LEYENDO

De cómo desembarcó Fernando Pessoa en la Argentina...

De cómo desembarcó Fernando Pessoa en la Argentina

por María Soledad Pereira

A fines de los años cincuenta, en Buenos Aires, Aldo Pellegrini –el principal animador del grupo surrealista en Argentina–, le pidió a Rodolfo Alonso, que para entonces contaba con jóvenes 25 años, que preparara una antología de Fernando Pessoa. En vida, el poeta portugués había publicado poco. A más de un cuarto de siglo de su muerte, ocurrida en 1935 en el Hospital de San Luis de los Franceses, en Lisboa, quedaba todavía mucho por compilar. Alonso había traducido ya a Murilo Mendes y a Drummond de Andrade, pero de Pessoa sabía lo que, por entonces, de este lado del mundo, podía saberse: muy poco o nada.

                  Hurgó en las librerías porteñas, buscó en vano aquí y allá. La amistad del brasileño Milton de Lima Sousa fue de mucha ayuda. De Lima Sousa era el único integrante extranjero del Grupo Poesía Buenos Aires (del que Alonso también formaba parte) y disponía de los textos de Pessoa que, en Portugal, había empezado a publicar la casa editorial Ática. De ese tesoro, Alonso hizo una selección y se puso a trabajar. En una ponencia presentada en Lisboa, en 2010, él mismo contó algunos entretelones: “Cuando Aldo Pellegrini, siendo yo tan joven, me ofreció, a fines de 1959, seleccionar y traducir una amplia antología de Fernando Pessoa, recuerdo que fue arduo convencer a su cuñado, Francisco Caetano Dias. Como si su familia se avergonzara de ese extraño pariente de vida más que anónima, que recluyó bajo la humilde apariencia de esporádico traductor de correspondencia extranjera para casas comerciales la gestación de su drama en gente, la múltiple obra de creación que lo poblaba”.

                  En 1961, Fabril Editora publicó entonces la primera traducción de Fernando Pessoa en América Latina y la primera en castellano de sus principales heterónimos. “El éxito fue instantáneo –cuenta Alonso en su casa de Olivos, cincuenta y ocho años después–. Un éxito inmediato, aunque silencioso, a la manera de Pessoa, que conquista de a uno: de persona a persona”.

                  En Argentina, el hecho no tuvo mayor resonancia: ni crítica ni publicidad. En Portugal, en cambio, la estudiosa pessoana Maria Aliete Galhoz, celebró la noticia rioplatense y dijo: “Rodolfo Alonso nos restituye un poeta a través del amor de otro poeta”.

                  Al año siguiente, en 1962, el mexicano Octavio Paz presentó, ante el mundo de habla hispana, lo suyo: Fernando Pessoa – Antología, un texto editado por la Universidad Autónoma de México, que incluía, a modo de obsequio para el lector, el luminoso ensayo “El desconocido de sí mismo”. Según Jerónimo Pizarro, investigador y editor de la obra del escritor portugués, Alonso y Paz trabajaron casi en simultáneo. “Los veo como a dos contemporáneos –dice–, así el libro de uno se haya publicado poco antes que el libro del otro. Por lo demás, las dos antologías fueron fundamentales para el descubrimiento de Pessoa en la esfera hispanoparlante”.

                  Por fortuna, a aquella primicia argentina escasa de publicidad, le siguieron sucesivas reediciones, hasta que décadas después, en 2005, cuando Pessoa ya era una figura mundialmente celebrada, Mario Pellegrini, hijo de Aldo, decidió hacer de esa obra una edición renovada, ahora bajo el sello Argonauta, que él mismo dirigía. “Una reedición bellísima –en opinión de Alonso–, como todas las de Mario, un texto ampliado, son cien poemas en total, y con un prólogo nuevo”. Un prólogo en el que el autor manifiesta un alegre desconcierto: “No cesa de sorprenderme –escribe– la exquisita avidez con que tantos lectores, en esta era de banalización globalizada, viven como descubrimiento propio y enriquecedor a este gran poeta distante, multifacético exigente y oculto”.  

