LEYENDO

Algunos libros recientes (abril 2021)

Algunos libros recientes (abril 2021)

DEL MODO DE DIRIGIRSE A LAS NUBES Y OTROS POEMAS (Editorial Serapis, 2020) de Wallace Stevens. Edición bilingüe, prólogo, notas y versión de Gervasio Fierro.

por AC

Hay que leer y releer siempre a Wallace Stevens. Es sin ningún lugar a dudas uno de los poetas que mejores caminos abrió para la poesía del Siglo XXI (por otro lado, el peligro es evidente, y su nombre es legión: poemas artificialmente raros, que nos parecen meras extravagancias en vez de convencernos –como nos convence Stevens– de que esa extrañeza da cuenta de la originalidad de una mirada). La antología trae 46 poemas que Stevens escribió entre 1915 y 1923, publicados en distintas revistas y que terminarían siendo parte de su primer libro, Harmonium. La antología viene con una excelente introducción, mezcla de semblanza biográfica y crítica literaria, donde se cuenta por ejemplo que cuando Stevens se casó con una mujer que estaba por debajo de las expectativas socioeconómicas de su padre, este rompió relaciones con él hasta su muerte. La traducción en sí, como el mismo traductor dice que necesariamente sucede siempre cuando se traduce poesía, tiene momentos más y menos logrados, pero configuran en conjunto un trabajo excelente. No es fácil traducir a Stevens, de hecho es dificílismo, pero esta antología logra dar cuenta en castellano de mucho de su singular encanto.

Compartimos tres poemas:

ANÉCDOTA DE LAS CAÑAS

Enormes son las cañas en los sueños de
X, el pensar poderoso, el hombre poderoso.
Llenan la terraza de su capitolio.

          Su pensar no duerme. Y aún así el pensar que despierta
          en el sueño tal vez nunca encuentre otro pensar
          u otra cosa… Ahora viene el amanecer…

          X pasea por las húmedas piedras,
          observa las cañas con una mirada apagada,
          observa y entonces continúa observando.

 

ANECDOTE OF CANNA 

 Huge are the canna in the dreams of
 X, the mighty thought, the mighty man.
 They fill the terrace of his capitol.

          His thought sleeps not. Yet thought that wakes
          In sleep may never meet another thought
          Or thing….Now day-break comes…

          X promenades the dewy stones,
          Observes the canna with a clinging eye,
          Observes and then continues to observe.

 

VELA DEL VALLE

Mi vela ardía sola en un inmenso valle.
Los haces de la enorme noche convergían en ella,
hasta que sopló el viento.
Entonces los haces de la enorme noche
convergieron sobre su imagen,
hasta que sopló el viento.

 

VALLEY CANDLE

My candle burned alone in an immense valley.
Beams of the huge night converged upon it,
Until the wind blew.
Then beams of the huge night
Converged upon its image,
Until the wind blew.

 

TATUAJE

La luz es como una araña.
Camina sobre el agua.
Camina sobre los bordes de la nieve.
Camina bajo tus párpados
y ahí despliega sus redes:
sus dos redes.

Las redes de tus ojos
están sujetas
a tu carne y tus huesos
como a vigas o hierba.

Hay filamentos de tus ojos
en la superficie del agua
y en los bordes de la nieve.

 

TATOO

The light is like a spider.
It crawls over the water.
It crawls over the edges of the snow.
It crawls under your eyelids
And spreads its webs there–
Its two webs.

          The webs of your eyes
          Are fastened
          To the flesh and bones of you
          As to rafters or grass.

          There are filaments of your eyes
          On the surface of the water
          And in the edges of the snow.

 

***********

 

NUESTRA SOMBRA VOLCADA EN EL RÍO (agua viva, 2020) de Washington Atencio.

por EGC 

Nuestra sombra volcada en el río de Washington Atencio es todo lo que se desdibuja y todo lo que se acerca a su propio confín. No hay otra cosa sino lo efímero. Y en la continuidad de los días, de pronto la conciencia de la frontera física o temporal se levanta como una amenaza: “El filo / más peligroso: / la sombra de un cuerpo”.

