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Algunos libros recientes (oct. 2017)

Algunos libros recientes (oct. 2017)

EL CABALLO Y EL GAUCHO (Ed. blatt & ríos, 2017) de Pablo Katchadjian.

Compartimos una de las microficciones que integran este libro inclasificable (tiene algo de cruce entre poesía y relato fantástico…), lleno de encanto:   

Es un gran ejército esperando entrar en batalla. O no: es un ejército mediano que hace todo lo posible para no entrar en batalla. O peor: es un ejército muy pequeño que no tiene ninguna batalla por delante. O no es nada de esto: es un soldado perdido que no sabe si volver con su ejército o seguir perdido. Incluso, si miramos bien, es una bota abandonada en el barro que ni siquiera se sabe si perteneció a un soldado o a un granjero. Probablemente a un granjero, porque es una bota de goma. Quizá a un tambero, de hecho, porque es una bota blanca. ¿Y cómo perdió la bota? Tal vez ni siquiera la perdió, sino que la tiró a la basura y la bota se cayó de la bolsa. O tal vez no la tiró, sino que la usó para construir un espantapájaros y un día la bota se soltó y quedó ahí tirada incluso después de que desapareciera el espantapájaros. En este caso, sería una bota de un espantapájaros abandonada en el barro. Pero ni siquiera, porque no se podría decir que el espantapájaros haya abandonado la bota ni tampoco que la bota haya sido suya. Así que menos que eso: es una bota de goma en el barro. ¿Pero quién dijo que era una bota? Es una cosa blanca hundida en la tierra mojada.

El texto, estructurado evidentemente en términos procedimentales (“funciona” a partir de una sucesión decreciente de fanopeas: esto es, las imágenes que el lenguaje hace producir a la parte de nuestra mente capaz de generarlas),  logra despertar algo en nosotros que tiene mucho de risa, pero también de sombría inquietud. Nos hace sentir que nuestro principal sentido para conocer el mundo –o sea: el lenguaje–, es una delgadísima capa de hielo. Y que en cualquier momento puede quebrarse.

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POEMAS FANTASMAS (Alción Editoria, 2017) de Hugo Echagüe.

Compartimos un poema del breve e intenso primer libro del santafecino Hugo Echagüe, de destacada trayectoria como profesor y ensayista.

ANIMALES.
Queridos y distantes amigos.
Hoy salí al patio y en un vano de
ventana estaba ella.
Me miró mansa y extrañamente con
sus ojos profundos. me quiere o reconoce.
No sé. Algo de eso, supongo.
Son raros, extraños, para nosotros.
Por eso los amamos. Algo
saben y callan.
Preguntamos por ellos y, a veces,
hasta creemos entender su alma,
esos sueños tranquilos o
agitados y
ese entusiasmo loco, desmedido.
No habitan nuestro mundo. Cómo es el suyo,
no lo sabemos. No existe, para ellos, el pasar.
Todo es ahora y siempre.
No saben que se van.
No se lamentan. Miran y nada más.
Siguen volviendo siempre
al mismo lugar,
donde los guardamos,
los cuidamos.  

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CURVA DE REMANSO (caballo negro editora, 2017) de Elena Anníbali.

Cuarto libro de poemas de la cordobesa Elena Anníbali (1979), después de Las madres remotas (2007), tabaco mariposa (2009) y La casa de la niebla, que fue uno de los mejores libros del 2016.

«Pocas veces he visto el riesgo con que esta poeta se arroja sobre el mundo que toca su poesía. ¿Cómo lo hace, cómo hace Anníbali esta gesta gloriosa? Esto persigue al lector y solo su poesía le responde, porque hace lo que debe hacer, ella, Anníbali y su poesía, hacen “las cosas de la gracia”» (De la contratapa de Diana Bellessi)

 

[ …AHÍ LES DEJO ESO… ]