                  El vínculo entre Fernando Pessoa y Rodolfo Alonso se fue expandiendo, indisoluble y botánico, como se expande la obra del poeta portugués. Tiempo después, la Universidad de Valparaíso de Chile hizo lo propio: quería reeditar aquella antología primigenia. Por una cuestión de derechos editoriales, Alonso dijo que no. Pero ante la insistencia chilena y el argumento de que Pessoa en el país transandino era un perfecto desconocido, el poeta argentino no dudó en hacerles una contrapropuesta: un texto diferente. El resultado fue YO es otros – Antología esencial de Fernando Pessoa, un libro que en Chile continua en prensa y que en Argentina, a instancias del propio Alonso y de la Editorial Eduvim, está, desde 2018, en circulación: un volumen bilingüe de atractivo formato cuadrado, con tapa color manteca y contratapa roja, que incluye, entre otros textos, la última carta (de la primera fase del namoro) que el poeta lusitano le escribió a Ofélia Queiroz, la única mujer que lo inspiró. En dicha carta, Pessoa le confiesa sus sentimientos y, de modo un tanto solapado, le dice cuáles son sus prioridades:

 

“Ofelita:

Agradezco su carta. Ella me trajo pena y alivio al mismo tiempo. Pena, porque estas cosas dejan siempre pena; alivio, porque, de verdad, la única solución es esa –el que no prolonguemos más una situación que ya no tiene la justificación del amor, ni de una parte ni de otra. De la mía, al menos, queda una estima profunda, una amistad inalterable. ¿No me niega Ofelita otro tanto, no es verdad?

(…)

Le pido que no haga como la gente vulgar que es siempre canalla; que no me dé vuelta la cara cuando pase a su lado, ni tenga de mí un recuerdo en que entre el rencor. Quedemos uno frente al otro como dos conocidos desde la infancia que se amaron un poco cuando niños y aunque en la vida adulta sigan otros afectos y otros caminos, conservan siempre, en una casilla del alma, la memoria profunda de su amor antiguo e inútil. Que esto de “otros afectos” y de “otros caminos” es consigo, Ofelita, y no conmigo. Mi destino pertenece a otra Ley, de cuya existencia, Ofelita, ni sabe, y está subordinado cada vez más a la obediencia a Maestros que nada permiten ni perdonan. No es necesario que comprenda esto. Basta que me conserve con cariño en su recuerdo, como yo, inalterablemente, la conservaré en el mío”.

 

                  Volviendo a los orígenes, a la antología que Fabril Editora publicó en 1961, Alonso dice que todavía la encuentra en España y en toda Latinoamérica: “Es un libro que se conserva en bibliotecas privadas como un acontecimiento, y en el corazón y en la memoria como un entrañable compañero de huella perdurable”.

                  Compartimos, de esa versión, cuatro poemas:

 

¡TAN PRONTO PASA TODO LO QUE PASA! (RICARDO REIS) 

¡Tan pronto pasa todo lo que pasa!
¡Muere tan joven ante los dioses cuanto
     Muere! ¡Todo es tan poco!
Nada se sabe, todo se imagina.
Circúndate de rosas, ama, bebe.
   Y calla. El resto es nada.

 

TAO CEDO PASSA TUDO QUANTO PASSA! (RICARDO REIS)

Tão cedo passa tudo quanto passa!
Morre tão jovem ante os deuses quanto
        Morre! Tudo é tão pouco!
Nada se sabe, tudo se imagina.
Circunda-te de rosas, ama, bebe
        E cala. O mais é nada.