Aquí el agua no refiere solo a la de la corriente: hay piletas olímpicas, lagunas y mares, hay esperas que se parecen a los instantes previos a la lluvia y, en sueños, hasta el asfalto es un río. Cada forma del agua, sea quieta o móvil, imagen de la tensión o la calma, evoca lo que puede vadearse, franquearse, lo que no es sólido, aunque la aspiración íntima sea otra, la del hueso o la semilla: “Deseo ser esqueleto, sostenerte / en pie frente al derrumbe / pero soy piel / carne / tendón apenas”.

¿Y qué tan duradero es un cuerpo o el amor entre dos, y en última instancia importa? Encuentro la respuesta en “Migrar en dorado”, que me maravilla por el término de la comparación: el cuerpo amado dura menos que la miel: “Cuando al fin / la miel nos sobreviva / volveremos como abejas”.

NUESTRA SOMBRA VOLCADA EN EL RÍO

Abro bocas
rompo el aire con la lengua
lanzo todas las chispitas.

Él me mira
me contiene con los ojos.

Cruza el río
a lo lejos un caballo.
La llanura lo verdea.

En la tarde busco el cielo
lo acaricio
lo revuelco
me deshago.

Agua estalla en la laguna
otro mar nos da respiro
otro río me atraviesa.

 

GALOPE CIEGO

Entierro todas las miradas
semilla por semilla
para que puedas nacer.

Vengo del calor
pero aprendí a desconfiar
de la calma.

El frío
otra palabra.
El mar
lengua que se arrastra.

Con la boca sumergida en tierra
gritás trigo, cuchillo, fogata.

Latido seco
voz que se anuda
en tu camisa.

Agarrado a las crines de un recuerdo
beso párpado y horizonte.

Te sueño como se aguarda la lluvia.

 

***********

 

EL INFIERNO ES UNA BESTIA CALLADA Y TRISTE (Editorial de todos los mares, 2020) de Diego Roel.

por PB

El infierno es una bestia callada y triste reúne los libros Dice Jonás, Vía Lucis y Kyrios, de Diego Roel. Todos los poemarios tienen algo en común: están escritos en primera persona a partir de voces místicas que se preguntan por el sentido, la pertenencia y el nombre. En cuanto al diseño de interior, podemos ver grabados sutiles en blanco y negro. Esta trilogía es un desierto en el que quizá alguien se puede encontrar con Dios.

Dice Jonás, el primero de los libros, tiene un prólogo de Inés Aráoz de 2019 que lo describe como “una piedra al rojo vivo”. Debido al tema, el universo de palabras que se pone en juego para dar cuenta del infinito, la soledad y lo diminuto, está relacionado con el mar. Además de estar en permanente diálogo con el Libro de Jonás, a través de citas directas e indirectas, Roel separa sus poemas con dos títulos que subrayan esta búsqueda: “El pozo” y  “El ermita”. 

Vía Lucis, el segundo libro, comienza con una voz femenina y aborda el tema de la comprensión y la videncia. Si en un primer momento nos parece que habla un espíritu, alguien sin cuerpo material, en el medio aparecen tres cartas dirigidas a personas con nombre y apellido: Richardis von Stade, Bernardo de Clairvaux, Gibert de Gembloux. Hacia el final, el escritor detalla una biografía y comprendemos que se trata de la voz de Hhildegard von Bingen, una santa, poeta y vidente alemana nacida en 1098, y una de las figuras más fascinantes de la Edad Media.

El tercer libro, Kyrios, comienza con una cita de Rimbaud, el poeta vidente. Al recorrerlo, descubrimos que Roel encadena, esta vez, una serie de voces de diferentes ermitaños y santos, cuyas identidades están especificadas en los títulos, para contar poéticamente sus historias.

