Traducción y nota de Mirta Rosenberg y Daniel Lipara
Alice Oswald[1] nació en 1966 en Reading, Berkshire. Estudió en Oxford, donde se graduó en Letras Clásicas. La novelista Jeanette Winterson la considera la heredera directa de Ted Hughes por la presencia de la naturaleza en sus poemas, pero hay más que eso: el enfoque de Oswald tiene también una deuda con la poesía de Anne Carson por su deseo de actualizar los clásicos al Siglo XXI. Sus clásicos están escritos en un inglés urgente; más que una traducción son una translucencia. Ella misma dice que no traduce del griego sino a través de él, abriéndole en inglés puertas y ventanas para que nosotros los lectores podamos ver algo de lo que Homero vio. Este libro, Memorial, escrito en 2011, es una suerte de cementerio oral lleno de muertos no protagónicos de la Ilíada de Homero. Después de cada muerte, un símil repetido trae el eco de la lírica pastoral. Esos símiles son también un eco del terror de la batalla y subrayan la violencia constante de la naturaleza. El símil cumple una función coral, mientras que las pequeñas biografías recuerdan el carácter vocativo, o mejor aún invocativo, de la Ilíada. Todo está cambiado de lugar, salvo los muertos, que caen a tierra en el mismo orden que en el original. Dice Oswald: “Procuré traducir la atmósfera, no el relato completo. Los críticos antiguos alabaron la enargeia de la obra, que significa algo así como brillante, insoportable realidad. Es la palabra usada cuando los dioses vienen a la tierra, pero no disfrazados, sino como ellos mismos. Mi versión trata de recuperar la enargeia del poema: elimina su narrativa, tal como uno podría levantar el techo de una iglesia para recordar qué es lo que está venerando”. La vida, en Homero, es un breve fulgor cegador. Oswald lee la Ilíada transformándola en el relato de muertes mínimas sin la crueldad de la épica, sin exaltar el heroísmo ni la gloria de la guerra sino el espíritu elegíaco del lamento. Convierte la crueldad en un impulso humanista. La muerte de estos pequeños personajes hace que la guerra de Troya sea cualquier guerra. Y nos insta a no olvidar –a no ser indiferentes– a la grandeza de las pequeñas muertes, a las que Oswald confiere tanto valor como a la muerte de los grandes héroes.
Nuestra traducción intenta respetar el objetivo ético y el propósito estético que viven y respiran en esta excavación de Homero. Aferrándonos al aura clásica del castellano (Protesilao… se precipitó a la oscuridad), lo exigimos para llegar al Siglo XXI, forzando el anacronismo cuando lo hace Oswald, por ejemplo en la muerte de Héctor, quien vuelve a la batalla corriendo como un hombre que dejó su moto en marcha.
El Reino Unido, a diferencia de los Estados Unidos, es un país pequeño con una tradición hiper condensada. Oswald asume esta tradición y además escribe sobre lo que sabe. Esto que hace con Homero es aquello que estudió y lo que vivió desde el lenguaje poético. Todo su discurso sobre las plantas, por ejemplo, está relacionado con su trabajo como jardinera. Vive en Devon con su marido, el dramaturgo Peter Oswald, y tres hijos adolescentes, y ha escrito, entre otros, un libro que se llama Dart, el nombre del río que atraviesa Devon hasta llegar al mar, y en él reproduce como un rumor las voces de la corriente, de todos los que trabajan y viven en sus orillas, sin reparar en los blasones de la aristocracia rural. Ella misma nada en el Dart en todas las épocas del año.