Ahí les dejo eso, porque hay que soltar, dicen
el oscuro trapo de la dicha

ir hacia dónde, mirar, perder,
ser perdido, olvidado,
traicionado, a veces

también

morder la pena

esta casa, verás, estuvo llena de fe

la llenaron de ruido las palomas
sentó sus manos la virgencita celeste
a veces
me dijo cosas o yo
le dije, pidiéndole, no sé
naderías

me fue dado, a veces, sí, también,
el mendrugo del alma, y todo
pareció estar bien
sonreír
ser fresco
pero después, ah, el después

no viene con constancia la dicha

es un pez pequeñísimo de mil ojos, la dicha,
y nada el mar
lo nada, y sabe, y mira mira mira
tu sola mano ansiosa y pobrecita
buscándolo y buscándolo
en la azul eternidad del tiempo

verás al pececito una vez, dos veces,
su iridiscente reflejo, su ser pez entre
los peces, lo verás ir
aquí para allá, comer
las mariposas, llenarse los mil ojos
de sol, romper
el duro y salado oleaje

muy a veces, en sueños, su rosada carne
su pacífica carne
aleteará cerca de tu corazón
pero luego llegará la fiebre
la podredumbre de la fiebre
y el después del después
y tendrás la sed, la sed que no sacia el aguita salada
del mar interminable
tendrás la gran sed
la fiebre

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CABEZA DE BUEY (Lomo Libros, 2017) de Daniel Durand.

Después de varios años de silencio, un nuevo libro de uno de los autores más emblemáticos de la llamada “Generación del 90”. El contraste entre el registro lírico parodizado y un registro más crudo es uno de los ejes del libro. Así el comienzo de “Estado de gracia”:

 

ESTADO DE GRACIA

Dado el estado de gracia en que me hallo
Y nada puede ser dicho sin que brille y aúlle
Una verdad y una hermosura es ella
La luna de arriba, de luminosidad y de alturosidad
La mujer de abajo, carne caliente y divinura…

Bajan de una bitácora todas las instrucciones
para ser feliz y descubrir verdades
que hagan avanzar a la raza,
que la hagan salir del pantano espiritual
y le devuelvan el sentido por el camino primitivo
que llevó al hombre a construir ciudades colgantes
y países de animales de carne…

No, suéltenme, y si ahora digo la verdad?
Y si ahora digo que son todos unos hijos de puta
mentirosos caretas mediocres ganabecas,
punks subvencionados, hijos de lameguitas,
dotados hedonistas, creyentes en la farsa milenaria
impostores incansables…

(…)

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CUESTIÓN DE TIEMPO (Poemanía, 2017) de Mariano Shifman.

Mariano Shifman es Abogado y Licenciado en Letras. El libro está compuesto por 70 sonetos, de los cuales compartimos uno:

LA COMEDIA SOCIAL

Las diarias relaciones laborales
-de nueve a cinco en el octavo piso-
me inclinan al difícil compromiso
de parecer igual a mis iguales.

Debo opinar de divas y pañales,
del trago que me eleva al paraíso;
si me muestro apartado o impreciso,
lo traducen por áridas señales.

No es mi culpa, tampoco es culpa de ellos
que el mundo actual sea obra de plebeyos:
admito mi tenor de oveja de negra.

Jamás suspiro por un nuevo auto;
soy tan extraño, que hoy por hoy me alegra
una nueva versión de Tito Plauto.

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MURCIÉLAGOS AL ATARDECER (Bajo la luna, 2017) de Xi Chuan (traducción del chino de Miguel Ángel Petrecca).  

«Conocí a Xi Chuan en marzo de 2009 –escribe Miguel Ángel Petrecca en el prólogo –, en una lectura en una librería inglesa en el barrio de Sanlitun, en Pekín. Ese día, antes de la lectura, me acerqué para contarle de mi proyecto de traducción de poesía china. Xi Chuan me habló de Borges y de Octavio Paz (…) y al final sacó de su bolso un ejemplar de un libro grueso, de tapas azules, que me regaló. En el prólogo de ese libro, Xi Chuán advertía: “Esto no es un libro de versos, ni un libro de poemas en prosa, ni un libro de ensayos. Estos son los pensamientos extraños de una persona acerca de muchas cosas diferentes.” 
Me acuerdo que ese día Xi Chuán leyó “Mi abuela” y “Crónicas del mosquito” y que pensé, mientras lo escuchaba, que fuera lo que fuera eso (poesía, poemas en prosa o “pensamientos extraños”) sonaba distinto a cualquier cosa que yo hubiera escuchado o leído antes. Era como encontrarse de golpe frente a un objeto de origen incierto, frente a una máquina de finalidad desconocida, impulsada por un extraño motor.»