En su conjunto, la trilogía propone un coro que anuncia algo trascendente en versos que parecen flotar sobre las cosas. Si buscan poesía objetivista, El infierno es una bestia callada y triste, no es para ustedes. Pero si, en cambio, tienen interés en leer poesía mística con fundamento histórico que les abra puertas a la vida de distintos santos, la propuesta de Diego Roel puede abrir algunas cuantas. Sobre todo Kyrios, que en ese sentido, es el más logrado. Gerardo Burton nos cuenta en su epílogo, a propósito de Kyrios, que “los poemas de este libro se refieren a ese momento en que los cristianos iban a dejar de ser perseguidos…”. Nos dice también, que eligieron formas de vida acordes, cenobitas, ascetas, eremitas, estilitas, monjes, para practicar la oración y el ayuno y trabajar en labores comunitarias: “para ellos el desierto dejó de ser el lugar maldito y se convirtió en sitio privilegiado para el  encuentro con Dios”.  

LENGUA IGNOTA

Pero,
¿cómo decir al mismo tiempo
que cuerpo que madre que padre
que madre que cielo que puerto del aire
que cielo que luz dorada del padre
que pozo que madre que cuerpo del padre
que padre que dios que cielo que madre
que madre que luz que pozo del aire
que cuerpo que luz que cuerpo que luz
madre?

¿Cómo decirlo?

 

**********

 

APROVECHEMOS QUE HAY UNA FUENTE (Huesos de Jibia, 2020) de J.R. Wilcock – Edición bilingüe con traducción de Guillermo Piro.

por AC

Juan Rodolfo Wilcock nació en Buenos Aires en 1919, y hacia mediados de 1950 había escrito seis libros y se lo consideraba uno de los poetas más importantes de su generación, y era un colaborador habitual de la revista Sur, amigo de Borges, Silvina Ocampo y Bioy Casares, etc. De manera un poco abrupta, abandonó entonces el país y se fue a vivir a Italia, donde vivió hasta su muerte en 1978 y publicó en italiano el resto de su obra en prosa y en verso. La edición italiana de su poesía completa (editada por Adelphi en 1980) se cierra con un apartado de poesía escrita en italiano que al momento de la muerte de Wilcock permanecía inédita: son los 25 poemas que presenta este necesario libro, en el que muchos de ellos se publican por primera vez traducidos al castellano.

La traducción da cuenta de buena parte del envión que anima a los poemas, pero se pierde mucho de su cuidada construcción rítmica (el poema que compartiremos, por ejemplo, en italiano es en endecasílabos). Pero ya se sabe: es fácil señalar problemas en una traducción, es muy difícil traducir poesía. Presentamos como marco unas páginas del Borges de Bioy Casares, y luego el poema que abre el libro:

[1963. Miércoles, 23 de octubre: Comen en casa Borges y Livio Bacchi. Livio trae un poema, manuscrito, de Wilcock, en italiano, titulado «Al fuoco»:

 

Fuoco, compagno, caro amico dell’ombra,
ardi e ti spegni e grazie a me riprendi,
te disperato che bruceresti il mondo
e qui da solo bruci te stesso…

 

BORGES: «La primera reacción después de leer un poema que a uno le gustó mucho es el proyecto de escribir pronto ese mismo poema».]

Y acá entonces justamente ese poema, el primero de Aprovechemos que hay una fuente, en la versión de Guillermo Piro y en italiano:

AL FUEGO

Fuego, compañero, querido amigo de la sombra,
ardes y te apagas y gracias a mí revives,
desesperado que harías arder al mundo
y aquí en soledad te consumes a ti mismo,
recogido en ti mismo como la desdichada al alba
cuando enciende la pira de cada día
y se ofrece lenta sobre las brasas.
Hijo del relámpago ahora eres hijo del hombre,
hay que alimentarte, gato rojo.
Vuélvete tigre, huye, crece, devora
todo si tienes tantas ganas, haznos cenizas,
que cada uno por su fuego solitario
sea mordido, embellecido, y hecho llama
se reúna con el fuego originario.

 

AL FUOCO

Fuoco, compagno, caro amico dell’ombra,
ardi e ti spegni e grazie a me riprendi,
te disperato che bruceresti il mondo
e qui da solo bruci te stesso, in te
raccolto come la derelitta all’alba
quando accende la pira di ogni giorno
e si dà in pasto sulla brace lenta.
Figlio del lampo ora sei figlio dell’uomo,
bisogna alimentarti, gatto rosso.
Diventa tigre, esci, cresci, divora
tutto se hai tanta voglia, facci ceneri,
che ognuno dal suo fuoco solitario
sia morso e fatto bello, fatto fiamma,
si congiunga all’incendio originale.