MEMORIAL [FRAGMENTOS]
El primero en morir fue Protesilao
un hombre concentrado que se precipitó a la oscuridad
dejando atrás la tierra con cuarenta barcos negros
con él fueron los hombres desde esos riscos encendidos por las flores
donde el pasto deja que todo crezca
Píraso Itón Pteleo Antrón
murió en el aire, cuando saltó para encabezar la lucha
su casa quedó a medio hacer
de ella su esposa salió corriendo y arañándose la cara
su hermano Podarco mucho menos valeroso y decidido
tomó el mando pero eso fue hace mucho tiempo
ahora ya ha estado en la negra tierra durante miles de años
Como un murmullo de viento
empieza un rumor de olas
una larga nota se hace más fuerte
el agua exhala un profundo suspiro
como tierra que ondula cuando el viento oeste atraviesa un campo
deseando y buscando
nada que encontrar
los tallos de maíz mecen sus cabezas verdes
Como un murmullo de viento
empieza un rumor de olas
una larga nota se hace más fuerte
el agua exhala un profundo suspiro
como tierra que ondula cuando el viento oeste atraviesa un campo
deseando y buscando
nada que encontrar
los tallos de maíz mecen sus cabezas verdes
Simoesio nacido en las orillas del Simoente
hijo de Antemion su madre una pastora
que aún seguía a las ovejas cuando dio a luz
un joven soltero ágil y promisorio
fue enfrentado por Ajax en el noveno año de la guerra
y murió mientras corría atravesándose sobre su lanza
la punta pasó limpia a través del pezón
y salió por el omóplato
se derrumbó al instante un indecible dolor para sus padres
Como un hombre da un paso atrás
al ver una serpiente casi bajo su pie
en un zanjón de brezo
el miedo le estremece las rodillas
lo deja pálido da un paso atrás
Como un hombre da un paso atrás
al ver una serpiente casi bajo su pie
en un zanjón de brezo
el miedo le estremece las rodillas
lo deja pálido da un paso atrás
El sacerdote de Hefesto
con la cara caliente de mirar las llamas
rezaba cada mañana el mismo rezo
por favor Dios respeta mi rango
protege a mis hijos fegeo e ideo
calma sus caballos álzalos
fuera de la lucha livianos como cenizas
Hefesto lo escuchó pero no pudo
retener a esos muchachos audaces
que cabalgaban demasiado rápido por el campo de batalla
se toparon con una lanza en vuelo
y como una puerta levadiza que se cierra
el inexplicable Hefesto
arrancó de allí a uno
y el otro murió
Como nieve que cae como nieve
cuando los vivos vientos agitan las nubes en pedazos
como aleteos de silencio que se apuran
a poner fin al follaje con que la tierra se decora
Como nieve que cae como nieve
cuando los vivos vientos agitan las nubes en pedazos
como aleteos de silencio que se apuran
a poner fin al follaje con que la tierra se decora
Pándaro hijo de Licaón tenía una esposa en su casa
en su alta casa en las colinas de Ida
era capitán de Zelea y con sus hombres
solían beber el agua negra y cruda del río
era un hombre rico maestro arquero
en sus establos once carros de guerra recién hechos bellamente
con tapetes y caballos pura sangre
no podía arriesgarlos en la Guerra
fue a Troya a pie tan solo con su arco
pero de nada le sirvió
sus flechas seguían sin darle a nada
si alguna vez vuelvo a casa dijo
y veo a mi esposa y los altos techos de mi casa
que un extranjero me corte la cabeza
si no destrozo este arco y con mis propias manos lo arrojo
al fuego ha demostrado ser tremenda nada
pero no obstante montó junto a Eneas
atacó a Diomedes y una lanza
arrojada por Diomedes que Atenea impulsó con fuerza
le dio entre los ojos y en un segundo
le astilló los dientes le cortó la lengua le rompió la mandíbula
y limpiamente salió por el mentón
Como un roble golpeado por el rayo
alza los brazos y se quema
aterrador para un hombre que ande caminando
oler ese olor a azufre
y ver los campos centellear delante de él
encendidos de azul por la extrañeza de dios
Como un roble golpeado por el rayo
alza los brazos y se quema
aterrador para un hombre que ande caminando
oler ese olor a azufre
y ver los campos centellear delante de él
encendidos de azul por la extrañeza de dios