Van algunos fragmentos de las “Crónicas del mosquito”:

CRÓNICAS DEL MOSQUITO

Diez mil mosquitos unidos conforman un tigre; nueve mil mosquitos conforman un leopardo; ocho mil mosquitos, un orangután inmóvil. Un mosquito, por último, es solamente un mosquito.
(…)

En los intersticios de la Historia, por todos lados se encuentran mosquitos. Presenciaron e incluso participaron de ejecuciones y descuartizamientos, sabotajes y venta de niños; sin embargo, a lo largo de las 25 dinastías, no hay ni una sola mención a los mosquitos.
(…)
La vida de un mosquito, sin embargo, es muy breve, comprendida casi entre un amanecer y un atardecer, o dos amaneceres y dos atardeceres, por lo cual un mosquito, en promedio, llega a ver durante su vida a unas cuatro o cinco personas, o unos veinte o treinta cerdos, o un caballo. Esto explica por qué que los mosquitos nunca han sido capaces de elaborar la noción del bien y del mal.
(…)
Uno de los objetos de mi venida al mundo es ser mordido por los mosquitos. Insertan sus agujas en mi piel, se reúnen en mi sombra a disfrutar del fresco, pierden el conocimiento y mueren en mi respiración envenenada.

En la noche profunda, un hombre tendido en su cama, a medias despierto, a medias dormido, se da a sí mismo una cachetada. No es que esté reflexionando sobre sus propios errores, sino que ha escuchado el zumbido de un mosquito. Cuanto mayor es la fuerza con la que se golpea, más alta la probabilidad de matar un mosquito, más serio parece su mea culpa.
Entonces, ¿en quién se convierte un mosquito después de muerto? Ese hombre que pasa volando histéricamente frente a mí, zumbando, debió ser un mosquito en su vida anterior. Una chica demasiado delgada suele recordarnos también a un mosquito.
(…)

Traerse un mosquito en el avión o en el tren, trasladarlo a una tierra extranjera, puede contribuir a agravar nuestra nostalgia e incrementar nuestra conexión con la tierra. Cada vez que abrimos una valija, un mosquito puede salir volando de su interior.
Los lugares en los que se ha posado un mosquito son indistinguibles, en apariencia, de aquellos en los que nunca se ha posado uno, como son indistinguibles los lugares que un ladrón ha tocado y aquellos que no. Sin embargo, al examinar de cerca las pisadas de un ladrón, por medio de una lupa, se observa la presencia de un mosquito muerto.

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FELICITY (Valparaíso, 2017) de Mary Oliver (Traducción de Nieves García Prados).

Traducción del último libro de una de las más populares poetas norteamericanas, Mary Oliver (n. 1935), ganadora del Premio Pulitzer.

 

SALVO EL CUERPO

Salvo el cuerpo
de quien amas,
incluyendo todas sus expresiones
en privado y en público,

los árboles, creo yo,
son las más bellas
formas sobre la tierra.

Aunque, desde luego,
si esto fuera un concurso
los árboles quedarían
en un extremadamente distante segundo puesto.

 

(EXCEPT FOR THE BODY // Except for the body / of someone you love, / including all its expressions / in privacy and in public, // trees, I think, / are the most beautiful / forms on the earth. // Though admittedly, / If this were a contest, / the trees would come in / and extremely distant second.)

 

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TENER (audisea, 2017) de Robin Myers (Traducción de Ezequiel Zaidenwerg).

Robin Myers nació en Nueva York en 1987. Anteriormente se había traducido en nuestro país el libro Lo demás (Zindo & Gafuri, 2016). 

Tener es una sola sección de 59 poemas consecutivos, todos ellos sin título —dice Lucas Brockenshire—. Un libro cuya intención principal no es establecer los límites de su propia recepción, sino ofrendarnos imágenes de “lo que hay”, sin restringir eso a una locación o a un objeto particular. En esta categoría impersonal, pero material, entran distintos elementos: vivencias diminutas, visiones parciales, recuerdos.”