 

***********

 

ÁRBOLES (el surí porfiado, 2020) de Tomás Watkins.

por EGC

En el centro figurado y literal del paisaje neuquino que traza Árboles de Tomás Watkins (Neuquén, 1978) está Macky Corbalán. También está en las orillas, a cada ribera: en la dedicatoria del libro y en la cita que le da cierre. Entre Macky y Macky, el paisaje que crea el libro no permanece quieto y, en el ojo observador, es capaz de darle forma a todo: desde el pasado donde la infancia es “un país extranjero” o “un paisaje primordial” hasta el cuerpo del que se dice “[f]uiste río”.

Los árboles, además, se multiplican, van apareciendo aquí y allá en el camino. Y cada árbol de Árboles pareciera entrañar una paradoja, ser sede de un misterio que preexiste a la palabra o coexiste con ella en un mundo en el cual escribir es arriesgarse a lo monstruoso porque “la escritura de una lengua, / crea un monstruo inferior / al silencio”. Se nos advierte también sobre el riesgo de perder la dirección: “Sentido pintado blanco: / no entiendas. […] No entiendas, escuchá: / el sentido aparece al oído”. Ahí mismo, en el poema “Una para el camino”, está enunciada una poética que orienta la lectura. Como en sendero de montaña, pienso yo, se pinta una muesca blanca sobre una corteza cualquiera para guiar a quien avanza.

LA ESCRITURA DE UNA LENGUA

En tiempos de paz, todo cuerpo
que detiene la experiencia y pulsa
la escritura de una lengua,
crea un monstruo inferior
al silencio.

Es sabido, mas
prosigue:
cada acto puede expandirse
con la forma de otro, distante,
sobre todo interés. La

Palabra; pequeña
acción fuera de la contienda
madre. No es lo dicho,
porque madre indica sangre
y tolera que Platón la llame perra
y pudre siglos, y
perdona.

El círculo reanuda el movimiento.

 

LA CLAVE DE TODO

El silencio del árbol
dice. Su consejo es
la contradicción:
hay que aferrarse.

 

NO NEWS GOOD NEWS

El increíble mundo siempre
donde basta con subir.
Hay una puerta, cualquiera,
siempre atestada. Dos
quieren pasar al mismo tiempo
y chocan; son lo mismo.
La lírica es un viejo artefacto
reproductor de nuevos problemas.

El ruido frío y la mente
baraja razones, anticipa respuestas
para combatir el miedo original,
a pleno goce del dolor que dan
las mismas dudas adheridas
a los años. Mientras,
yo, apunto:

explotar

 

***********

 

MALLEUS MALEFICARUM (2020, Huesos de Jibia) de Marta Algañaraz

Marta Algañaraz (1973) es arquitecta y docente en la FADU UBA. También trabaja en la Ex ESMA y forma parte de la Comisión “Memoria, verdad y justicia”, de Zona Norte. Ha publicado artículos en diversas revistas de arquitectura, indagando el par Arquitectura y Memoria. Como poeta, anteriormente ha publicado Nihil Obstat (Huesos de jibia, 2014).

Compartimos dos poemas del libro:

 

EL MAGO Y SU SILUETA 

Como telón de fondo
mil árboles se enredan
para que tu perfil se recorte
para que la cadencia de tu movimiento
parezca una danza,
en un mohín intelectual.

Cierre del primer extenso acto.
El personaje que te habita
actúa sin falla.
En este teatro
la comedia cambia
según avanzan las escenas.
El secreto es no salirse del guión.

Tu libreto dice: ¡Jueves!
Tu vestuario inequívoco: Negro.
En este acto: ¿Cómo será
ser el pliegue de tu codo?
¿Y el poro de tu mano derecha?
Cuando se mueve, cuando escribe una línea,
cuando queda suspendido así en un punto.
El sol corrigió el reflejo y la proyección.

En este próximo acto:
la sombra rasante en tu espalda.
¿Cómo será ser el músculo que se tensa
para que tu brazo se extienda
a la punta de la mesa
como si nunca la hubieses visto?