Hay un estanque azul que amaba de ella
la soledad con que yacía sobre las piedras con sus ojos claros mirando los árboles
su nombre era Abarbarea
un joven la encontró en las colinas
miró una vez su temblorosa frescura
y se quitó la ropa
en medio de sus atónitas ovejas
saltó de una roca directo a sus brazos
y de esa veloz zambullida hubo dos niños
pedaso y esepo
murieron en Troya el mismo día
Como cuando un cavador de zanjas lleva una azada al agua
para liberarla de sus terrones al principio
es solo un secreto goteo bajo las ortigas
pero después los guijarros gritan agua
y el agua corre cuesta abajo llamando a sus cosechas y sus huertos
y lo dejan mirando
Como cuando un cavador de zanjas lleva una azada al agua
para liberarla de sus terrones al principio
es solo un secreto goteo bajo las ortigas
pero después los guijarros gritan agua
y el agua corre cuesta abajo llamando a sus cosechas y sus huertos
y lo dejan mirando
Qué era ese estridente sonido
cinco hermanas que llamando
en la tumba al fantasma de Dolón
recuerdan un a hombre feo pero rápido
en una grieta de luz en el destello de dulce aroma antes del alba
lo atraparon trepándose a los barcos
camuflado con una piel de comadreja era blando
deshonesto miedoso encorvado recordaron
cómo bajo el ojo de la lanza ofreció todo
todo el dinero de sus padres todo el propio
cada debilidad troyana cada esperanza de sus aliados
hasta la posición exacta de los tracios
y el color y tamaño y precio de los caballos de Reso
siguieron preguntándole por qué por qué
soltó llorando cada secreto de su cuerpo
y rogaba aún por su cabeza
cuando su cabeza rodó sobre el barro
Como el mosquito el temerario mosquito
al que espantan
pero regresa insiste
el mosquito lunático que ama lamer
y es capaz de seguir al hombre todo el día
por una gota de sangre
Como el mosquito el temerario mosquito
al que espantan
pero regresa insiste
el mosquito lunático que ama lamer
y es capaz de seguir al hombre todo el día
por una gota de sangre
Recién llegados y acampando aparte de todos
con armas limpias y dispuestas como cubiertos
esto es horrible esto es una especie de fiesta de sangre
y junto a cada hombre su caballo
doce tracios anónimos fueron asesinados mientras dormían
antes de que sus espectros tuvieran tiempo de conservar sus nombres
fue tan súbito
el olor a carne cruda de sus cuerpos despertó a los perros
y eran hombres ricos
tenían largo pelo liso pero Diomedes
con la cara roja en silencio como un carnicero que se mantiene al día con su pedido
se deshizo de ellos
y el último Reso era un rey
no debería haber venido nunca
trayendo sobre el agua esos enormes caballos blancos
con sus cadenas y sus bridas pintadas
criaturas extraordinarias casi de mármol pero móviles
Como lobos que siempre quieren algo
formas delgadas que siempre patrullan las colinas
cuando un pastor deja que vaguen sus rebaños
y los más débiles balan su miedo
en segundos aparecerán los lobos
Como lobos que siempre quieren algo
formas delgadas que siempre patrullan las colinas
cuando un pastor deja que vaguen sus rebaños
y los más débiles balan su miedo
en segundos aparecerán los lobos
El dolor es negro está hecho de tierra
se mete por las grietas de los ojos
atasca su nudo en la garganta
cuando un hombre ve a su hermano en la tierra
enloquece viene corriendo de la nada
fustigando sin mirar y así fue como murió Coon
primero hirió a Agamenón
luego agarró el pie tieso de su hermano
y trató de arrastrarlo a casa vociferando
ayuda por dios este es Ifidamante
que alguien me ayude por favor pero Agamenón
le cortó la cabeza y eso fue todo
dos hermanos asesinados en la misma mañana por el mismo hombre
ese fue su día aquí terminó
y su largo viaje nocturno por el inframundo acababa de comenzar
Como cuando dos vientos desean un bosque
el viento sur y el viento este
ambos tiran de los brazos de los árboles
y el sonido del cornejo de suave piel batiéndose de aquí para allá
y roble y fresno golpeando sus largas ramas entre sí
es una palabra de otro mundo
Como cuando dos vientos desean un bosque