 

En el mercado al aire libre
un chico vende pollitos,
todos teñidos de un color eléctrico distinto.

Se cuelan fácilmente entre los barrotes separados de la jaula,
y se dispersan, demasiado bobos y chiquitos para ir muy lejos,
pero aun así pían asustados
o victoriosos. Brillan
como algo que se pone en el jardín
por Pascua.

Los rodean objetos de clara utilidad:
bolsas de legumbres, velas, alimento balanceado,
virulanas, carne cocida.

El chico los persigue con las manos abiertas
y los llama por su nombre,
furtivamente,
una confesión.

 

(In the outdoor market, / a boy sells baby chickens, / each dyed a different electric color. // They easily slip out of their loose pen / and scatter, too dumb and small to go far / but chirping fear or victory / nonetheless. They glow / like something laid out in the yard / for Easter. // They are surrounded by things of clear utility: / sacks of beans, candles, pet food, / steel wool, cooked meat. // The boy rushes after them with his hands open / and summons them by name, / furtively, // a confession. )

 

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LITORAL CENTRAL (audisea, 2017) de Diego Alfaro Palma.

Frente al imponente tratamiento del paisaje de Raúl Zurita (océanos, cordilleras, promontorios y cielos escritos) el chileno Diego Alfaro Palma apuesta en este, su segundo libro, por lo mínimo: el detalle de los nombres de los moluscos, las texturas de las piedras y las particularidades de las plantas de la zona, ofreciéndonos lo desconocido del paisaje de su país con el interés del naturalista y la cercanía de un amigo que nos contara algo íntimo y al mismo tiempo universal. Compartimos un poema:

DIMINUTA ESCALA 1:1

Difícil dormir sin esa forma que me dejaste
esa pesca furtiva que hacemos al despertar de improviso
parpadeando como las luces de un árbol de pascua
o es un bosque de linternas en medio del mar
La vi una vez atravesando la línea del ecuador
el barco nos arrastraba a espaldas del viento
tal vez ambos tengamos un amigo dentro nuestro que guarde esos recuerdos
El mío es un niño tímido que juega solo en un jardín
araña la tierra para crear un río falso y siembra cebollas en miniatura
para alimentar a sus soldados
la campaña fue dura y las ramitas de peumo apenas dieron contra la lluvia
el general ha preferido detener todo movimiento hacer una vida civil en la selva
ese niño los observa deambular con sus capas de agua escribir cartas frenéticas
a sus novias de baúl
Pero cuando esos botes y sus linternas nos rodeaban y las olas los iban encaramando
el mundo se volvió una realidad más vasta y submarina
como cuando ambos soñamos con el otro y nos contamos esas vidas en la que
nuestros cuerpos están vestidos.  

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EL PROYECTO OLÍMPICO (Bajo la luna, 2017) de Guadalupe Wernike.

Compartimos el primer poema de este breve e intenso libro de Guadalupe Wernicke, autora de El deshielo (2008) y Con dibujos de la virgen negra (2013), entre otros libros de poesía. Su capacidad de recrear las sensaciones físicas, inmediatas, en el cuerpo del poema es una de las virtudes de su escritura:

Sigue la carrera cuando el cuerpo se distiende
y busca recuperar el potasio perdido en la energía
que cada músculo tomó del aire. Pliego como papel
el cuerpo en dos, las manos largan el peso del tronco
en los muslos, respiro mirando el suelo, la arena ladrillosa
sube por los gemelos y se pega a las astillas
de sudor que hay en mi cara. Más tiempo que la carrera,
tal vez el doble, tarda la garganta en recobrar un flujo propio.
Pero me detengo apenas cinco, seis segundos, después
camino mirando hacia adelante, nunca hacia el lugar
de donde vengo. Camino y respiro con el cerebro vacío.
Sin aire, una esponja. Alguien me da agua.
Muchas veces llora el ojo mientras se recupera, como si velara
al que era antes de salir, antes de que suene el disparo.

