejanas riberas sonrientes el destello ·
El imprevisto azul de nubes nítidas
alumbra los estanques y jaspeados senderos.

Allí toma el profundo gualdo · el gris tïerno
del boj y el abedul · Templado está el vïento ·
Aún no se marchitaron las tardías rosas ·
escógelas y bésalas, teje la corona ·

Estos amelos últimos no olvides tampoco ·
la púrpura que ciñe el sarmiento en vid silvestre
y aun lo que quedó de vida verde
entrelázalo leve en la visión de otoño.

 

KOMM in den totgesagten park und schau:
Der schimmer ferner lächelnder gestade ·
Der reinen wolken unverhofftes blau
Erhellt di weiher und die bunten pfade. 

Dort nimm das tiefe gelb · das weiche grau
Von birken und von buchs · der wind ist lau ·
Die späten rosen welkten noch nicht ganz ·
Erlese küsse sie und flicht den kranz · 

Vergiss auch diese letzten astern nicht ·
Den purpur um di ranken wilder reben
Und auch was übrig blieb von grünem leben
Verwinde leicht im herbstlichen gesicht.

 

CLAMORES de años jóvenes que encomendaran
buscarla a ELLA bajo estas ramas:
la frente ante vosotros he de bajar negando ·
pues mi amor duerme en el país de rayos.

Mas enviadme otra vez a LA que en el ardor
del estío y de erotes en el aleteo
se me ofreciera tímida como cortejo
la reconoceré esta vez con satisfacción.

Las uvas ya maduras en las tinas fermentan ·
Pero quïero todo lo que de nobles vástagos
Y del verano bella simiente me ha quedado
Derramar ante ella a manos plenas.

 

IHR rufe junger jahre di befahlen
Nach IHR zu suchen unter diesen zweigen:
Ich muss vor euch di stirn verneinend neigen ·
Denn meine liebe schläft im land der strahlen. 

Doch schickt ihr SIE mir wieder di im brennen
Des sommers und im flattern der Eroten
Sch als geleit mir schüchtern dargeboten
Ich will sie diesmal freudig anerkennen. 

Die reifen trauben gären in den bütten ·
Doch will ich alles was an edlen trieben
Und schöner saat vom sommer mir geblieben
Aus vollen händen vor ihr niederschütten. 

 

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LA MUERTE NO TENDRÁ LA ÚLTIMA PALABRA (Ediciones en Danza, 2021) de Jorge Ricardo Smerling.

Ediciones en Danza recopila poemas inéditos de Smerling, “incansable poeta”, “buscador de nuevas dimensiones” y autor de numerosos libros, entre los que remarcamos Onirocrisis (1980), Bombardeo en las siestas vecinas (1984), Quásar (1989) Mosca de cuerno (1993). Dice en el prólogo Gerardo Burton: “La recopilación de estos poemas inéditos de Jorge Smerling tiene todo eso: propone un itinerario, sugiere un recorrido. Algunos textos están fechados, de otros es incierta su datación. No obstante, puede establecerse un largo período que abarca desde sus primeras escrituras hasta las últimas, las más cercanas a su muerte. Es decir, hay una construcción efectiva de su poesía que marcha paralela con su obra publicada. Una se apoya en la otra. Entonces, estos poemas están lejos de ser un descarte, y menos todavía, de constituir una antología encubierta.”

Compartimos dos poemas:

SALDRÁ EL SOL
por la ventana más profunda
entre la inútil guardia de espejos ondulantes

y vendrán los viejos piratas a quedarse
en el mar equidistante de las nieblas.

y todo será
como los tiempos en que un dios se detenía
a romper con lo sagrado

entonces las fuertes sensaciones aplicadas
el juego desenfrenado e insatisfecho
el llanto escondido en las sonrisas

todo
la farsa donde pierdo el sueño
y me castigo

quiero detener la alucinante imagen
de mis ojos
para acercarme a un río enorme
                                y distinto

 

PATO AL HORNO CON MORTAJA

Cazar un pato produce
un placer sexual indescriptible.
Por cierto, él es bello
en el sitio más alto, en pleno vuelo,
en los espejos del agua primitiva,
o al horno, brillante, con mortaja.
Así,
el pato satisface
importantes necesidades primarias.
Así,
podríamos decir
que el pato es, verdaderamente
humano.