el viento sur y el viento este
ambos tiran de los brazos de los árboles
y el sonido del cornejo de suave piel batiéndose de aquí para allá
y roble y fresno golpeando sus largas ramas entre sí
es una palabra de otro mundo
Sarpedón el hijo de Zeus
llegó a esta tierra estéril sin cultivos
llegó de sus maizales de su arbolado río
de su reino de senderos y bosquecillos de manzanos
y lo mató una lanza
quedó por largo tiempo arrugado como lino
hasta que dos sirvientes de voz suave Sueño y Muerte
lo llevaron nuevamente a casa lo dejaron
doblado en la hierba y una brisa del cielo
casi lo levanta casi lo sacude
y lo hizo suspirar y susurrar pero nadie
ni siquiera un gran hombre ni siquiera un hijo de Zeus
puede comprar o robar o pedir que le devuelvan su último aliento
una vez que lo ha soltado siseando
a través del enrejado de sus dientes
Como la flor azul del mar
es magullada por el viento
como cuando llueve y el viento
hostiga al cálido viento
golpeando las grandes suaves nubes soleadas
profundas cucharadas de viento
trabajan el mar en una ola
y la espuma sigue las ráfagas errantes
a trescientos metros de altura
Como la flor azul del mar
es magullada por el viento
como cuando llueve y el viento
hostiga al cálido viento
golpeando las grandes suaves nubes soleadas
profundas cucharadas de viento
trabajan el mar en una ola
y la espuma sigue las ráfagas errantes
a trescientos metros de altura
Cerca de la vieja higuera el camino de los carros
que corre cuesta abajo desde la ventosa Troya
pasa por dos fuentes donde Escamandro
burbujea sobre las piedras la primera caliente
la segunda fría como hielo aun en el verano
la gente de la ciudad viene y lava su ropa
en esas lisas ollas de agua excavadas en las rocas
el río conoce sus voces
pero Aquiles mató a tantos hombres
de pie corriente abajo con su ruda espada
estalló de ira levantando una cresta de olas
ahora todo el río es una tumba
las mujeres que lavan en los estanques
cuando escuchan al río correr
gritando como un humano por sus curvas
recuerdan a Tersíloco yaciendo
en una oscuridad que fluye rápido y nunca acaba
entre empinados escalones de rocas resonantes
recuerdan a Midón ese rostro aterrado
que se dejó de ver cuando cayó bajo los tamariscos
y Astípilo bloqueando el canal
Mneso rodó por la arena Trasio perdido en el lodo
Enio girando mortalmente en un estanque negro
dando vueltas entre los peces que lo lamen
y Ofelestes su último suspiro
plateando la superficie
todas esas bellas armaduras bajo el agua
todos esos blancos huesos hundidos en el lodo
y en vez de sepultura una pajarita de las nieves
sorbiendo la profanación sin darse cuenta
Y Héctor murió como todos los demás
estaba a cargo de los troyanos
pero una lanza encontró el pequeño pedazo blanco
entre la clavícula y la garganta
justo donde se asienta el alma de un hombre
y espera que se abra la boca
siempre supo que ocurriría
él que era tan presumido y ansioso
y acostumbrado a ir corriendo a casa ensordecido por las armas
para erguirse con toda su armadura en el umbral
como un hombre que corre al dejar su moto en marcha
todas las mujeres lo amaban
su mujer era Andrómaca
un día la miró en calma
dijo sé qué ocurrirá
y una imagen de sí mismo muerto lo miró con fijeza
y de ella en Argos tejiendo para alguna extranjera
él parpadeó y volvió a sus tareas
Héctor amaba a Andrómaca
pero al final dejó que el rostro de ella se borrara de su mente
regresó a ella ciego
sin fuerza sin expresión
pidiendo tan sólo que lo lavaran y quemaran
y que sus huesos se envolvieran en telas suaves
y volvieran a la tierra
Como tribus de abejas de verano
subiendo del otro mundo por la grieta de una roca
millones de obreras volando a cumplir con su puesto entre las flores
naciendo y renaciendo y relumbrando por los campos
Como lobos inquietos que nunca se quedan sin hambre
pueden comerse un ciervo entero
pueden beberse la entera superficie de un estanque
lamiendo su negrura con delgadas lenguas
y eructándola de nuevo como sangre
y aún así siguen matando y matando
con el estómago que roza sus costados