  

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OBRA EN VERSO -1985/2017- (Editorial Brujas, 2017) de Ricardo Herrera.

Ciento sesenta y nueve poemas –escritos a lo largo de treinta y dos años– conforman la obra en verso reunida de Ricardo Herrera. Situada al margen de las poéticas más en boga en las últimas décadas en la Argentina, la poesía de Herrera exige un lector atentísimo, capaz de ir lentamente descubriendo el “firme rostro oculto” que lo espera en la intimidad de su poesía. Compartimos un poema:

         6.

        Aunque ya nada espero, noche a noche,
        traída por los sueños sobrevive
        la fuerza del pasado. Eso me basta;
        me basta esa simiente. Si despierto,
        la penumbra de oído virgiliano
        atesora el acorde del paisaje
        que nos tocó vivir: la sierra, el mar,
        las aguas transparentes de un deseo
        que siempre te fue fiel. Nazco otra vez.
        Nace otra vez la forma del poema
        que aprendí de las piedras y las albas.
        Me aferro a ese espejismo de la luz
        y arde el silencio, amor, en ese fuego.

        Adiós. Ya el sueño llama al soñador.

 

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VIAJE SENTIMENTAL (Gog y Magog, 2017) de Sandro Barrella.

“Entre el diario de viaje –dice Verónica Pérez Arango en la contratapa–, la novela de aprendizaje, las memorias apócrifas, la crónica de guerra y el relato onírico, estos poemas juegan en distintos terrenos de discursivos a través de un entramado de citas que se superponen, obsesivamente, como un enorme tejido de voces que lo cubren y mezclan todo. Son “la cinta sin fin del recordar”, donde los viajeros enamorados avanzan por una Italia de tarjeta postal, o encarnan el recuerdo pesadillesco de las ruinas de Bosnia-Herzegovina (…)”. Compartimos un poema

        TEMPESTA

        De nuevo en la habitación
        se quitó el saco y lo dejó sobre la cama.
        Desde el amplio ventanal
        la vista no era tan distinta
        a la de la terraza. Una réplica
        y otra, y otra más la del cuadrito
        sobre la cómoda: el mismo mar,
        el Vesubio de fondo,
        un anuncio de tormenta.

 

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UNA CIUDAD (27 pulqui, 2017) de Anahí Mallol.

“…Mallol construye su ciudad desde una superficie hipersensible –escribe Matías Moscardi–, una epidermis que se eriza ante el menor contacto: «la cicatriz/ que reverbera grave/ como una voz de alerta/ en medio de la noche». La ciudad, en definitiva, como esa otra piel que entra en contacto con la propia, como cuando tocamos un miembro propio adormecido por la anestesia, irreconocible.”

         3.

         (…)
         en esa zona de borde
         esa zona sin nombre
         donde hay más vegetación pero no todavía eso
         que solemos llamar
         naturaleza pero sí
         un cielo algo más limpio una luz
         que brilla como una pequeña esperanza
         de algo más puro menos
         contaminado o viciado o sucio
         en esa zona digo
         había, esta mañana,
         mucha escarcha.

 

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ALTARES SUBURBANOS (En Danza, 2017) de Emiliano Campos Medina.

Primer libro de Emiliano Campos Medina (Buenos Aires, 1978). 

        SANTUARIO

        Un altar puede ser
        el cenicero
        colmado con colillas
        donde el carmín
        delata rastros
        de tu boca.
        Los miro de a ratos
        sobre la mesa de la cocina
        a través del vidrio verde
        de la botella.

 

 

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QUIZÁ FUERA VOLVIENDO (La Gran Nilsen, 2017) de Salvador Biedma.

Primer libro de poemas de Salvador Biedma (Buenos Aires, 1979):

          […TALAN LOS CUERPOS…]

          Talan los cuerpos
           y las palabras
           y sin embargo
          en los muñones del lenguaje
          en los troncos cortados
          secos podemos encontrar
          no belleza
          o belleza.

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ANTOLOGÍA DE POESÍA BEAT (Buenos Aires Poetry, 2017) compilada por Juan Arabia y Mariano Rolando Andrade.