 

*********

 

EN LA NOCHE TERRIBLE, SUSTANCIA NATURAL DE TODAS LAS NOCHES (ÁLVARO DE CAMPOS)

En la noche terrible, sustancia natural de todas las noches,
En la noche de insomnio, sustancia natural de todas mis noches,
Recuerdo, velando en modorra incómoda,
Recuerdo lo que hice y lo que podía haber hecho en la vida.
Recuerdo, y una angustia
Se derrama por mí como un frío del cuerpo o un miedo,
Lo irreparable de mi pasado: ¡ése es el cadáver!
Todos los otros cadáveres puede ser que sean ilusiones.
Todos los muertos quizá estén vivos en otra parte.
Todos mis propios momentos pasados quizá existan por ahí,
En la ilusión del espacio y del tiempo,
En la falsedad del devenir.
Pero lo que yo no fui, lo que yo no hice, lo que ni siquiera soñé;
Lo que sólo ahora veo que debería haber hecho,
Lo que sólo ahora claramente veo que debería haber hecho,
Lo que sólo ahora claramente veo que debería haber sido…
Es lo que está muerto más allá de todos los Dioses,
Eso —y fue al final lo mejor de mí— es lo que ni los Dioses, hacen vivir…

Si a cierta altura
Hubiese doblado hacia la izquierda en lugar de hacia la derecha;
Si a cierta altura
Hubiese dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí;
Si en cierta conversación
Hubiese tenido las frases que sólo ahora, en el entresueño, elaboro…
Si todo eso hubiese sido así,
Sería otro hoy, y tal vez el universo entero
Sería llevado insensiblemente a ser otro también.

Pero no doblé hacia el lado irreparablemente perdido,
No doblé ni pensé en doblar, y sólo ahora lo percibo;
Pero no dije no o no dije sí, y sólo ahora veo lo que no dije;
Pero las frases que faltó decir en ese momento me surgen todas,
Claras, inevitables, naturales,
La conversación cerrada concluyentemente,
La materia toda resuelta…
Pero sólo ahora lo que nunca fue, ni será hacia atrás, me duele.

Lo que de veras fallé no tiene ninguna esperanza
En ningún sistema metafísico.
Puede ser que para otro mundo pueda llevar lo que soñé,
¿Pero podré llevar para otro mundo lo que me olvidé de soñar?
Esos sí, los sueños por tener, son el cadáver.
Lo entierro en mi corazón para siempre, para todo el tiempo, para todos los universos.

En esta noche donde no duermo, y el sosiego me cerca
Como una verdad de la que no participo,
Y allá fuera la luna, como la esperanza que no tengo, es invisible para mí.

 

NA NOITE TERRÍVEL, SUBSTANCIA NATURAL DE TODAS AS NOITES (ÁLVARO DE CAMPOS)

Na noite terrível, substância natural de todas as noites,
Na noite de insónia, substância natural de todas as minhas noites, Relembro, velando em modorra
incómoda,
Relembro o que fiz e o que podia ter feito na vida.
Relembro, e uma angústia
Espalha-se por mim todo como um frio do corpo ou um medo.
O irreparável do meu passado — esse é que é o cadáver!
Todos os outros cadáveres pode ser que sejam ilusão.
Todos os mortos pode ser que sejam vivos noutra parte.
Todos os meus próprios momentos passados pode ser que existam algures,
Na ilusão do espaço e do tempo,
Na falsidade do decorrer. 

Mas o que eu não fui, o que eu não fiz, o que nem sequer sonhei;
O que só agora vejo que deveria ter feito,
O que só agora claramente vejo que deveria ter sido —
Isso é que é morto para além de todos os Deuses,
Isso — e foi afinal o melhor de mim — é que nem os Deuses fazem viver… 

Se em certa altura
Tivesse voltado para a esquerda em vez de para a direita;
Se em certo momento
Tivesse dito sim em vez de não, ou não em vez de sim;
Se em certa conversa
Tivesse tido as frases que só agora, no meio-sono, elaboro —
Se tudo isso tivesse sido assim,
Seria outro hoje, e talvez o universo inteiro
Seria insensivelmente levado a ser outro também. 