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INSOMNIO DE CEMENTO (Hemisferio Derecho Ediciones, 2020) de Maximiliano Costagliola.

Insomnio de cemento se arma así, una vigilia a contrapelo, una postal de sueño poco amable”, señala Julián López en la contratapa, acompañado de las palabras de Fabián Casas: “En el insomnio llegan recuerdos atávicos. Estos poemas bucean en esa zona donde las horas chicas no pasan nunca y la desesperación y la redención se confunden. Poemas inestables, dramáticos, una voz que camina sobre papel de arroz con ‘el protector bucal puesto’”.

Dejamos aquí uno de los poemas:

LUZ DE ECLIPSE

Interrumpo la jornada a mitad de la noche,
salgo al patio para despejarme un poco.
Las paredes son demasiado elevadas y
no dejan espiar más que hacia arriba.

Alzo la mirada al cielo,
buscando una referencia de expansión,
pero el cielo está demasiado bajo y cargado y
esconde su cifra infinita.

Apago la luz del patio y me meto en casa
diciéndome que no hay nada interesante para ver.
Me sirvo un vaso de agua y, antes de volver al estudio,
me asomo por la puerta para otear una última vez el cielo.

En la oscuridad me siento otra vez bajo un cielo infinito.

 

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MI DESEO EN ORO (Huesos de jibia, 2021) de Raúl A. Yafar.

Un libro de poemas líricos y breves que nos invita a recorrer una historia de amor pasional en su forma más clásica. El libro está dividido en dos partes que ordenan los poemas en noche y encuentro, por un lado, y en alba y separación, por el otro. Sencillo y con una contratapa que es un poema, Yafar nos confiesa su pasión amorosa.

ESO ES TODO

Se había encendido
la brutalidad de la lumbre.
Éramos lámparas iluminando nuestras negruras.
Duró una madrugada.
Quedó como botín
un fogonazo sin nombre, que mordió
los umbrales de esa noche.

El amor fue el grito
de un tren que descarrila.
Pana no oírlo ya más
me puse a escribir este, mi inseguro panfleto del destierro. 

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VERBONAUTAS ACCIÓN POÉTICA (Cae de maduro, 2021) de A.A.V.V.

Verbonautas fue un grupo de artistas que operó entre diciembre de 1995 y junio de 2000. Según sus propias palabras, Verbonautas fue un “Colectivo mutante de la palabra nacida al pie de un sommier. / Sobremesas, mediodías, llamadas telefónicas de larga distancia.” En junio de 2000 leyeron por última vez en Plaza Defensa – Hábitat Cultural. 

En noviembre de 1999, Eudeba Libros del Rojas editó por primera vez Verbonautas. La presente es una reedición aumentada que reúne poemas de Pablo Folino, Gabriel Coullery, Palo Pandolfo, Vicente Luy, Osvaldo Vigna, Karina Cohen y Hernán. Además de los textos, el libro cuenta con fotos de los integrantes del grupo e imágenes de manuscritos.  Compartimos dos poemas, el primero de Palo Pandolfo y el segundo de Osvlado Vigna.

SUCESOS interconectados
claro el presente
magnetizado al pasado, 
pero, ¿Todo es tan claro 
y tan lineal? 
NADA

*

El SILENCIO ES POESÍA

El silencio es un poema
infinito

El infinito el silencio
nómade

El poema nómade silencio 
infinito

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EL PICO DE LOS PÁJAROS (Barnacle, 2021) de Catalina Boccardo.