La antología incluye 40 autores de la Generación Beat, como Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Herbert Huncke, Carl Solomon, Anne Waldman, William Burroughs, Philip Lamantia, Carl Solomon, John Wieners, Michael McClure, Gary Snyder, Lew Welch & Diane di Prima, entre otros. Incluye varios de los haikus de Jack Kerouac, de los cuales compartimos algunos. La traducción es de Alan Meller.

         –

        Middle of my Mandala
        —Full moon
        In the water

        El centro de mi Mandala
        –Luna llena
        Sobre el agua

         _   

        Reading the Sutra
        I decided
        To go straight

         Leyendo el Sutra
         Decidí
         Enmendarme

        –

         A long way from
        The Beat Generation
         In the rain forest

         Muy lejos de
         La generación Beat
         En el bosque lluvioso

         –

         I called Hanshan
         in the mountains
        –there was no answer

        Llamé a Hanshan
        en las montañas
       –no hubo respuesta

         –

         The sound of silence
         is all the instruction
         You’ll get

         El sonido del silencio
         es toda la instrucción
         Que recibirás

          –

         Lay the pencil
         away – no more
         thoughts, no lead

         Deja el lápiz lejos–
         no más pensamientos,
         no más guía

           –

          There’s no Buddha
          because
          There’s no me

          No existe Buda
          porque
          No existo yo

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CHANSON BABEL (Buenos Aires Poetry, 2017) de Javier Galarza.

Según una nota publicada en Telam, Galarza “…explora, en una poesía cercana a la filosofía, las formas del exilio y de la ausencia, algunos estados de la conciencia, extrañamientos psicológicos, y modos ficcionales de la memoria. Abundan las referencias a Mandelstam, Celan, Nietzsche, Angelus Silesius o Chuang Tzu”.

       DISOCIACIÓN

       Los procesos de despersonalización
       incluyen insomnio, ansiedad,
       vértigo y extrañeza.
       La sensación de estar viviendo en un sueño.
       ¿Es Zhiangzu soñándose mariposa
       o una mariposa sueña que es Zhiangzu?
       Enseña el Tao que el cielo es permanente
       y la tierra durable.
       Ambos perduran porque no viven para sí mismos.
       Para preservar algo es mejor no aferrarse.
       Todo filo se desgasta.
       Cuando oro y jade cubren el vestíbulo,
       más fácil es arrebatarlos.
       Los bienes y los honores acarrean la destrucción.
       Cuando hay puertas y ventanas en una casa,
       es el espacio vacío
       lo que nos permite atravesarlas.
       Quien sabe, actúa sin actuar
       y enseña sin palabras.
       Esto enseña el Tao del cielo.

 

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FRONTERA (Vilnius, 2017) de Diego Brando.

“Frontera de Diego Brando –escribe Diego L. García– propone un sujeto testigo de sí mismo, que decodifica sus sentidos en contraste con la lluvia, la luz de los artefactos eléctricos, el ladrido de los perros. «En mi refugio», dice al comenzar el cuarto poema; refugio de quien da nombre a lo que acontece alrededor. Una mirada de frontera entre sueño y vigilia, algo proustiana, donde el mundo trama sus engaños”.

        1

       El aromo deja
       una hoja más
       en la oscuridad
       de la mañana.
       ¿Puede discernir
       quien contempla
        entre el cielo
        y el suelo
       correctamente?
       Mis ojos recorren
       la posible línea
       de separación,
       tratan de percibirla
       y de trazarla.
       La madrugada
       puede ser eso:
       una hoja que cae,
       alguien
       que intenta comprenderla.

 

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POEMAS CON BICHOS (Ediciones del Dock, 2017) de Patricia Severin.