Mas não virei para o lado irreparavelmente perdido,
Não virei nem pensei em virar, e só agora o percebo;
Mas não disse não ou não disse sim, e só agora vejo o que não disse;
Mas as frases que faltou dizer nesse momento surgem-me todas,
Claras, inevitáveis, naturais,
A conversa fechada concludentemente,
A matéria toda resolvida…
Mas só agora o que nunca foi, nem será para trás, me dói. 

O que falhei deveras não tem esperança nenhuma
Em sistema metafísico nenhum.
Pode ser que para outro mundo eu possa levar o que sonhei.
Mas poderei eu levar para outro mundo o que me esqueci de sonhar?
Esses sim, os sonhos por haver, é que são o cadáver.
Enterro-o no meu coração para sempre, para todo o tempo, para todos os universos.
Nesta noite em que não durmo, e o sossego me cerca
Como uma verdade de que não partilho,
E lá fora o luar, como a esperança que não tenho, é invisível p’ra mim.

 

**********

 

LISBON REVISITED (1923) (ÁLVARO DE CAMPOS)

No: no quiero nada.
Ya dije que no quiero nada.

¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir.

¡No me traigan estéticas!
¡No me hablen de moral!

¡Sáquenme de aquí la metafísica!
No me pregonen sistemas completos, no me alineen conquistas
De las ciencias (¡de las ciencias, Dios mío, de las ciencias!),
De las ciencias, de las artes, de la civilización moderna!

¿Qué mal hice yo a los dioses todos?

Si tienen la verdad, ¡guárdensela!

        Soy un técnico, pero tengo técnica solo dentro de la técnica.
        Fuera de eso soy loco, con todo el derecho de serlo.
        Con todo el derecho de serlo, ¿oyeron?

        ¡No me fastidien, por amor de Dios!

¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributante?
¿Me querían lo contrario de esto, lo contrario de cualquier cosa?
Si yo fuese otra persona, les daría, a todos, el gusto.
¡Así, como soy, tengan paciencia!
¡Váyanse al diablo sin mí,
O déjenme ir al diablo solo!
¿Para qué hemos de ir juntos?

        ¡No me toquen en el brazo!
        Me molesta que me toquen en el brazo. Quiero estar solo.
        ¡Ya dije que estoy solo!
        ¡Ah, qué importuno querer que yo tenga compañía!

        ¡Oh, cielo azul –el mismo de mi infancia–,
        Eterna verdad vacía y perfecta!
        Oh suave Tajo ancestral y mudo,
        ¡Pequeña verdad donde el cielo se refleja!
        ¡Oh pena revisitada, Lisboa de antes de hoy!
        Nada me dais, nada me quitáis, nada sois que yo me sienta.

¡Déjenme en paz! No tardo, que yo nunca tardo…
Y en tanto tarda el Abismo y el Silencio quiero estar solo!

 

 

LISBON REVISITED (1923) (Álvaro de Campos)

Não: não quero nada
Já disse que não quero nada. 

Não me venham com conclusões!
A única conclusão é morrer.

Não me tragam estéticas!
Não me falem em moral!
Tirem-me daqui a metafísica!
Não me apregoem sistemas completos, não me enfileirem conquistas
Das ciências (das ciências, Deus meu, das ciências!) —
Das ciências, das artes, da civilização moderna! 

Que mal fiz eu aos deuses todos? 

Se têm a verdade, guardem-na!

Sou um técnico, mas tenho técnica só dentro da técnica.
Fora disso sou doido, com todo o direito a sê-lo.
Com todo o direito a sê-lo, ouviram? 

Não me macem, por amor de Deus! 

Queriam-me casado, fútil, quotidiano e tributável?
Queriam-me o contrário disto, o contrário de qualquer coisa?
Se eu fosse outra pessoa, fazia-lhes, a todos, a vontade.
Assim, como sou, tenham paciência!
Vão para o diabo sem mim,
Ou deixem-me ir sozinho para o diabo!
Para que havemos de ir juntos? 

Não me peguem no braço!
Não gosto que me peguem no braço. Quero ser sozinho.
Já disse que sou sozinho!
Ah, que maçada quererem que eu seja de companhia! 