acosado por el hambre
Como cuando dios lanza una estrella
y todo el mundo mira para arriba
para ver ese látigo de chispas
y entonces ya no está
The first to die was Protesilaus/ A focused man who hurried to darkness/ With forty black ships leaving the land behind/ Men sailed with him from those flower-lit cliffs/ Where the grass gives growth to everything/ Pyrasus Iton Pteleus Antron/ He died in mid-air jumping to be first ashore/ There was his house half-built/ His wife rushed out clawing her face/ Podarcus his altogether less impressive brother/ Took over command but that was long ago/ He’s been in the black earth now for thousands of years
Like a wind-murmur/ Begins a rumour of waves/ One long note getting louder/ The water breathes a deep sigh/ Like a land-ripple/ When the west wind runs through a field/ Wishing and searching
Like a wind-murmur/ Begins a rumour of waves/ One long note getting louder/ The water breathes a deep sigh/ Like a land-ripple/ When the west wind runs through a field/ Wishing and searching
Simoisius born on the banks of the Simois/ Son of Anthemion his mother a shepherdess/ Still following the sheep when she gave birth/ A lithe and promising young man unmarried/ Was met/ by Ajax in the ninth year of the war/ And died full tilt running onto his spear/ The point passed clean through the nipple/ And came out through the shoulderblade/ He collapsed instantly an unspeakable sorrow to his parents
Like a man steps back/ Seeing a snake almost under his foot/ In a heathery hollow/ The fear flutters his knees it/ Sucks him white he steps back
Like a man steps back/ Seeing a snake almost under his foot/ In a heathery hollow/ The fear flutters his knees it/ Sucks him white he steps back
The priest of Hephaestus/ Hot-faced from staring at flames/ Prayed every morning the same prayer/ Please god respect my status/ Protect my sons Phegeus and Idaeus/ Calm down their horses lift them/ Out of the fight as light as ash/ Hephaestus heard him but he couldn’t/ Hold those bold boys back/ Riding over the battlefield too fast/ They met a flying spear/ And like a lift door closing/ Inexplicable Hephaestus/ Whisked one of them away/ And the other died
Like snow falling like snow/ When the living winds shake the clouds into pieces/ Like flutters of silence hurrying down/ To put a stop to the earth at her leafwork
Like snow falling like snow/ When the living winds shake the clouds into pieces/ Like flutters of silence hurrying down/ To put a stop to the earth at her leafwork
Pandar son of Lycaon had a wife at home/ In his high-roofed house in the foothills of Ida/ He was captain of Zelea and he and his men/ Used to drink the black raw water from the river/ He was a rich man a master bowman/ Eleven war cars in his stables brand new beautifully made/ With rugs and thoroughbred horses/ He couldn’t bear to risk them in the War/ He went on foot to Troy with nothing but his bow/ But that was no good to him/ The arrows kept flying off at angles/ If I ever get home he said/ And see my wife and my high-roofed house/ May a stranger cut off my head if I don’t/ Smash this bow and throw it with my own hands/ Into the fire it has proved such a nothingness/ But he climbed up nevertheless next to Aeneas/ He charged at Diomedes and a spear/ Thrown by Diomedes pushed hard in by Athene/ Hit him between the eyes it split-second/ Splintered his teeth cut through his tongue broke off his jaw/ And came out clean through the chin
Like an oak tree struck by lightning/ Throws up its arms and burns/ Terrifying for a man out walking/ To smell that sulphur smell/ And see the fields flickering ahead of him/ Lit up blue by the strangeness of god
Like an oak tree struck by lightning/ Throws up its arms and burns/ Terrifying for a man out walking/ To smell that sulphur smell/ And see the fields flickering ahead of him/ Lit up blue by the strangeness of god