Así como una exhalación oscureció.
Tan socia del fin de un pasaje
que comienza con calidez y alentador
que continúa vislumbrando agujeros
que se cierran, y se afinan.

Hasta la no luz, el no blanco.
como el vestuario
tan pariente del espectador
tan final de jueves.

 

LA SACERDOTISA

En un lugar indebido,
rama con rama
tramado perfecto
geometría imperfecta:
un nido muerto,
para siempre destrozamos el tórax
desenredamos los músculos
deshilachamos las arterias y las venas.
Entonces en su lugar
anidará
una paloma

 

***********

 

ELIS O TEORÍA A LA DISTANCIA (2020, el surí porfiado) de Lucas Margarit.

 Lucas Margarit (1966) es poeta y profesor e investigador en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado libros de poesía (Lazlo y Alvis, El libro de los elementos, entre otros) y de ensayo (Samuel Beckett. Las huellas en el vacío, Leer a Shakespeare: notas sobre la ambigüedad). Sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, catalán e italiano. Dice Dolores Etchecopar en el prefacio: “Leemos que elis dice, encuentra, mira, talla, grita, cierra los ojos, es viejo. Escrito en minúscula: elis, como si no fuera un nombre propio sino un pronombre múltiple que cambia según la distancia que lo interpela. Él, yo, tú, elis viene de lejos, peregrino de un sí mismo roto, de «una distancia inhóspita entre la caricia y el abandono»”.

Compartimos dos poemas de la sección “la distancia o el resto”

II

abrí los ojos
y estaban mis manos
apretando todavía
tus manos
en mi cuerpo de pájaro y de piedra
de huesos húmedos
que gritan más profundo
como una marea blanca que se deshace
entre los dedos secretos de un fauno
que descansa

 

IV

en mi espalda tu barba
se desliza y se detiene
se modifica
mi cuerpo ya no implora
se sumerge ciego entre
las imágenes de un sacrificio
sin sangre

 

***********

 

EXCURSIONES (2019, Detodoslosmares) de Silvio Mattoni.

Silvio Mattoni (1969) es poeta, traductor y profesor de estética en la Universidad Nacional de Córdoba. Ha publicado numerosos libros de poemas, los más recientes Tanatocresis (2018) y La buena suerte (2019). Como traductor se ha dedicado a trasladar al castellano libros de Bataille, Bonnefoy, Quignard, Valéry y Mallarmé, entre otros.

Dice Carlos Surghi en la contratapa: “Excursiones fue en su momento –y ahora en su reedición, doce años después también– el libro del presente inmediato en el cual la voz de Silvio Mattoni se hundía en lo que vivía sin cuidado alguno, tal vez, dejándose arrastrar hacia la sorpresa de lo íntimo, novelizando el verso, como acaso Novalis quiso romantizar la vida.”

Compartimos dos poemas de la sección “paseo”:

MUCHAS BALDOSAS rotas, mínimas obras
abandonadas por la mano alegórica
del tiempo. Con el pie derecho empujo
el eje trasero del coche y saltamos
sobre los obstáculos. En seguida llegamos
a la vereda lisa de la iglesia:
la regularidad de las estrías
produce un traqueteo que nos gusta.
El ritmo de dos torres de cemento
dispersa diagonales que cortamos
con nuestras ocho ruedas. ¿Será neogótico
ese anhelo precario de levantar la cruz
en una aguja de hierro? “Bu, bu,bu”,
tu dedo índice señala un perro
y te das vuelta para compartirlo.
Tenés razón: en estas construcciones
no hay sentido ni estilo. Pero un cuerpo
humano o animal se da con gracia
destacada sobre las casas bajas y los pobres
intentos de hacer algo duradero.
Justo enfrente del atrio, no pude evitar ver
un pichón aplastado pululando de hormigas.
No te lo muestro, ni lo verías, solo
te interesa lo vivo. De un altísimo nido,
¿lo tiró un accidente o fue expulsado?