Ó céu azul — o mesmo da minha infância —
Eterna verdade vazia e perfeita!
Ó macio Tejo ancestral e mudo,
Pequena verdade onde o céu se reflecte!
Ó mágoa revisitada, Lisboa de outrora de hoje!
Nada me dais, nada me tirais, nada sois que eu me sinta. 

Deixem-me em paz! Não tardo, que eu nunca tardo…
E enquanto tarda o Abismo e o Silêncio quero estar sozinho!

 

**********

 

DESDE LA MÁS ALTA VENTANA DE MI CASA (ALBERTO CAEIRO)

Desde la más alta ventana de mi casa
Con un pañuelo blanco digo adiós
A mis versos que viajan hacia la humanidad
Y no estoy alegre ni triste.
Ese es el destino de los versos.
Los escribí y debo mostrárselos a todos
Porque no puedo hacer lo contrario
Como la flor no puede esconder su color,
Ni el río ocultar que corre,
Ni el árbol ocultar que da fruto.

        Van lejos ya, como en la diligencia,
        Y yo sin quererlo siento pena
        Como un dolor en el cuerpo.

        ¿Quién sabe quién los leerá?
        ¿Quién sabe a qué manos irán?

        Flor, me tomó el destino para los ojos.
        Árbol, me arrancaron los frutos para las bocas.
        Río, el destino de mi agua era no quedar en mí.
        Me someto y me siento casi alegre,
        Casi alegre como quien se cansa de estar triste.

        ¡Idos, idos de mí!
        Pasa el árbol y queda disperso por la Naturaleza.
        Se marchita la flor y su polvo dura siempre.
        Corre el río y entra en el mar y su agua es siempre la que fue suya.

        Paso y quedo, como el Universo.

 

DA MAIS ALTA JANELA DA MINHA CASA (ALBERTO CAEIRO)

Da mais alta janela da minha casa
Com um lenço branco digo adeus
Aos meus versos que partem para a humanidade 

E não estou alegre nem triste.
Esse é o destino dos versos.
Escrevi-os e devo mostrá-los a todos
Porque não posso fazer o contrário
Como a flor não pode esconder a cor,
Nem o rio esconder que corre,
Nem a árvore esconder que dá fruto. 

Ei-los que vão já longe como que na diligência
E eu sem querer sinto pena
Como uma dor no corpo. 

Quem sabe quem os lerá?
Quem sabe a que mãos irão? 

Flor, colheu-me o meu destino para os olhos.
Árvore, arrancaram-me os frutos para as bocas.
Rio, o destino da minha água era não ficar em mim.
Submeto-me e sinto-me quase alegre,
Quase alegre como quem se cansa de estar triste. 

Ide, ide, de mim!
Passa a árvore e fica dispersa pela Natureza.
Murcha a flor e o seu pó dura sempre.
Corre o rio e entra no mar e a sua água é sempre a que foi sua. 

Passo e fico, como o Universo.

 

 **********
 

NAVIDAD (FERNANDO PESSOA)

        Nace un dios. Otros mueren. La Verdad
       
Ni vino ni se fue: el Error cambió.
       
Tenemos ahora otra Eternidad,
       
Y siempre es mejor lo que pasó. 

Ciega, la Ciencia la inútil gleba labra.
Loca, la Fe vive el sueño de su culto.
Un nuevo dios es sólo una palabra.
No lo busques ni creas: todo es oculto.

 

NATAL (FERNANDO PESSOA)  

        Nasce um Deus. Outros morrem. A verdade 
       
Nem veio nem se foi: o Erro mudou. 
       
Temos agora uma outra Eternidade, 
       
E era sempre melhor o que passou. 


        Cega, a Ciência a inútil gleba lavra. 
       
Louca, a Fé vive o sonho do seu culto. 
       
Um novo Deus é só uma palavra. 
       
Não procures nem creias: tudo é oculto. 


RELACIONADAS