There was a blue pool who loved her loneliness/ Lay on her stones clear-eyed staring at tres/ Her name was Abarbarea/ A young man found her in the hills/ He took one look at her shivering freshness/ And stripped off his clothes/ In the middle of his astonished sheep/ He jumped off a rock right into her arms/ And from that quick fling there were two children/ Pedasus and Aesepus/ They died at Troy on the same day
Like when a ditch-maker takes a mattock to wáter/ To cut it loose from its clods at first/ It’s just a secret trickle under nettles/ But then the pebbles shout out wáter/ And it runs downhill calling to his crops and orchards/ Leaving him staring
Like when a ditch-maker takes a mattock to wáter/ To cut it loose from its clods at first/ It’s just a secret trickle under nettles/ But then the pebbles shout out wáter/ And it runs downhill calling to his crops and orchards/ Leaving him staring
What was that shrill sound/ Five sisters at the grave/ Calling the ghost of Dolon/ They remember an ugly man but quick/ In a crack of light in the sweet smelling glimmer before dawn/ He was caught creeping to the ships/ He wore a weasel cap he was soft/ Dishonest scared stooped they remember/ How under a spear’s eye he offered everything/ All his father’s money all his own/ Every Trojan weakness every hope of their allies/ Even the exact position of the Thracians/ And the colour and size and price of the horses of Rhesus/ They keep asking him why why/ He gave away groaning every secret in his body/ And was still pleading for his head/ When his head rolled onto the mud
Like the fly the daredevil fly/ Being brushed away/ But busying back/ The lunatic fly who loves Licking/ And will follow a man all day/ For a nip of his blood
Like the fly the daredevil fly/ Being brushed away/ But busying back/ The lunatic fly who loves Licking/ And will follow a man all day/ For a nip of his blood
Recently arrived and camping apart from everyone/ With weapons cleaned and layed down like cutlery/ This is horrible this is some kind of bloodfeast/ And beside each man his horses/ Twelve anonymous Thracians were killed in their sleep/ Before their ghosts had time to keep hold of their names/ It was so sudden/ The raw meat smell of their bodies woke up the dogs/ And these were rich men/ They had long smooth hair but Diomedes/ Red-faced quietly like a butcher keeping up with his order/ Got rid of them/ And the last one RHESUS was a King/ He should never have come here/ Bringing over the water those huge white horses/ With their chains and painted cheek guards/ Extraordinary creatures almost marble but moving
Like wolves always wanting something/ Thin shapes always working the hills/ When a shepherd lets his flocks wander/ And the weaklings bleat their fear/ Within seconds wolves will appear
Like wolves always wanting something/ Thin shapes always working the hills/ When a shepherd lets his flocks wander/ And the weaklings bleat their fear/ Within seconds wolves will appear
Grief is black it is made of earth/ It gets into the cracks in the eyes/ It lodges its lump in the throat/ When a man sees his brother on the ground/ He goes mad he comes running out of nowhere/ Lashing without looking and that was how COON died/ First he wounded Agamemnon/ Then he grabbed his brother’s stiffened foot/ And tried to drag him home shouting/ Help for god’s sake this is Iphidamas/ Someone please help but Agamemnon/ Cut off his head and that was That/ Two brothers killed on the same morning by the same man/ That was their daylight here finished/ And their long nightshift in the underworld just beginning
Like when two winds want a Wood/ The south wind and the east wind/ Both pull at the trees’ arms/ And the sound of smooth-skinned cornel whipping to and fro/ And oak and ash batting long sticks together/ Is a word from another world
Like when two winds want a Wood/ The south wind and the east wind/ Both pull at the trees’ arms/ And the sound of smooth-skinned cornel whipping to and fro/ And oak and ash batting long sticks together/ Is a word from another world