Catalina Boccardo nació en Buenos Aires en 1961. Es poeta y fotógrafa. Ha participado en diversos festivales de poesía en países de habla hispana. El pico de los pájaros es su cuarto libro de poemas. Dividido en dos partes, el libro interroga e investiga los límites de la imaginación y del lenguaje apoyándose en las numerosas texturas que ofrecen los pájaros: el canto, las plumas, el vuelo, la presencia del pájaro en nuestra tradición literaria y mítica.

Compartimos el primer poema:

ACÁ NO HAY PALABRAS que hablen de los pájaros,
hay pájaros.

El ronquido,  
piar,
en medio de lastimeros fracasos
del vuelo,

nido primigenio
romperse un ala
o una pata,
caer,
este mundo no dará reparo alguno,
aves trastornadas,
mismo aire,
desfallecen en verano sobre el pavimento.

Yo encontré la salvación, un pájaro herido.
Pía, siempre pía de felicidad.
Alegre y profundo, ni siquiera encoge sus plumones ante la lluvia.

Y ella se habrá creído muerta pero tenía dos vidas:
la de la melancolía
y la hondura
de este repentino hogar.

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LOS NOMBRES PROPIOS (Caleta Olivia, 2021) de Flor Braier.

Flor Braier es poeta, compositora y traductora. Vivió una parte de su vida en Barcelona y otra en Argentina; algo de esta trayectoria vital, de los desplazamientos que ponen en crisis la identidad y los nombres, asoma en los poemas de este libro. Dice Mercedes Halfon en la contratapa: “La identidad mutante de los nombres y de la voz toma los poemas. Variados, curiosos, gráciles, son observaciones, casi postales enviadas por la poeta desde distintas partes del mundo”. Compartimos dos poemas:

MOSCAS

 Espanté esas palabras que llegaron
como moscas de domingo al mediodía
demodé el despecho
en este puerto inventado
lo que empieza a moverse
¿es el barco o la plataforma
donde están los que se quedan?

POSTAL

La Rua Quintinha cortaba una calle
típica lisboeta de postal
donde pasa el tranvía
trazando surco chirriante.
Por unos pocos escudos
me llevaba a internet
hay quince minutos de crédito
para leer el amor y contestarlo.

¿Mi cabeza se cae
adentro de mi cabeza
por no hablar con los demás?

Escribía a mano casi todo el día
dejando a Bolinho fuera del cuarto
que no entendía de límites y lloraba
pobre gatito humano púber
no le dirigía la palabra pero sí
le volcaba su comida con respeto
en el cacharro azul y blanco
nutrição saudável para gatos e canes.
Decía calle, lucidez, tejado, cielo.
También decía oh.
Recuerdo viajar en el tren
que conecta Lisboa con Cascais.

 

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UNA CASA DE AGUA (Cae de maduro, 2021), de Nadia Sapag.

La poeta y música Nadia Sapag nació en Jujuy, se crió en Salta y hace ocho años vive en Córdoba. La casa de agua es un segundo libro, un libro donde se cruzan los paisajes, los parajes y los personajes de la infancia, y la idea de hogar, de madre (y de padre) se hallan en constante mutación.

Compartimos dos poemas:

EL MIEDO está en los huesos,
en el riñón
en las arañas
y en el engaño
de los hombres que elijo
para salvar a mi madre
de lo que vivió.

EN MIS LÁGRIMAS había una casa.
Una casa de agua.
Pasaba por la entrada
tocando las ligustrinas.
El rosal parecía
una garita de virgen.
La puerta de entrada craquelada por el sol
hinchada por la lluvia.
Era una mala bienvenida.
La casa no era un lugar adonde llegar
sino un lugar para irse.

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AÑO NUEVO (Barnacle, 2021) de Judith Filc.

por L.V

Un libro con una personalidad muy reconocible: cada poema desenvuelve verso a verso, austeramente, una escena que, fijado el marco con el título, funciona como una especie de croquis, algo así como el grado cero de cierto tipo de escritura de linaje objetivista.