Esta es la tercera edición del poemario que obtuvo en 2001 el premio de poesía del Fondo Nacional de las Artes. Joaquín Giannuzzi escribió para la primera edición: “La fuente inspiradora de ésta poesía es un universo específico donde el reino animal actúa como protagonista en oposición a la voz y la vivencia de la autora. Sus criaturas son contempladas y pensadas emocionalmente como existencias próximas y descritas con serena objetividad. Pero debajo de esa superficie de vívidas apariencias laten el sentimiento de extrañeza y presencias de secreto sentido. Frente a ellas la palabra de la poeta asume la condición dramática de lo humano y, particularmente, de la mujer, en la medida que el referente concreto es su propia persona y su visión desolada de la vida (…) La escritura lírica de Patricia Severín revela un registro formal dotado de sobriedad y concisión, así como un diestro manejo de imágenes ricas en inventiva. Sustraído a todo ademán ornamental, el lenguaje, de abierta trama expresiva, ilumina los significados con intensidad manifiesta otorgando a las variadas figuras de la temática, una claridad en estado de constante eficiencia poética”.

      Un terremoto pasó por su cuerpo
      no se sabe cuando
      de repente tenemos los escombros
      un colapso que estalla en todas direcciones
      como si alguien

      prolijamente
      seccionara sus partes
      y las dejara así
      sangrantes
      y a la vista

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EL LIBRO DE HORAS (Bajo la Luna, 2017) de Laura Forchetti.

Este poemario obtuvo el primer premio del Fondo Nacional de las Artes 2016. Según cuenta la autora, ella hizo un curso de observación de pájaros y allí le recomendaron la lectura Aves del Plata, el libro de Hudson: “Este hombre no está describiendo pájaros, está hablando de otra cosa. Cada uno de esos textos son como poesía”, plantea Forchetti y, como podemos ver, hay algo de esa misma búsqueda en lo que ella escribe.    

        DEVOCIÓN

        la rosa rosa
        gemela
        de aquella que trajo
        semana santa             

                         florecida en la arena
                         desplegada
                         para la bienvenida
                         cuando no sabíamos nada
                         de los milagros del patio

         la promesa de su capullo

         amaneció

          mordida por los caracoles

          lamparitas de carnaval
          andarán
          iluminado de rosa
          el cuerpo transparente

          pero si espero
          cuatro días
          veré:
          abierta
          espléndida su mitad sana
          ofrecida a mayo
          como una virgencita
          de los abandonados

          el romero
          a sus pies
          por ejemplo

          que suceda algo
          con la tristeza
          pide

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BICHOS (Bajo la Luna, 2017) de Mirta Rosenberg y Ezequiel Zaidenwerg.

El libro propone un diálogo entre un joven, apasionado –aunque por momentos descreído de sus propios sentimientos–, y una mujer de mayor experiencia. La forma de ese diálogo es la de poemas sobre insectos, anélidos y arácnidos. El joven escribe sonetos: admirables construcciones verbales, mientras que, contrapuesta, la otra voz se vale de recursos similares (sobre todo la rima) para señalar resquicios, posibles enfoques alternativos. En el cruce nace mucha de la poesía de este libro, cuidadosamente ilustrado por Miguel Balaguer y Valentina Rebasa.

          ALACRÁN (ZAIDENWERG)

         El alacrán carnal, el de la espalda
         del brazo con puñal, ¿soy yo? ¿sos vos?
         Dos alfileres romos en un cos-
         turero es lo que somos. Al final, da

         igual –si el mundo es un dedal, pañuelo
         de metal, de batirse a duelo. A cada
         cual su alacrán, su lacra nacarada,
         pero la nada y su aguijón –sabelo–

         son señuelo y carnada. Hacete fan
         del alacrán –su don, su impar talento:
         hipnotizar con la ficción del cuento
         pendiente.  Y no te miento:  el alacrán

         frente a los dos suspende nuestra historia,
         vaivén del burro ante la zanahoria.

 

         TU ALACRÁN (ROSENBERG)

          Aquí termina el deseo 
                                                     aquí
          se vuelve feo y se va
          con el alacrán—un bicho con A—
          que elimina la ansiedad
           y esa rabiosa necesidad.
                                   El puñal de ustedes,
           el que les presta ese bicho,
           acaba con el gualicho y sirve
           para cortar las redes
           que a los dos tuvo sujetos.

           Nadie quiso ser objeto.

           El deseo en los bichos,

                                   amigos míos
            aunque no me fío sirve para encarnar
                                                                               la historia

            Como siempre, no se sabe
            lo que es más importante:
            en el juego del amante
            quién fue el que hizo de burro
            y quién fue la zanahoria.


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