Sarpedon the son of Zeus/ Came to this ungreen ungrowing ground/ Came from his cornfields from his leafy river/ From his kingdom of paths and apple groves/ And was killed by a spear/ Then for a long time he lay crumpled as linen/ Until two soft-voiced servants Sleep and Death/ Carried him home again they left him/ Folded on the grass and a breeze from heaven/ Almost lifted him up almost shook him out/ And set him sighing and whispering but no one/ Not even a great man not even a son of Zeus/ Can buy or steal or borrow back his own last breath/ Once he has hissed it out/ Through the shutter of his teeth
Like the blue flower of the sea/ Being bruised by the wind/ Like when the rain-wind / Bullies the warm wind/ Battering the great soft sunlit clouds/ Deep scoops of wind/ Work the sea into a wave/ And foam follows wandering gusts/ A thousand feet high
Like the blue flower of the sea/ Being bruised by the wind/ Like when the rain-wind / Bullies the warm wind/ Battering the great soft sunlit clouds/ Deep scoops of wind/ Work the sea into a wave/ And foam follows wandering gusts/ A thousand feet high
Near the old fig tree the cart track/ That runs downhill from windy Troy/ Passes two springs where the Scamander/ Bubbles over stones the first one warm/ The second one ice cold even in summer/ Town people come and wash their clothes/ In those smooth rock-scooped pools/ The river knows their voices/ But Achilles killed so many men/ Standing downstream with his rude sword/ Hacking off heads until the wáter/ Burst out in anger lifting up a ridge of waves/ That now this whole river is a grave/ Women at the washing pools/ When they hear the river running/ Crying like a human through its chambers/ They remember Thersilochus lying/ In a quick-moving never-ending darkness/ Between steep steps of echoing rocks/ They remember Mydon that frightened face/ Falling out of sight under the tamarisks/ And Astypylos blocking the cannel/ Mnessius rolled in sand Thrasius lost in silt/ Ainios turning somersaults in a black pool/ Upside down among the licking fishes/ And Ophelestes his last breath silvering the Surface/ All that beautiful armour underwater/ All those white bones sunk in mud/ And instead of a burial a wagtail/ Sipping the desecration unaware
And Hector died like everyone else/ He was in charge of the Trojans/ But a spear found out the little patch of White/ Between his collarbone and his throat/ Just exactly where a man’s soul sits/ Waiting for the mouth to open/ He always knew it would happen/ He who was so boastful and anxious/ And used to nip home deafened by weapons/ To stand in full armour in the doorway/ Like a man rushing in leaving his motorbike running/ All women loved him/ His wife was Andromache/ One day he looked at her quietly/ He said I know what will happen/ And an image stared at him of himself dead/ And her in Argos weaving for some foreign woman/ He blinked and went back to his work/ Hector loved Andromache/ But in the end he let her face slide from his mind/ He came back to her sightless/ Strengthless expressionless/ Asking only to be washed and burned/ And his bones wrapped in soft cloths/ And returned to the ground
Like tribes of summer bees/ Coming up from the underworld out of a crack in a rock/ A billion factory women flying to their flower work/ Being born and reborn and shimmering over fields
Like restless wolves never run out of hunger/ Can eat a whole stag/ Can drink the whole surface off a pool/ Lapping away its blackness with thin tongues/ And belching it back as blood/ And still go on killing and killing/ With their stomachs rubbing their sides/ Haunted by hunger
Like when god throes a star/ And everyone looks up/ To see that whip of sparks/ And then it´s gone
[1] Alice Oswald publicó The Thing in the Gap-Stone Stile (1996), Dart (2002), Woods, etc. (2005), Weeds and Wild Flowers (2009), A Sleepwalk on the Severn (2009), Memorial (2011) y Falling Awake (2016). Su obra ha recibido numerosos reconocimientos entre los que se incluyen el premio T.S. Eliot, el premio Warwick, el premio Forward Poetry y el Ted Hughes Award.