 

LAS MEGALOMANÍAS me acompañan
como si todo el tiempo fuera mío.
Soñé que estaba en un país lejano
y junto a dos amigos, que no puedo
reconocer, cazábamos ranas arborícolas.
Brillaban verdes, intensas, en las ramas
más altas de unos ficus, unos siempreverdes,
paraísos y plátanos, con largas cañas
las bajábamos. La bolsa estaba llena,
pero no se movían, eran un alimento
pacífico, como frutas. ¿Soñás
vos con perros, caballos, gatos,
o te acordás de los sapitos en el campo
y la alegría, los saltos que te contagiaban?
Son como versos, creo, uno los pesca
pero no los inventa. “Dónde está el ‘po’?
¿A dónde están los ‘po’ escondidos?”, te dijo.
Y te das vuelta y contestás: “Po, po…”
Para que riéndonos busquemos juntos
a esos misteriosos saltarines que no viven
en este barrio. Pero si a la noche
nos iluminan titilando, croan
a nuestro lado mientras caminamos,
¿cómo es posible que no existan? Te digo:
“vas en el coche, recostada, tranquila,
pero sabés que todo es un trayecto
entre cosas y seres que de pronto
dejamos atrás para poder besar
y comernos su luz en la memoria”.

 

**********

 

LOS PEBETEROS EXÓTICOS (ediciones blanco móvil, 2020) de José A. Ferraté.

por AC

Los nombres de Laura Crespi y Eduardo Ainbinder aparecen al pie de la introducción de este libro que es una redición del único libro publicado por José Antonio Ferraté (1900-1980). De filiación modernista, me sedujo este extraño poema:

LOS ELEFANTES SAGRADOS DE SIAM       

Desnudos siameses del blancos turbantes,
de sudadas carnes, de miembros cansados,
arrean tres tropas de diez elefantes…
A treinta elefantes blancos y sagrados.
Vienen de muy lejos, van a paso lento.
En los ojos vagos de los paquidermos
titila la lumbre de un vago tormento;
hay sueños cautivos y ensueños enfermos.

Y marchan. Y marchan. Ya no van erguidas
como ayer las trompas de viril dureza…
Marchan, marchan, marchan… las testas caídas
presa por sopores de mortal tristeza.

Porque ya han perdido, sin renunciamientos,
la heredad solemne que nacer los viera…
la canción errante de los cuatro vientos…
el llamado sordo de la atroz pantera…

Perdieron la tierra que les dio frescura;
la hermandad del ave, de la flor, y el cielo
el rumor inquieto de la selva oscura
y la estrella amiga que brindó consuelo.

Ahora llevan muerta luz en las pupilas;
de extrañas ciudades inmensas visiones;
de noches sin sueños, llamas intranquilas…
cansancio en los miembros; muerte en los tendones

Sentirán mañana con los nuevos días
la mortal tristeza de las cosas idas
y serán más crudas las melancolías
si los sueños traen caricias perdidas…

¿De qué valdrá entonces la sonriente aurora?
¿Qué dulzor daría la fragancia incierta
de los raudos vientos si algo en sí nos llora
la ilusión truncada, la esperanza muerta?

…Los cielos se han vuelto color de turquesas…
a mágica noche su sombra aletarga…
Prosiguen, en tanto, las dolientes presas
La marcha que asola, fatigosa y larga…

Y mientras prosiguen cuitadas y en yuntas
el largo camino que hacia Ayuthia guía
se inclinan las trompas cual mudas preguntas
que encierran del alma, la melancolía…

 

*********

 

EN EL PÉNDULO (Alción 2019) de Alicia Vincenzini.

Alicia Vincenzini nació en Santa Fe en 1967. Es bioquímica e integra el grupo de escritoras Traza. En el péndulo es su segundo libro (tiene uno del 2020, también publicado por Alción, titulado No sé qué hay). Compartimos el segundo poema:

UN POEMA NO ALCANZA

Si se escribe en el cuerpo
puedo escribirlo en mis versos

tantas palabras que tocan mis sueños
                     mis huesos

si duelen     si marcan
si encienden     si faltan
no las guardaré en silencio

serán una ofrenda
confeso secreto
un grito en la noche

tantas palabras por decir
que un poema no alcanza.

 


RELACIONADAS