Compartimos tres ejemplos:

HURACÁN

Las salas del hospital están oscuras.
La luz roja no titila.
El corredor está vacío.
Nadie sabe qué pasa detrás de las puertas.

 

POBREZA

La tiza traza una línea.
La línea establece un límite.
Nadie lo cruza. Nadie mira dentro.
Nadie sabe qué pasa.

Lo que no se sabe se olvida.
Lo que se olvida se abandona.

 

REALIDAD VIRTUAL

La selva es oscura y calurosa.
Se oye un reptar bajo las hiedras.
Invade un olor a tierra húmeda.
Una mata de verde es un muro.
Dentro del muro hay silencio.
Detrás de él se extiende una pantalla.

 

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EL OJO RETROVISOR (Griselda García Editora, 2021) de Cynthia Langier.

Segundo libro de la Cynthia Langier (Buenos Aires, 1971). Langier es psicoanalista y ha realizado la formación en Escritura Narrativa en Casa de Letras, además de talleres de lectura y poesía con Margarita Roncarolo, Osvaldo Bossi, Laura Wittner, Mauro Lococo y Griselda García. En 2016 publicó Y la gata se relame, su primer poemario (Editorial Modesto Rimba). Compartimos dos poemas:

EN LA PRIMERA INFANCIA de mis hijos los puños quedaban marcados en puertas y paredes

Una vez los puños reventaron el cristal de la mesa
Donde comíamos y este suceso
Trascendió en la escuela (fue el principio visible y audible del fin).
Nos citaron al padre de mis hijos y a mí y yo por primera vez,
Hablé del terror.

***

[Mi cuerpo entero atrapado en la madre que era
y del que tantas veces quise salir

tantas veces lo inconfesable, lo que no se dice
No se piensa no se hace;
De eso no se habla]

LISTA DE COSAS QUE UNA MAMÁ
NUNCA DEBE SENTIR:

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LA CASA EN LA OLA (Ediciones del Dock) de Diego Saravia Tamayo.

Segundo libro del salteño Diego Saravia Tamayo (n. 1972). Dice el final de la nota preliminar de Santiago Sylvester: “Este libro es un estado de alerta sobre el mundo, expuesto con plena lucidez por un poeta que busca entenderlo”.

Compartimos tres poemas:

PREGUNTA

Soy un muñón que alza una moneda
y la respuesta es la mueca de un payaso.

 

MISIÓN

Somos un pretexto
como el hilo de sol en la ventana
y el polvo que ilumina.

 

BÚSQUEDA

Hallo lo nuevo
como la rana que va
al pozo añejo.

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EL CONTORNO DEL ROBLE (Ediciones Rialp, 2020) de Felicitas Castillo.

Tercer libro de Felicitas Castillo (Bahía Blanca, 1986), que fue galardonado con un accésit del Premio Adonáis 2019. Es un libro muy personal, que encuentra formulaciones libres e imaginativas para la experiencia de lo sagrado.

Compartimos dos poemas:

LA VÍA DOLOROSA

Alguna vez habrás visto contra la tarde
una inminencia de tragedia
en el canto de los loros,
el calor combo de los pinos
o la mirada de un desconocido,
grave y fugaz como una estrella.

Podrías entonces distraerte con este siglo
o elegir la vía dolorosa
y seguir el reguero de la sangre
de un enamorado.

 

LAS CASAS

Una vez cerradas, las casas se llevan a cuestas.
Sobre nuestros hombros tienen nuestros jardines.
Las fuentes muy cerca de las cuencas.
Flores por la boca, en la nariz y la frente.
Vuelven con un perfume las casas a levantarse,
repliegan sus escalones por la espalda
y por nuestros brazos bailan
las imágenes que fuimos.


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